Cada
animal es el símbolo representativo de uno de los elementos de la naturaleza:
Fuego, Tierra, Agua, Madera y Metal (o Aire).
Dependiendo
del animal por el que te hayas sentido más atraído, vas a leer una de las 5
personalidades que corresponden a los 5 elementos.
La
personalidad del elemento fuego esta representada
simbólicamente por un Pájaro.
Los
que pertenecen al elemento fuego son muy activos, vivos y rápidos. En
vez de caminar, prefieren correr. Hablan fuerte y gesticulando. Cuando están a
disgusto, no se frustran y lo expresan llorando a todo llorar. Son apasionados
y algo descontrolados. Les cuesta controlar sus emociones. Se vuelcan en las
cosas pero pierden la concentración con igual velocidad. Son carismáticos y
necesitan ser el centro de atención lo que les puede crean problemas de
convivencia.
El
entorno que les conviene: los colores pálidos y suaves en el dormitorio. Muchos
objetos en el cuarto de jugar con una alfombra en tonos tierra y arena para
compensar su fuerte personalidad. Evitar los contrastes fuertes.
La
personalidad del elemento tierra (Elefante)
Los
niños tierra son pacíficos y algo retraídos. Les cuesta salir de su zona de
seguridad: la alfombra o las piernas de sus papás. Son tenaces y obstinados y
les violenta desprenderse de las cosas. Muestran apego a los juguetes viejos y
prefieren los menús rutinarios que probar nuevos sabores. Rehuyen de las
situaciones nuevas; están más cómodos con lo que les resulta familiar. No les
gusta los grupos numerosos y buscan la armonía entre sus miembros. Tienen un
buen sentido de la realidad pero infravaloran sus capacidades. Les encanta
amasar, modelar, prensar, actividades tranquilas y con poco desgaste físico.
El
entorno que les conviene: el magenta, rojizo o color vino son perfectos para su
dormitorio. Para jugar, una mesa redonda. Las sábanas azules y una alfombra de
rayas rojas compensan su carácter tranquilo.
La
personalidad del elemento agua (Pez)
El
niño que se rige por el elemento agua es un soñador, un niño sensible de
lágrima fácil y sentimientos a flor de piel. Pero su sensibilidad no es
sinónimo de vulnerabilidad. No le gusta que le consuelen porque es
autosuficiente. Se interesa por los demás y suele ser compasivo. No muestra
mucho interés por las actividades físicas. Es reflexivo, reservado y
persistente hasta la saciedad.
El
entorno que le conviene: las paredes blancas en su dormitorio, las ventanas sin
cortinas, la ropa de cama con estrellas, triángulos o rombos en telas de
algodón o lino.
La
personalidad del elemento madera (Jirafa)
El
niño madera adora explorar, las aventuras de riesgo y el aire libre. Le encanta
lo desconocido y disfruta aprendiendo. Le atraen las proezas y a menudo se
lanza en actividades para las que no está preparado. Su fascinación por lo
nuevo le vuelve a menudo inconstante, poco dado a seguir instrucciones y a
terminar las tareas. Es sincero, impaciente e impulsivo.
El
entorno que les conviene: sus colores son el azul, el blanco y los tonos poco
contrastados. Conviene evitar los rojos y proporcionarle espacios vacíos para
que de rienda suelta a su desbordante energía.
La personalidad
del elemento metal (Pulpo)
El
metal es el elemento de la mente. Los científicos y los escritores suelen tener
mucho metal en su personalidad. Los niños que se rigen por el metal son
reflexivos. Les gusta pensar, analizar y planificar. Lo preguntan todo,
disfrutan con la lectura, los rompecabezas, los juguetes de construcción. Son
meticulosos, curiosos, exigentes, más interesados por sí mismos que por los
demás y pueden llegar a ser maniáticos.
El
entorno que les conviene: sus colores son el azul pálido, el rosa, el violeta y
el salmón. Hay que evitar en su entorno las telas satinadas o brillantes y los
estampados de lunares.
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