El rubí pertenece a la familia de los corindones hiálicos y como tal, su composición es la de un anhídrido de aluminio, con inclusiones a nivel de impurezas de óxido de hierro y cromo, que le dan su color carmesí.
Cuando las
trazas de cromo están reemplazadas por titanio, se trata de un zafiro.
Además,
presenta con frecuencia otras inclusiones sólidas o gaseosas, como mica, rutilo,
nitrógeno, etc. que, a diferencia de otras piedras preciosas, le agregan valor,
en vez de quitárselo, ya que son la única forma de diferenciarlo de las
imitaciones.
Su
cristalización dentro del sistema rómbico, en prismas hexagonales, de doble
refringencia y monoaxial, tiene un índice de refracción muy elevado, aunque su
irisación no alcanza el juego cromático del diamante.
Su gama
total oscila desde el naranja-rojizo al violáceo, algunas veces con reflejos
azules o marrones, pero el tipo más valioso es el rojo carmín, intenso y
transparente.
El
policroísmo es muy elevado y, esto debe tenerse en cuenta cuando se talla, ya
que los tonos de rojo varían cuando los rayos luminosos pasan por la base o por
las facetas laterales.
Su dureza,
si bien no alcanza la del diamante, es considerable (8,7 en la escala de Moss),
por lo que adquiere un hermoso brillo cuando se lo pule.
Los
yacimientos más importantes se encuentran en los fondos fluviales aluvionales o
en cuevas, incluidos en vetas de rocas magmáticas, generalmente asociados al
zafiro, circón, corindón y turmalina negra.
Los rubíes
más buscados aparecen en los yacimientos de rocas calcáreas dolomíticas de
Bir-mania, pero también se extraen, aunque de inferior calidad, en Tailandia
(más pálidos y amarillentos), en las explotaciones auríferas y diamantíferas de
Sudáfrica, Madagascar, Australia y Tasmania y en los yacimientos de esmeraldas
de Brasil y Colombia.
Origen y proyección histórica
La gran
mayoría de autores de la antigüedad coincide en que el origen del nombre rubí
deriva del latín ruber (rojo), pero se lo catalogaba
erróneamente en la familia de los carbúnculos que englobaba a los granates,
jacintos, circones y espinelas.
La palabra
hebrea que designa tradicionalmente al rubí hofech, mientras
que en sánscrito se denomina ratna-yaka (gota de sangre del corazón
de la madre Tierra).
Los
antiguos códices islámicos hablan de un rubí que tenía el poder de provocar la
invisibilidad y proteger de las calamidades y las heridas.
Luego,
ennegrecida por los pecados humanos, se transformó en la kaaba, la
piedra negra adorada por los mahometanos.
Bajo el
nombre de apiroto(invulnerable al fuego), los griegos consagraron
el rubí a Apolo, quien entregó una de estas piedras a la ninfa Heraclea, y curó
con ella a un pájaro herido, reemplazándole el corazón partido por una flecha.
Nombre popular: Carbúnculo.
Energía: Proyectiva.
Elemento:Fuego.
Deidades: Buda, Krisna (que no debe
confundirse con la expresión moderna de la reverencia centrada en Krisna).
Poderes: Riqueza, protección, poder,
alegría, prevención de pesadillas.
Incompatibilidad:Jade, Ópalo, Piedra de luna.
Tradición mágico-ritual
Hace siglos,
el rubí convertido en un cabujón de una forma determinada, se conocía como
"carbúnculo".
No existe
una piedra con este nombre, aunque muchos libros tratan al carbúnculo como una
piedra por separado. Esta piedra fue considerada la ofrenda más perfecta a Buda
en la China, y a Krisna en la India. Una creencia que se sostiene ampliamente:
soñar con rubíes indica un éxito venidero en los negocios o asuntos de dinero.
Si el
sueño lo tiene un jardinero o un granjero, el rubí denota una buena cosecha.
Esta piedra es una de las muchas de las que se piensa que se pone oscura cuando
el peligro o la negatividad se acercan a quien lo lleva, o cuando amenaza una
enfermedad.
No se ha
determinado si esto se veía psíquicamente, era un símbolo, o un cambio real en
el color o la claridad de la piedra, pero probablemente fuera un fenómeno
psíquico.
En este
sentido, el rubí puede usarse como una herramienta para vislumbrar el futuro,
como sucede con la gran mayoría de las piedras transparentes.
Esta
bellísima piedra preciosa perdió en los últimos años parte de la popularidad
que siempre tuvo.
Su
utilización masiva determinó que fuera depreciada y que se la considerara
vulgar.
Afortunadamente,
en la última década se ha producido un resurgimiento y los grandes joyeros la
han rescatado del olvido mediante modernísimos engarces que permiten disfrutar
toda su belleza.
Símbolo
del amor apasionado, se trata de una gema de excepcional dureza y de un color
rojo muy brillante. Las variedades de su tonalidad posibilitan la existencia de
piedras más oscuras, algunas de color rojo sangre y otras encarnadas.
El llamado
«rubí oriental» es una gema de gran valor, que se caracteriza por tener vetas
blancuzcas en su tono, generalmente carmesí. Pero se trata de una variedad muy
difícil de hallar; a pesar de lo que se cree habitualmente, en el mercado
de las piedras preciosas resulta más valioso un rubí de gran tamaño sin
defectos ni impurezas que un diamante.
Esta bella y fulgurante piedra se tuvo por un amuleto poderosísimo en épocas
pasadas. A través de los siglos y las civilizaciones, ha subsistido la creencia
de que el rubí se torna más oscuro cuando quien la lleva corre grave peligro, y
recupera su tonalidad brillante cuando aquél ha pasado.
Los
científicos estudian este curioso fenómeno, convencidos de que existen
modificaciones químicas en la piel humana en momentos de grave riesgo que
inciden en el color del rubí, siendo ésta la causa del extraño cambio de su
colorido.
Como
amuleto, se lo utiliza para hacer renacer un amor que languidece, para dotar de
pasión un vínculo, y para estimular la posibilidad de vivir nuevas y excitantes
aventuras pasionales.
Se
considera que refuerza la inteligencia, ayuda a superar problemas cardíacos y
apresura la curación de las heridas producidas por objetos cortantes.
Es una
piedra muy apta para los nativos de Leo y Escorpio, pero resulta negativa para
los de Libra, Cáncer y Géminis, hacia los que atrae el insomnio y las pesadillas.
Usos mágicos
Los rubíes
son verdaderas piedras preciosas, ejemplares perfectos de un tono rojo sangre
profundo son increíblemente costosas. En la magia del siglo XIII, eran
considerados piedras que aumentaban las riquezas. Eran especialmente
efectivos si se les grababa la imagen de un dragón o una víbora antes de
usarlos.
La magia
antigua de la India declara que la posesión de rubíes ayuda a su dueño a
acumular otras piedras preciosas, quizá por las cualidades de la piedra que
inducen a la riqueza. Se creía que su uso otorgaba invulnerabilidad o
protección contra los enemigos, los espíritus malignos, la negatividad, las
plagas, la fascinación (manipulación mágica) y la hambruna.
También
era llevada por los soldados, puesto que los protegía de las heridas en las
batallas. Básicamente, el rubí fortalece el sistema de defensa psíquica
del cuerpo.
El rubí
protege las casas contra las tormentas y la negatividad, en especial si primero
se tocan con él los cuatro rincones de la casa.
De igual
manera, tocar los árboles o los límites de un jardín, los protege mágicamente
de los rayos y los ataques de tormentas violentas.
Gobernado
por Marte, el rubí se usa durante los rituales mágicos para aumentar las
energías que posee el mago, o se coloca en el altar junto a una vela roja, para
recibir la energía cuando se siente agotado o exhausto.
Siguiendo
en una línea similar de influencia mágica, se dice que usar un rubí aumenta el
calor del cuerpo.
Las joyas
con rubíes montados se usan para desterrar la tristeza y los pensamientos
negativos.
Estas
joyas también producen felicidad, fortalecen la fuerza de voluntad, la
confianza, y disipan el temor.
Colocado
debajo de la almohada o usado en la cama, asegura un sueño tranquilo, sin que
lo perturben las pesadillas.
Se piensa
que los rubíes estrellados, esas piedras raras con una estrella natural de seis
puntas, son particularmente potentes en la magia protectora y en otras formas
de magia, pues en un tiempo se creía que un espíritu habitaba en su interior.
Estos
también pueden usarse como herramientas de adivinación, observando las líneas
cruzadas de luz.
Acción Psíquica
Es el
remedio para los casos más graves de debilidad psíquica y física
conjuntamente. Los sentidos se ven afectados, el individuo se pone laxo y
siente que su cerebro se niega a funcionar, tiene incoordinación de
movimientos, tropieza, se le caen las cosas de las manos; yerra en la
apreciación de las distancias.
Hay una
sensible agravación después de la relación sexual, lo que va sumiendo a la
persona en gran desaliento y depresión Tensión emocional subconsciente.
Espíritu
deprimido, tendencia a magnificar sus males.
Deseo de
evasión ante los problemas, sólo los enfrenta cuando éstos pasan los límites de
su control o ya es demasiado tarde.
Insomnio con gran afluencia de ideas perturbadoras.
Acción Emotiva
La energía
del rubí incentiva notablemente los ánimos alicaídos y desalentados.
Trastornos
de la memoria subsiguientes a un shock traumático o emocional.
Angustia consecuente de crisis afectivas.
Incapacidad
de tomar decisiones en situaciones de shock.
Disfunciones
sexuales de origen somático o por agotamiento energético.
Acción Energética
Descongestiona
el sistema energético, impidiendo cualquier bloqueo o congestión, vitalizando
los centros inferiores, Base y Sacro.
Toda la
energía de la persona se ve influida por la fuerza de este remedio que logra
así barrer con los bloqueos en el plano energético, en el nivel
etérico/emocional, y con problemas asociados con el frío.
Su efecto
es la fusión.
El color
carmesí del rubí representa la energía positiva por excelencia, sobre todo
aplicada al chakra del corazón, aunque puede aplicarse sobre cualquier otro
punto energético.
En el
aspecto emotivo proporciona seguridad interna, a la vez que simboliza el amor
puro, pero fuerte y apasionado. Aporta paz y serenidad, cura el insomnio y
fortifica la memoria.
En
terapias físicas, utilizado de acuerdo con su color, constituye un excelente
estimulante del apetito, vigoriza y tonifica el organismo (especialmente en
casos de anemia y anorexia), regula el ritmo cardíaco y la tensión arterial y
activa el sistema inmunológico.
Este es un pequeño resumen de las propiedades tanto energéticas y mágicas del Rubí; espero que toda esta información sirva para que la puedan aplicar en la aplicación de sus rituales, hechizos y tratamientos de gemoterapia.
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