Cada país
ve a su forma y manera, e interpreta los mundos sutiles y casi imperceptibles
dependiendo siempre de su cultura base. Espero que os agrade.
En esta
ocasión, os traigo a las preciosas hadas de Japón. Al igual que las de otros países,
las hadas son los seres más bellos de la naturaleza. Su pureza, dulzura y ternura
sobrepasan con creces a las virtudes humanas.
EL HADA CISNE
Las
doncellas cisne visitan con frecuencia la Tierra para gozar de sus paisajes. Una
de las obras más famosas del teatro japonés nos relata la trágica historia de
una doncella cisne a quien le fue robado su bello vestido de plumas blancas.
El
ladrón era un hombre común que, habiendo tenido la fortuna de toparse con el
excepcional espectáculo de las doncellas celestiales mientras tomaban un baño,
optó por apropiarse de uno de sus vestidos.
Cuando
el alarmado grupo notó su presencia alzó el vuelo. Pero la que había perdido su
ropaje no sólo tuvo que permanecer en la Tierra sino que se vio obligada a contraer
matrimonio con su captor. Tras dar a luz a un hijo, la doncella consiguió
recuperar su vestido de plumas y sin vacilar regresó al cielo.
EL HADA DEL CEREZO
Konohana-sakuya-hime,
la dama que hace florecer los árboles de cerezo, es una de las hadas más amadas
y antiguas de Japón. De origen puramente japonés, ella encarna el espíritu de
las flores de cerezo, volando entre los árboles cuando se inicia la primavera y
dejando caer su soplo bendito entre las ramas que al instante estallan en
cientos de flores rosadas y blancas. La alegría que el fenómeno provoca es tal,
que incluso existe un festival en honor del evento, el Hanami.
EL HADA BENTEN
Los
Riujinn son la concepción japonesa de los Nagas de la India. Estos espíritus
habitan en el mar, en un maravilloso palacio de coral donde gobierna el famoso
Ryu-wo, el rey dragón, responsable del comportamiento de las aguas del mar y
protector de los budistas.
Su hija
Benten es la guardiana de la música y dadora de todas las riquezas. Su origen
se delata en su retrato, pues es una muchacha hindú con mangas largas que luce
una corona adornada con una gran joya. Se la ve frecuentemente de pie entre el
subir y bajar de las olas, y es venerada en casi todas las costas de Japón.
EL HADA
TENNIN O HADA DEL BOSQUE
Si se
ve una nube iridiscente detenida sobre una colina, o si se está en medio de un
concierto al aire libre es posible llegar a encontrarse con una Tennin.
De
origen budista y conocidas como Devatas en otras culturas, las Tennin o
hadas-flores habitan en los bosques floridos o en los cielos desde donde cuidan
a los budistas piadosos. Se podrá saber que un o una Tennin se aproxima por el
dulce perfume que le precede y la suave música que emite.
Ataviados
con hermosos velos flotantes, y desplegando una lluvia de flores, suelen
presentarse en donde se toca música y con frecuencia se unen al concierto
interpretando sus propios instrumentos.
EL HADA SENNIN
La raza
de los Sennin es de origen taoísta. Todos ell@s -y aquí si hay una diferencia
notable con las hadas occidentales- alguna vez fueron humanos. Pero su
disciplina y devoción les consiguió una vida eterna y serena en medio de las montañas.
Pueden volar, caminar sobre las aguas, invocar animales que aparecen de la nada
y trasladarse por los aires montados en ellos. La más célebre es Rafu-sen, la
dama que cuida de las flores del ciruelo y que se pasea entre estos árboles
durante las noches de luna.
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