Sin ninguna duda, puedes
utilizar la ilusión de insuficiencia o escasez para experimentar la abundancia.
Así fue establecido en el origen de los tiempos y así es como las ilusiones de nuestra vida sirven de herramientas. Espero que os agrade y sobretodo sea muy útil.
Dios es abundante y
tú también. En el Jardín del Edén lo tenías todo, pero no lo sabías.
Experimentabas la vida eterna, pero no importaba. No te impresionaba porque no experimentabas
nada más.
El Jardín del Edén es
un mito, pero el propósito de la historia era trasmitir una gran verdad. Cuando
lo tienes todo y no lo sabes, no tienes nada. La única manera en la que puedes
saber lo que significa tenerlo todo es que, en algún momento, no lo tengas
todo. De aquí surge la ilusión de insuficiencia.
El propósito de tu
insuficiencia era el de ser una bendición mediante la cual pudieras conocer y
experimentar la plena y verdadera abundancia. Sin embargo, es necesario salir
de la ilusión, verla como tal y alejarse de ella, para tener esta experiencia.
He aquí la manera en
la que puedes salir de la ilusión de insuficiencia: abastece la insuficiencia
que ves siempre que la veas fuera de ti. Ahí es donde yace la ilusión: fuera de
ti. Si la ves fuera de ti, abastécela.
Si ves personas que
tengan hambre, aliméntalas. Si ves personas que necesiten vestimenta, vístelas.
Si ves personas que necesiten albergue, albérgalas. Entonces sentirás que no tienes
ninguna insuficiencia.
No importa lo poco
que tengas de alguna cosa, siempre encontrarás a alguien que tenga menos.
Encuentra a esa persona y ofrécele parte de tu abundancia.
No trates de ser el
recipiente, sino la fuente. Lo que desees, ayuda a que lo obtenga otra persona.
Haz que lo que quieras experimentar le suceda a algún otro. Al hacerla recordarás
que todo el tiempo has tenido esas cosas.
Por eso se dice:
"Haz a los demás lo que desearías que te hicieran a ti". De modo que
no vayas por ahí preguntando, "¿Qué vamos a comer? ¿Qué vamos a
beber?" Mira a las aves en el aire. No siembran ni cosechan, ni se reúnen
en graneros, y sin embargo, reciben alimento. ¿Quién gana algo por estar preocupado?
Y no preguntes,
"Cómo nos vestiremos?" Mira cómo crecen los lirios del campo. No se
esfuerzan ni se agitan. Sin embargo, has de saber que ni siquiera Salomón en
toda su gloria estuvo ataviado como ellos.
Por tanto, primero
busca el reino de los cielos y todo lo demás se te dará por añadidura. ¿Cómo se
busca el reino de los cielos? Llevando el reino de los cielos a los demás.
Siendo el reino de los cielos, en el que otros puedan encontrar refugio y
fortaleza. Dando el reino de los cielos
y todas sus bendiciones a toda vida que te encuentres. Pues lo que brindes a
los demás será aquello en lo que te convertirás. Recuérdalo. Lo que brindes
será aquello en lo que te conviertas.
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