La escucha profunda es una forma de meditación consciente, mediante la cual uno se vuelve completamente presente.
En pocas
palabras, es una práctica espiritual de escuchar para conectar. De esta forma,
uno encuentra valiosos momentos de tranquilidad que le ayudan a despertar las
emociones más ocultas.
Del mismo
modo, se fomenta la conexión con cualquier persona que se encuentre en nuestro
entorno y con la que entablemos conversación, compartiendo metas, sueños,
miedos e inquietudes. En definitiva, se trata de escucharse a uno mismo y/o a
los demás para formar una conexión.
Escucha activa vs escucha profunda
La escucha
activa se refiere a la elección de estar completamente presente en una
conversación, y esto establece la base de la escucha profunda, ya que al
enfocarse en lo que dice la otra persona uno se convierte en un oyente activo.
Los oyentes profundos van un paso más allá para conectarse con las conexiones o
comunicaciones no verbales de quien tienen delante. Más aún, la escucha
profunda incluye también escuchar nuestras propias emociones para conectarnos
con ellas.
Escuchar
con intención nos ayuda a comprender nuestro entorno y a las personas más
cercanas a nosotros. A la vez, aprendemos cómo responder mejor a nuestras
emociones y a las de los demás. Esta comprensión es necesaria cuando se
emprende un proceso de sanación.
Veamos algunos
beneficios de la escucha profunda:
1. Desarrollo de resistencia hacia
las distracciones circundantes
Vivimos en
una era digital en la que los teléfonos inteligentes, los ordenadores y otros
dispositivos inteligentes nos distraen durante todo el día. Estas tecnologías
hacen que sea casi imposible mantener el contacto visual cuando se habla con
otra persona. Del mismo modo, consumen nuestro tiempo de cuidado personal,
privándonos de la oportunidad de conectarnos con nuestros sentimientos internos.
La escucha profunda nos anima a mantener una atención indivisa en nuestro yo
interior o en aquellos que están cerca de nosotros.
2. Resistir la tentación de
responder sin pensar profundamente
Una de las
barreras para la comunicación efectiva es la escucha selectiva. En este caso,
elegimos lo que queremos escuchar y a continuación formulamos las respuestas o
preguntas que creemos son las más adecuadas. Un oyente parcial siempre se
apresura a ofrecer soluciones sin tener en cuenta los sentimientos y emociones de
la otra persona. Del mismo modo, si nunca nos tomamos el tiempo para escuchar a
nuestro yo interior, podemos juzgarnos a nosotros mismos en función del estigma
que rodea nuestras condiciones.
3. Facilita el proceso de sanación emocional
A menudo,
las enfermedades mentales tienen su origen en desequilibrios emocionales. Este tipo
de diagnóstico lleva al paciente a esconderse de familiares y amigos, por temor
a que sus emociones fuera de control lo tomen por sorpresa.
Sin
embargo, con un poco de práctica de escucha profunda, es posible descubrir qué
emociones no resueltas detrás de una enfermedad mental.
Una
persona que entiende el origen de sus condiciones mentales puede practicar el
autocuidado y tener autocompasión por una vida saludable, porque las emociones
oscuras nunca son permanentes. La meditación consciente permite cambiar los
desencadenantes emocionales y, por tanto, facilita el proceso de sanación a
este nivel.
La escucha profunda debe ser
intencional
Cualquiera
puede practicar la escucha profunda en cualquier momento o lugar. Sin embargo, no
todo el mundo puede escuchar sin prejuicios o con el objetivo de ser un
solucionador de problemas. En definitiva, la escucha profunda no es fácil. Se
necesita tiempo y práctica para desarrollar las habilidades.
Distintas Técnicas
Ahora que ya
tenemos una idea de qué trata la escucha profunda, veamos algunas técnicas de
escucha profunda que podemos utilizar para mejorar nuestra vida.
1. Centrarse en el corazón-intestino
Necesitas tomar
una decisión que puede cambiarte la vida?? Encuentra un lugar tranquilo en casa
o al aire libre y siéntate cómodamente. Para ello puedes utilizar cojines,
almohadas o una alfombra, aunque puedes sentarte en el sofá también. Ahora coloca
una mano sobre tu estómago y la otra sobre tu pecho. Concéntrate en escuchar tu
voz interior. Presta mucha atención a ver qué escuchas.
La cabeza,
el corazón y el intestino son los centros de nuestra toma de decisiones. La
cabeza es nuestro cerebro racional, el corazón es el cerebro emocional y el
intestino es el cerebro intuitivo. Hay muchos casos en los que seguimos
nuestros instintos o sentimientos del corazón. Estos son los momentos en los
que el pensamiento lógico que usa nuestro cerebro puede no ser adecuado para
evaluar las emociones.
Escuchar a
nuestro corazón e instintos nos permite ser un pensador racional que sopesa sus
sentimientos y emociones. A la vez, se evita la disonancia cognitiva, un estado
de conflicto interior que puede derivar en ansiedad y depresión.
2. Escuchar las voces del entorno
Recuerdas cuándo
fue la última vez que te quedaste quieto y escuchaste los sonidos de tu
alrededor?? Estos sonidos pueden ser el viento a través de los árboles del jardín,
una puerta que tiembla, el tic-tac de un reloj o el mismo sonido de tu respiración.
Lo que sea que escuches te permite conectar con tu entorno y automáticamente te
lleva a un estado consciente. Este estado de conciencia o presencia refresca tu
mente, expande tu proceso de pensamiento y renueva tu sabiduría e inteligencia.
3. Escribir los pensamientos en un
diario
Si te
sientes solo, deprimido o estás pasando por algún tipo de crisis?, escribe lo
que sientes en este momento. Ponlo por escrito. La escritura consciente es una
excelente manera de practicar la escucha profunda. Utiliza lápiz y papel como
vía para que fluyan tu energía creativa y tus ideas. Esto te aportará claridad
mental, y recuperarás la sensación de cordura, aun cuando estés abrumado por
las emociones.
Algunos consejos finales
Es preferible
utilizar lápiz y papel en lugar del teléfono inteligente u ordenador portátil.
Escribir en un diario los pensamientos con papel y lápiz los hace reales y tangibles.
Escribe
tal como el pensamiento llegue a tu mente. Se trata de hacerlo sin pensar.
Se
permiten errores gramaticales. Lo que importa es poner tus pensamientos sobre
el papel.
Lee en voz
alta lo que has escrito. Esto te dará la oportunidad de escuchar tus
pensamientos y expresar tu dolor.
Mantén un
diario de sueños. Captura lo que recuerdes de tus sueños y luego puedes reflexionar
sobre ello.
La escucha
profunda es necesaria cuando se desea desarrollar el pensamiento consciente y
hacer crecer nuestra inteligencia emocional. Estos dos aspectos aseguran que nos
mantendremos en sintonía con nuestro yo interior y seremos más susceptibles a
las comunicaciones no verbales de los demás. De esta manera, uno vive en el
presente, acepta su singularidad y se da un poco de holgura, especialmente
cuando se atraviesa por una experiencia emocional desafiante.
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