Probablemente alguna vez nos hemos encontrado con alguien que piensa que todo le sale mal o que la vida no es justa.
Si prestamos atención a este tipo de caracteres durante
una conversación, con frecuencia se pintan a sí mismos como víctimas en un
mundo que continuamente se aprovecha de ellos.
Cuando hablan
de sus problemas, a menudo culpan a otras personas y evitan asumir
responsabilidades personales. Las personas que se quejan con frecuencia y se
menosprecian a sí mismas pueden tener lo que llamamos un complejo de víctima.
El
complejo de víctima es una condición en la que una persona se siente como una
víctima, incluso cuando no hay una razón obvia para pensar que lo es. Esto
puede conducir a la tendencia de culpar a los demás por cosas que no son culpa
suya y a sentir que el mundo los persigue. Esto puede hacer que sea difícil
tener una relación saludable con este tipo de persona.
Qué es la victimización?
Tener un
complejo de víctima significa sentir que uno es una víctima constantemente en sus
relaciones y experiencias en la vida. Hace que una persona sienta que todo le
sucede, invente excusas cuando las cosas van mal y sienta una falta de control
en su vida. Si bien la mayoría de nosotros experimentamos esto en algún
momento, aquellos con complejos de víctima se sienten victimizados con más frecuencia
y más severamente que una persona promedio.
Es
importante comprender que tener un complejo de víctima es distinto de ser una
víctima real o experimentar un trauma. Los supervivientes de eventos
traumáticos, en general, no poseen el rasgo de victimismo. Los supervivientes
de un trauma no suelen sentir que su tragedia los define, ni se ven a sí mismos
como parte de sus experiencias desagradables.
Alguien
con un complejo de víctima puede generalizar incorrectamente que el mundo está
en su contra, pero las injusticias sociales reales son muy diferentes. Las
personas pertenecientes a grupos marginados y oprimidos son conscientes del
hecho de que todo su grupo está siendo oprimido y no solo ellos, en contraste
con aquellos con complejo de víctima que suelen resistirse al cambio. Las
personas que han sido sistemáticamente oprimidas comparten sus experiencias
personales para conseguir un cambio, a diferencia de quienes tienen complejo un
de víctima, que a menudo son reacios al cambio.
Las
personas con complejo de víctima son incapaces de asumir la responsabilidad de
sus propias contribuciones a las dificultades o disputas. Se preocupan
exclusivamente de sí mismos y de sus propios problemas.
Tener una
mentalidad de víctima se define por la creencia de que la vida te controla a ti
en lugar de tú controlar tu vida.
Estas son
algunas señales que nos indican quien puede tener un complejo de víctima:
1. Se obsesionan con los sucesos
negativos
Las
personas con complejo de víctima a menudo tienen dificultad para recordar los momentos
positivos y productivos. En lugar de recordar momentos productivos y positivos,
suelen centrarse en recuerdos que les causaron daño, temor o angustia, y los
reproducen de manera continuada. Este hábito los mantiene atascados en un
patrón de pensamiento inútil y poco saludable que los mantiene atados al
pasado.
2. Ponen excusas por sus errores
Cuando las
cosas van mal, no asumen la responsabilidad de su parte. Como regla general,
culparán a otros o pondrán excusas de por qué no fueron responsables de lo que
sucedió. Cuando vuelven a contar la historia o mencionan a otros, a menudo se
presentan a sí mismos como individuos indefensos con las mejores intenciones y
a todos los demás como maliciosos.
3. Nunca tienen la culpa de nada
Por lo
general, es difícil para alguien con complejo de víctima hacerse cargo de su
propia vida, lo que perpetúa su victimización. Invariablemente, todo les sale
mal y normalmente es culpa de otra persona.
Culpan a
su jefe de todo lo que sale mal en el trabajo, o se quejan de su ex durante mucho
tiempo después de una ruptura. Se ven a sí mismos como la víctima indefensa y a
todos los demás como los malhechores.
4. Rara vez se hacen responsables de
algo
Ya sea que
estén recibiendo comentarios en el trabajo o peleando con un amigo, las
víctimas son incapaces de reconocer cómo pueden haber contribuido en la situación.
Se enfocan en lo que se les hizo negativamente, independientemente de la
situación. Siempre se trata del otro individuo y de cómo intentan lastimarlo.
5. Dominan la discusión
Cuando se
habla con una persona con complejo de víctima, la mayor parte de la conversación
discurre sobre la vida de la víctima y lo que está experimentando. La víctima
puede estar tan concentrada en sus propios problemas que es incapaz de
preocuparse o simpatizar con los de los demás, lo que da como resultado una
relación desequilibrada y unilateral.
6. Siempre quieren tener la razón
Es difícil
que alguien esté completamente en lo correcto o incorrecto en un conflicto
porque la vida rara vez se nos muestra en blanco y negro. Siempre hay
aprendizaje y áreas grises para navegar en ambos lados.
Las
personas con complejo de víctima no pueden ver las sutiles distinciones en
ciertas situaciones porque están demasiado centradas en su perspectiva. Por lo
general, se ven a sí mismos como 'buenos', 'justos', 'muy conscientes y espirituales',
o 'cariñosos y amables' y ven a los demás individuos como 'malvados',
'negativos', 'inconscientes', 'no espirituales' o 'desagradecidos'.
Pase lo
que pase en una situación, la víctima fue empujada a lo que fuera o fuese. Los
roles, expectativas y emociones de las personas se sienten absolutos.
7. Son tercos
Si alguien
tiene complejo de víctima no podrá reconocer el dolor de los demás o cómo sus
acciones han afectado negativamente a otros. Sin embargo, ser capaz de dejar ir
una situación con gratitud, paz y aceptación requiere ver la situación por lo
que es y reconocer cómo se puede hacer mejor en el futuro.
8. Son extremadamente desconfiados
Una
mentalidad de víctima se caracteriza por el egoísmo, la desconfianza social y
la paranoia sobre las dinámicas interpersonales y sociales, lo que los hace
ansiosos por ver la injusticia en casi cualquier situación.
9. No buscan soluciones para avanzar
Cuando se
intenta hablar con ellos sobre sus problemas, no están interesados en
solucionarlos ni en encontrar una salida a su mentalidad de víctima. Se quejan
de su situación porque perciben pocas posibilidades de alterarla, como si no
tuvieran control sobre ella.
Para ellos
también es vital informar a quienes les quieran escuchar, la forma en que han
sido explotados o aprovechados. Dado que la víctima se identifica fuertemente
con el rol de víctima, rara vez toma una postura de empoderamiento por su
comportamiento o distorsiones cognitivas.
Cuál es la raíz del complejo de
víctima?
Puede ser
una opción atractiva para aquellos que no quieren ser culpados por su
comportamiento si se convierten en víctimas, a nivel general.
Un
complejo de víctima es el resultado de soportar ciertas dificultades, pero las
personas que tienen este complejo también han desarrollado un profundo nivel de
sensibilidad hacia el sufrimiento de los demás. Según una investigación
publicada en 2015, hay cinco factores que contribuyen a esta mentalidad de
víctima.
1. Ser victimizado desde el
principio
Un
complejo de víctima puede ser el resultado de haber sido criado en un entorno
disfuncional en el que se estuvo sometido a abuso emocional, físico, a alguna
traición o al rechazo social. Esto afectó negativamente al desarrollo del comportamiento
social y a la capacidad para crear conexiones amorosas. Al ser incapaz de ver
la integridad y la benevolencia inherentes en otras personas, quedó afectada
negativamente la visión del mundo.
2. Perder la confianza de alguien
No
pudieron vivir en un mundo donde las personas pudieran ser vistas como
honestas, fiables y estables. Desde la infancia, las personas con complejo de
víctima han sido violentadas y por lo tanto incapaces de poder confiar. Se
volvieron profundamente conscientes de los sentimientos de impotencia, ira,
desilusión y rabia, y como resultado se defendieron contra la explotación y el
control. La ira es pasajera para algunas personas, pero aquellos que son
sensibles a la victimización la sienten durante mucho tiempo.
3. El deseo de ser lastimado
A menudo, el
complejo de víctima se convierte en un mecanismo para afrontar o evitar
situaciones difíciles y mantenerlas alejadas. Debido a que se anticipa la falta
de cooperación de los demás, se entra en situaciones sin cooperar y se está
menos dispuesto a ayudar a otros que puedan estar necesitados de ayuda. También
se ha descubierto que las personas con complejo de víctima son más propensas a
fomentar sentimientos de celos y envidia, y están menos dispuestas a aceptar las
disculpas de sus parejas.
4. El miedo a que se aprovechen de uno
Ver a
alguien actuar injustamente o comportarse de manera egoísta puede ser
desalentador. Observar a una persona actuar de manera agresiva o destructiva en
respuesta a las señales de explotación es tan aversivo, que probablemente las personas
con sensibilidad de víctima se acaben comportando de la misma manera. Sus
acciones son reaccionarias para evitar así ser victimizados.
5. Tener un monólogo interno
negativo
Tener un
sentido firme e inquebrantable de uno mismo le permite moverse por la vida con
facilidad. Una persona con complejo de víctima a menudo se asocia con una
autopercepción negativa. A menudo se consideran frágiles, desafortunados,
hipersensibles, víctimas fáciles de los acosadores o presas del mal
comportamiento, por citar algunos ejemplos.
6. Rasgo de personalidad
El
complejo de víctima puede ser un rasgo de personalidad, un elemento central de
la identidad de una persona, ya que se sustenta en sus procesos evolutivos y
cognitivos.
Cómo comportarse con las personas
con complejo de víctima?
Hay varias
formas de manejar a las personas con complejo de víctima:
1. Asegurarse de establecer límites
firmes
Establecer
límites saludables en las interacciones con las personas con complejo de
víctima es importante, al mismo tiempo que se les recuerda su propio poder, se
les apoya y se cree en ellos para manejar una situación.
2. Prestar atención a cómo se
interactúa con ellos
Al mismo
tiempo, hay que tener en cuenta que no se debe prestar demasiada atención y
simpatía a las víctimas. Si bien se debe estar allí para ellos, también es
importante evitar crear codependencia o fomentar el pensamiento en blanco y
negro, donde hay un villano claro y una víctima impotente.
3. Contarles sobre sus propias
habilidades
El complejo
de víctima comienza porque fundamentalmente se desconfía del mundo. Es importante
asegurarse de que busquen y vean el lado positivo de las situaciones para
devolver la ligereza y la dulzura a la forma en que ven las cosas. Hay personas
maravillosas y compasivas en el mundo, así como personas negativas.
Ayudarles a
reconocer que las personas tienen control sobre cómo se desarrollan las
situaciones y ayudarles a considerar la posibilidad de que las cosas también pueden
salir bien.
En resumidas
cuentas, es importante:
Mantener una
mente abierta
Establecer
conversaciones simples y enfocadas
Saber
escuchar
No dejarse
arrastrar a una discusión
Ser
compasivo y paciente
No tomarse
las cosas personalmente
Ser
tolerante con las opiniones de los demás
No hacer
suposiciones
Ser reflexivo
No
apresurarse a sacar conclusiones
Ser un
buen comunicador
No siempre
es sencillo mantener una relación con alguien que sufre el complejo de víctima. Ciertamente, se le puede ayudar a construir una perspectiva más equilibrada al establecer
límites. Sin embargo, sólo depende de él seguir adelante, dejando atrás los
viejos recuerdos.
La autoconciencia
es el primer paso hacia un cambio positivo. Al liberarse de la compulsión de
verse a uno mismo como limitado, es posible desarrollar la compasión, la
confianza en uno mismo y la amabilidad necesarios para recuperar una vida en
paz.
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