REDES

miércoles, 13 de septiembre de 2017

LA ENFERMEDAD, EL DOLOR Y EL SUFRIMIENTO - REFLEXION

La enfermedad, el dolor y el sufrimiento, son las señales de que nos estamos desviando de lo que nuestro Ser Superior o Alma está intentando trasmitir a nuestra díscola personalidad.

Para ello, nuestro Yo Superior emite dictados a través de la intuición, el instinto, la conciencia y también los sueños. Estos dictados constituyen la información necesaria para que nuestra personalidad se aplique en su particular lección a aprender.

En caso contrario puede ser la misma enfermedad la que tome las riendas de nuestra vida e intente hacernos corregir la direccionalidad equivocada que hemos adoptado. Pero además, en muchos casos debemos comprender en qué nos estamos equivocando y trabajar para crear la virtud opuesta.

Quizá no sean los errores de esta vida, de este día de clase lo que estamos combatiendo, y aunque en nuestras mentes físicas no seamos plenamente conscientes de las razones de nuestros sufrimientos que pueden parecemos crueles y sin sentido, nuestras almas (que somos nosotros mismos) conocen el propósito final y nos están guiando hacia lo que más nos conviene y, por ende, hacia la plena salud y satisfacción con la vida.

Debe quedar claro que el karma es en realidad el reglamento de un juego interactivo en el cual nosotros estamos eligiendo continuamente, no únicamente en el período anterior al nacimiento. Aunque sólo veamos el resultado último, es decir el efecto, continuamente estamos «negociando» con esta ley y creando causas que producirán unos efectos, ahora o en otras existencias. El libre albedrío, entendido desde una óptica más elevada, es así de amplio y tremendamente generoso.

La enfermedad no es material en su origen, sino «el resultado de pensamientos y acciones erróneas. Una vez aprendida la lección del dolor, el sufrimiento y la desgracia, su presencia carece de propósito, desapareciendo entonces automáticamente.

En un plano más cotidiano, cuando los pequeños «toques» en forma de síntomas son ignorados por nuestra personalidad, sobreviene una enfermedad lo suficientemente disuasoria: «ya que es la misma enfermedad la que obstaculiza e impide que llevemos demasiado lejos nuestras acciones equivocadas.  

En cualquier caso, la enfermedad no puede ser entendida como un castigo sino como un instrumento de aprendizaje, una gran ocasión para evolucionar y mejorar como persona.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

DESCARGO DE RESPONSABILIDAD: ESTE BLOG NO PROPORCIONA CONSEJOS MÉDICOS

La información que incluye este blog, tanto texto como imágenes, tiene solo fines informativos. Ningún material contenido en este sitio pretende ser sustituto del consejo, diagnóstico o tratamiento médico convencional.