Lo que a continuación voy a indicar, la iglesia lo llama herejía; yo, personal y simplemente las
llamo Verdades. Como veis, no comulgo con lo que otr@s dicen, y esto lo llevo a
cualquier extremo y condición en mi vida diaria. Creo en mí y solo en mí.
Jamás he creído en
nada externo de lo que llega a mí, porque desde hace mucho tiempo estoy segura que ya
todo está en mi interior, al igual que en el interior de cada uno de vosotr@s, y aunque muchas cosas aún no las haya recordado, que no aprendido, estoy
segura que ya sea en esta vida o en las siguientes, lo conseguiré. Hoy por hoy, no tengo ninguna prisa porque sé que todo es siempre como debe ser y mi vida es eterna.
Y aquí van mis
verdades, por si a alguien le pueden ser de utilidad.
Lo primero que un@
debe hacer para conocer a Dios es dejar la mente a un lado, aquietarla de tal
forma que no entorpezca de ninguna manera posible. Esto debe ser así porque la
mente guarda el pasado, el cuerpo guarda
el presente y el alma guarda el futuro. En otras palabras, la mente analiza y
recuerda, el cuerpo experimenta y siente, y el alma observa y conoce.
Si un@ desea ponerse en
contacto con lo que un@ recuerda acerca de Dios, entonces utiliza su mente. Si un@ desea ponerse en contacto con lo que un@ siente hacia Dios, entonces utiliza su cuerpo. Y si un@ desea ponerse en contacto con lo que un@ sabe acerca de Dios, entonces utiliza su alma.
Además, para poder conocer a
Dios, un@ debe estar preparado, dispuesto y sobretodo abierto. La fe es el inicio, el comienzo de un nuevo camino que ha de llevarnos hasta Él. La fe
en alguna clase de poder superior, en algún tipo de deidad, indica que un@ está totalmente preparad@.
A continuación, la
capacidad para aceptar nuevos pensamientos acerca de Dios, pensamientos que
nunca antes se han tenido, pensamientos que tal vez incluso te sacudan un poco.
Por ejemplo: Amigo Nuestro, que estás en los cielos, como encabezamiento de la oración
del Padrenuestro, y esta sería una señal inequívoca de que uno está dispuest@.
Y para terminar, un@
debe también estar abierto. Si no es posible ver a Dios de formas distintas,
muy distintas a como nos han enseñado antes, entonces el mecanismo a través del
que es posible conocer verdaderamente a Dios queda por completo obstruido y se
imposibilita cualquier avance e incluso reacción.
Un@ debe poder
abrazar a un Dios que le ama y que le abraza sin condiciones; un@ debe tener la
capacidad de aceptar en su vida a un Dios que le acepta en su reino, y que
además lo hace sin preguntas ni reproches; un@ debe tener la capacidad de dejar
de castigarse por creer en un Dios que jamás le castigará, tan contrario a todo
lo que antes le han hecho aprender, y además debe tener la capacidad para poder
hablar con un Dios que nunca jamás ha dejado de hablar con ninguno de nosotr@s.
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