En España es ahora mismo pleno verano. Como much@s ya sabéis, resido en
pleno bosque cada día del año, lo que me permite mantenerme en contacto con la
naturaleza más virgen de mi país. Espero que os agrade.
En estos días, el calor es muy intenso y solo apetece salir al jardín
cuando el sol comienza a querer esconderse. Ayer mismo estaba sentada en medio
de mi precioso jardín, mirando al cielo y gozando del espectáculo aéreo de
cientos de pájaros. A los pocos minutos, nada menos que 4 libélulas preciosas
comenzaron a revolotear justo por encima de mi cabeza, apenas a metro y medio.
Volaban de un lado a otro sin parar; lo hacían en círculos, en líneas rectas y
formando figuras geométricas de todos los estilos. Una maravilla!!! Casi desde
que me recuerdo he residido en el bosque, y os aseguro que jamás me había
sucedido algo tan especial y me han sucedido unas cuantas cosas ya!!
Cuando una libélula aparece frente a nosotros, suele significar que porta
vientos de cambio y mensajes de sabiduría. Básicamente deberíamos tener en
cuenta de mantener vivas nuestras ilusiones y permitir deshacernos de aquellas
situaciones que nos limitan de alguna manera.
La libélula, en casi todo el mundo, simboliza el cambio en la perspectiva
de la autorrealización, y el cambio tiene su origen en la madurez mental y
emocional, y en la comprensión del significado más profundo de la vida.
La tradicional asociación de libélulas con el agua también da origen al
significado de este increíble insecto. El vuelo de la libélula, por
encima del agua, representa la acción de ir más allá de lo que está en la
superficie y buscar en las implicaciones más profundas de los aspectos de la
vida.
Su vuelo ágil y su capacidad para moverse en todas las direcciones exuda
una sensación de poder y equilibrio, algo que sólo viene con la edad y la
madurez. Puede volar a la misma velocidad que un helicóptero. Mi padre las
llamaba siempre así. También son capaces de volar hacia atrás como un colibrí,
volar en línea recta hacia arriba, abajo y a los lados. Lo más increíble es que
puede hacer todo esto mientras sus alas baten tan solo a 30 veces por minuto.
Los mosquitos y las moscas tienen la necesidad de batir sus alas 600 y
1.000 veces por minuto, respectivamente.
El aspecto más increíble es cómo la libélula cumple sus objetivos con la
máxima simplicidad y efectividad, ya que si nos fijamos en las proporciones,
con 20 veces más potencia en cada uno de sus golpes de ala, es un fenómeno en
comparación con los otros insectos. Además, tiene gracia, soltura y elegancia,
cuál bailarín principal.
Sus cuerpos son iridiscentes, y también sus alas. Así, pueden
manifestarse en diferentes colores, dependiendo del ángulo y la polarización de
la luz que cae sobre el animal. Esta propiedad se ve y se cree que es el final
de las ilusiones auto creadas y una visión clara de las realidades de la vida.
La propiedad mágica de iridiscencia también se asocia con el
descubrimiento de las propias capacidades, al desenmascarar el verdadero yo, y
la eliminación de las dudas. De nuevo, esto significa indirectamente
auto-descubrimiento y eliminación de las inhibiciones.
La libélula vive normalmente, y durante la mayor parte de su vida como
una ninfa o un insecto inmaduro. Vuela sólo en una fracción de su vida y
por lo general no más de unos pocos meses. Esta libélula adulta debe hacerlo
todo en tan solo unos meses.
Este singular estilo de vida simboliza y ejemplifica la virtud de vivir
en el momento y vivir la vida al máximo. Al vivir ahora, uno es consciente de
quién es, de dónde está, de lo que está haciendo, de lo que quiere, y de tomar
decisiones basadas a partir del momento presente. Esta capacidad le permite vivir
su vida sin remordimientos como libélula adulta.
Los ojos de la libélula son una de las partes más interesantes y más
sorprendentes. Casi el 80% de la potencia del cerebro del insecto se dedica a
la vista, y el hecho de que pueda ver en los 360 grados a su alrededor,
simboliza la visión desinhibida de la mente y la capacidad de ver más allá de
las limitaciones impuestas por ésta.
Es conocedor interior que ve todo nuestro potencial verdadero, así como
nuestras habilidades. La Libélula personifica el deshacerse de todas las
creencias que dicen: no podemos hacer esto o aquello, alcanzar un sueño o una
meta. La libélula está para recordarnos que todo es posible cuando realmente
alcanzamos el entendimiento de que somos parte del universo y que somos un alma
en un cuerpo. Nuestro espíritu que es lo que somos, utilizando el cuerpo por un
tiempo, mientras dure la vida y como tales tenemos el poder de manifestar lo
que sea que decidamos en nuestro cuerpo y vida.
La Libélula saca de nosotros las ilusiones que nos dicen que no podemos
alcanzar nuestros sueños y metas, que no somos valiosos o capaces, cuando en
realidad es nuestro derecho de nacimiento y nuestro verdadero poder crear
cualquier cosa que elijamos.
Cuando aparece la libélula en nuestra vida, puede indicar también que
existen adicciones u otros problemas que están “fuera de control” en tu vida
que deben ser examinados y resueltos.
Con frecuencia, el asunto principal no siempre es lo que parece ser en la
superficie, es importante mirar con atención bajo las aguas emocionales para
comprender lo que realmente está pasando.
Una vez que la Libélula ha surgido como individuo adulto con alas, ésta
conquista el aire con su vuelo súbito. Nos indica que trabajando con la energía
de la libélula podremos llegar a sacar rápidas conclusiones o una nueva
perspicacia que nos ayudará a empujarnos hacia nuevas maneras de ser y hacer.
Ciertamente, es un momento más importante para ver a través de las
ilusiones y realmente escuchar los mensajes que el Universo está enviándonos.
Creencias centradas en la limitación o el miedo son expuestas para ser
revisadas y soltadas.
Cuando aparece la Libélula es que estás preparado para una gran
transformación.
La leyenda de la
libélula
En el principio el agua cubría la tierra. La vida comenzaba a crear
diferentes formas de vida, todo surgía del agua, pequeños animales acuáticos aptos
para la supervivencia, pequeños insectos de vuelo corto poblaban la profundidad
y la superficie del agua que era dulce, ya que todavía no se había salinizado.
La materia se estaba formando y la dimensión lemuriana se estaba desvaneciendo,
la realidad material se estaba imponiendo. Una nueva belleza estaba naciendo
del agua, estaba emergiendo la tierra, que en su fértil tierra había guardado
por milenios las semillas de una vegetación exuberante.
En vista de la emergencia, de que la magia se iba perdiendo y los seres
humanos habían olvidando quienes eran, los maestros lemurianos decidieron
enviar algunos mensajeros para que les recordaran a los humanos que existía esa
otra dimensión etérica, de creación instantánea, de luz, de pensamiento amoroso
y luminoso. Unos de esos mensajeros fueron las Ballenas y los Delfines, pero la
leyenda cuenta la historia de uno mucho más pequeño, un ser mágico: la
libélula.
Para nacer de una dimensión a otra, los maestros le prepararon un pequeño
pozo en la fuente de Likia, una gran fuente de agua iridiscente igual a sus
alas. Durante unos 300 millones de años terrestres, vivió en forma de Ninfa,
para aprender a sobrevivir en el agua y poder emerger a la superficie para
poder volar. Durante el sueño del agua le fue entregada su misión y su medicina
para los humanos. La dotaron de tres cualidades una acuática, una terrestre y
una aérea.
Cuando salió a la superficie las dimensiones habían cambiado y se
encontró volando en la corriente de un gran río, en la antigua tierra de Khem,
la tierra fértil, la del gran río Nilo, conocido en todos los confines de la
tierra como la arteria mas poderosa de Gaia. Volando sobre el Nilo se dio
cuenta que sus alas desplegaban colores iridiscentes, vio como se parecían al
reflejo del cielo en el agua, sintió la ligereza, practicó el vuelo, siendo sus
alas tan eficientes que las podía mover en muchas direcciones, a gran
velocidad, en línea recta, hacer ángulos extremos con gran facilidad,
recordando así su origen.
Otras iguales a ella habían emergido a las vez, sintió el deseo de volar
en el aire juntaban sus colas y hacían espirales sobre el agua, cerca de los
juncos, en una poza del río, haciendo piruetas increíbles, yendo hacia delante,
en sentido contrario, dibujando ADNs, bajando hasta casi rozar el agua,
subiendo hacia el cielo, siempre unidas, en el éxtasis eterno de la plenitud.
Repetían muchas veces estos juegos aéreos hasta que comprendieron que estaban
allí para sembrar en la Madre Tierra una nueva especie, surgiendo así la red biológica
de las libélulas.
La libélula del Nilo dejaba sus huevos fecundados en la cercanía de los
juncos, protegidos de las corrientes, cerca de un grupo de lotos. Allí iban
creciendo, engordando, hasta que el peso los catapulta hacia el fondo cenagoso,
para vivir un nuevo paso, ahora como ninfas. Por mucho tiempo vive la ninfa
bajo el agua, en los pequeños recodos de las rocas, en lo profundo, en la
oscuridad del fango, aprendiendo la maestría de la supervivencia, de las
emociones, allí se hace carnívora, se alimentan de otros seres vivos, algo
nuevo para ella, que necesita hacerlo para sobrevivir, para eliminar los
depredadores.
Llegado a un punto, en que ya ha comido suficiente, necesita salir del
agua, su cuerpo ha crecido tanto que siente que le ajusta demasiado y decide
subirse a un loto cerrado. Al salir siente por primera vez que puede respirar
en el medio sutil del aire. Comienza a salir por una apertura de su viejo
cuerpo, comprobando que ha crecido mucho, tímidamente observa que puede
desplegar sus alas multicolores, y sobre el loto se desprende del traje de
ninfa, dejando atrás la oscuridad carnívora del fango, para convertirse en ese
ser alado de otras dimensiones.
Las Libélulas traen su medicina para ayudar a los humanos a salir de la
ilusión de lo material y a conectar con la verdadera vida. Ellas vienen de esa
dimensión Lemuriana, todavía presente en la tierra, con sus alas de colores
iridiscentes, a mostrarnos aquello que está oculto dentro de los hombres y nos
hace actuar con miedo, desconfianza, con conductas compulsivas y adictivas
inconscientes. Nos acompañan par ir a buscar, en las aguas profundas y oscuras
de la emoción, lo que pasa realmente, anunciándonos la madurar nos aporta la
salida de la oscuridad a la luz, mostrándonos el vuelo ligero que nos da la
madurez. Ellas nos quitan el velo, para que escuchemos el mensaje del Universo
que nos dice: “Llegó la hora de dar un paso adelante y dejar de echarle la
culpa a lo externo, de saber que todo viene de adentro, de tomar responsabilidad
de lo que pasa en tu vida para cambiarlo, para convertirse en el Ser de Luz que
siempre has sido”.
QUE HERMOSA HISTORIA, ME FIJARE CUANDO VEA UNA, ME HACE TANTA FALTA COMO TU NO TE INMAGINAS AMIGA, MI VIDA SOLO HAY AMARGURAS, Y SINSABORES.
ResponderEliminarGRACIAS POR TAN BELLA PAGINA
CARIÑOS
ALY
Me encanta!!! esta información e historia de la libélula GRACIAS....
ResponderEliminaruna vez una libelula cambio su exoesqueleto en la terraza de mi casa, yo lo tome, guarde y cristalice en resina... hoy día me doy cuenta que en mi casa en otra estancia encuentro otro exoesqueleto mas bonito que el anterior que eso fue hace como dos años hoy día 07/01/2018 me encuentro otro exoesqueleto en mi hogar.
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