La espiritualidad es un concepto amplio que da cabida a muchas perspectivas. En general, incluye un sentido de conexión con algo más grande que nosotros mismos y, por lo general, implica una búsqueda de sentido de la vida.
Como tal,
es una experiencia humana universal, algo que nos afecta a todos por igual e
independientemente del nivel social o económico. Las personas pueden describir
una experiencia espiritual como sagrada o trascendente o simplemente como un
profundo sentido de vitalidad e interconexión con algo que está más allá.
Algunas
personas pueden descubrir que su vida espiritual está intrínsecamente vinculada
a su asociación con una iglesia, un templo, una mezquita o una sinagoga. Otras
pueden rezar o encontrar consuelo en una relación personal con Dios o un poder
superior al que no pueden o prefieren no poner nombre. Y otras buscan sentido a
través de sus conexiones con la naturaleza o el arte. Al igual que su sentido
de propósito, su definición personal de espiritualidad puede cambiar a lo largo
de su vida, adaptándose a sus propias experiencias y relaciones.
Para muchas
personas, la espiritualidad está conectada con grandes preguntas sobre la vida
y la identidad como por ejemplo:
¿Soy una
buena persona?
¿Cuál es
el significado de mi sufrimiento?
¿Cuál es
mi conexión con el mundo que me rodea?
¿Las cosas
suceden por alguna razón?
¿Cómo
puedo vivir mi vida de la mejor manera posible?
Algunos "expertos"
sostienen que la espiritualidad es el aspecto de la humanidad que se refiere a
la forma en que los individuos buscan y expresan el significado y el propósito,
y la forma en que experimentan su conexión con el momento, con uno mismo, con
los demás, con la naturaleza y con lo significativo o sagrado.
Otros indican
que espiritualidad significa cualquier experiencia que se cree que pone al
experimentador en contacto con lo divino o, en otras palabras, no cualquier
experiencia que se sienta significativa.
Incluso algunas
enfermeras afirman que la dimensión espiritual intenta estar en armonía con el
universo, se esfuerza por encontrar respuestas sobre el infinito, y se enfoca
cuando la persona enfrenta estrés emocional, enfermedad física o muerte.
Relación entre religión y
espiritualidad
Si bien la
espiritualidad puede incorporar elementos de la religión, generalmente es un
concepto más amplio. La religión y la espiritualidad no son lo mismo ni son completamente
distintas entre sí. La mejor manera de entender esto es pensar en dos círculos
superpuestos como el que sigue:
En la
espiritualidad, la pregunta es: ¿dónde encuentro personalmente significado, conexión
y valor?
En la
religión, la pregunta es: ¿qué es verdadero y correcto?
Donde los
círculos se superponen es en la experiencia individual, que afecta la forma en la
que pensamos, sentimos y nos comportamos.
Espiritualidad versus salud
emocional
Veréis que
muchas de las prácticas recomendadas para cultivar la espiritualidad son
similares a las recomendadas para mejorar el bienestar emocional. Esto se debe
a que existe una conexión entre las dos: el bienestar emocional y el espiritual
se influyen entre sí y se superponen, al igual que todos los aspectos del
bienestar.
La
espiritualidad consiste en buscar una conexión significativa con algo más
grande que uno mismo, lo que puede dar como resultado emociones positivas, como
paz, asombro, satisfacción, gratitud y aceptación.
La salud
emocional consiste en cultivar un estado mental positivo, que puede ampliar nuestra
perspectiva para reconocer e incorporar una conexión con algo más grande que
uno mismo.
Así, las
emociones y la espiritualidad son cosas distintas, pero están vinculadas y profundamente
integradas entre sí.
Permitidme
una última reflexión. No es necesario saber exactamente qué está pasando ni
hacia dónde va todo. Lo que se necesita es reconocer las posibilidades y los
desafíos que ofrece el momento presente y aceptarlos con valentía, fe y
esperanza.
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