Te despiertas cada mañana sabiendo que vas a utilizar el día para hacer algo que te encanta de verdad?? Y por la noche, te vas a la cama sintiéndote realizado y satisfecho de haber pasado el día haciendo un trabajo que realmente tenía significado para ti y de haber utilizado tus propios dones y pasiones??
Si no es
así, debes saber que no estás solo. Varias encuestas realizadas a lo largo de
los últimos años demuestran que menos del 20% de las personas preguntadas
disfrutaban de verdad de lo que hacían. Para llegar a esta conclusión, se investigó
el impacto de este fenómeno, estudiando la salud y el bienestar de un grupo de
168 personas a lo largo de una jornada laboral normal. Como era de esperar,
quienes dijeron sentirse comprometidos con su trabajo tenían niveles más altos
de felicidad y menos estrés que quienes dijeron sentirse desconectados.
La vocación. Una vocación utiliza nuestros
dones naturales. Todos poseemos cientos de habilidades y casi todos también
tenemos algunos dones naturales, que a menudo surgen a temprana edad en
nuestras vidas. Los dones son más que simples talentos; son lo que nos hace
sentir realizados y felices. Tener sentido del humor o la capacidad de alegrar
a los demás, la capacidad de calcular números rápidamente o la aptitud para
liderar a otros son ejemplos de dones naturales que pueden expresar nuestro
propósito.
Servir a los demás. Esta vocación podría
considerarse como el impulso de compartir nuestros dones con el mundo. Cuando
expresamos nuestros dones por el bien de los demás, a menudo experimentamos la
alegría de estar totalmente vivos.
Crear “flujo”. ¿Qué estabas haciendo la
última vez que experimentaste tal absorción que perdiste la noción del tiempo?
Probablemente estabas haciendo algo relacionado con tu vocación.
Tu vocación
puede ser tan simple como G + P + V = P. Es decir, dones + pasiones + valores =
propósito.
Prueba
estos ejercicios para descubrir tu vocación real.
Descubre tus pasiones
Nuestros
sueños brindan información sobre nuestros deseos y pasiones personales, que
pueden señalar el camino hacia un propósito subyacente. Identifica tus sueños y
descubre tus pasiones con esta actividad.
Prueba el diario de flujo libre
Aprende un
estilo de diario de flujo libre (escribir aquello que venga a la mente sin
pensar en ello), que puede ayudarte a conectar más profundamente con tus
propias necesidades, deseos y pensamientos.
Identifica tu etapa profesional
Saber
dónde estás ahora puede ayudarte a ver hacia dónde te gustaría ir después.
Vocación y carrera
Para
algunas personas, el trabajo es simplemente un trabajo, una fuente de ingresos,
tal vez incluso una fuente de estimulación y recompensa, pero no está
relacionado con su propósito más amplio. Para otras personas, su trabajo o
carrera está estrechamente entrelazado con su propósito de vida: es una
vocación, tal vez arraigada en la noción de servicio. La vocación es donde
nuestra mayor pasión se encuentra con la mayor necesidad del mundo.
Tu
vocación puede no ser necesariamente tu trabajo: puede ser un pasatiempo, criar
una familia, una obra de caridad o una forma de relacionarte con los demás y
ayudarlos, pero como el propósito a menudo se extiende ampliamente a todos los
aspectos de la vida, es probable que también se relacione con tu trabajo.
Para
quienes desean integrar la carrera con el propósito de vida, no es suficiente
simplemente anhelar un trabajo más significativo, sino que deben definir
claramente lo que están buscando y luego buscarlo persistentemente. Es sabido
que rara vez se consigue una carrera profesional satisfactoria por casualidad.
Las personas que encuentran una vocación que les resulta significativa lo hacen
porque asumen la responsabilidad de su trayectoria.
Esto no
significa que tengamos que salir corriendo y cambiar de carrera. Buscar un
trabajo significativo puede significar simplemente integrar nuestros dones y
pasiones en el trabajo que tenemos en este momento; por ejemplo, ofrecernos
como voluntarios para organizar un programa de reciclaje en la oficina o una
campaña benéfica.
Cuáles son tus dones??
Pocas
cosas son más tristes que ver a una persona con potencial desperdiciar su vida
sin utilizar sus dones. Muchos de nosotros tenemos dones ocultos que no estamos
expresando plenamente. Puede que los hayamos pasado por alto, o puede que los
utilicemos con tanta frecuencia y sin esfuerzo que los damos por sentados y,
por lo tanto, no los apreciamos. Sin embargo, cuando nombramos estos dones,
descubrimos que son fundamentales para una vida llena de energía y vitalidad.
Puedes hacerte
estas dos preguntas:
¿En qué soy bueno?
¿Qué me encanta hacer?
Tus dones
surgirán en las respuestas que respondan a ambas preguntas; después de todo,
probablemente tengas una larga lista de cosas en las que eres bueno, pero que
no disfrutas hacer. Un verdadero don es algo que puedes devolver al mundo con
facilidad y placer.
¿Cuáles son tus pasiones?
Tu
vocación involucrará tanto tu mente como tu corazón: tus dones naturales y los
temas que más te preocupan. Tus pasiones revelarán hacia dónde quieres dirigir
tu energía y guiar tus metas.
Pregúntate:
¿Qué es lo
que más me importa en el mundo?
¿A quién
quiero ayudar más?
¿Cuándo me
siento más comprometido con lo que estoy haciendo?
¿Cómo
usaría un regalo de un millón de euros si tuviera que regalárselo a alguien?
Cuando nuestras
decisiones de vida y trabajo se basan en nuestros dones y pasiones, surge el
poder del propósito, que aporta equilibrio, energía, fluidez y vitalidad.
Ser devoto
de una vocación, tener sentido de la responsabilidad, y también esperanzas y
aspiraciones, forman parte del ser humano. No tener vocación, no tener sentido
de responsabilidad y no tener esperanzas ni aspiraciones, es estar fuera de la
vida.
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