Vamos
a ver, de manera simple, algunas facultades propias de los médiums y
canales espirituales como yo misma, y también tipos muy distintos de
mediumnidad. Espero que os agrade.
Me
gustaría mucho ser capaz de desmitificar este trabajo, tan a menudo sumido en
el más absoluto secretismo. Permitidme añadir, que a veces es frustrante no
poder explicar de manera normal y natural, que no explayándome como quisiera, a qué me
dedico porque sé que mientras lo haga, los ojos de mis interlocutores se
convertirán en afilados cuchillos escaneadores en busca de alguna anormalidad
en alguno de mis rasgos humanos. Es una sensación que he vivido muchas veces en
mis propias carnes y francamente estoy más que harta, si me perdonáis la expresión.
Parece
ser que la mayor parte de la humanidad se ha olvidado que TODOS nacemos con el
sistema operativo perfecto para poder funcionar por la vida con este tipo de
facultades psíquicas, y lo que es peor, parece que muy pocos son capaces de
reconocer sus propias facultades en otro ser humano. A estos les suelen
denominar "raros", por decirlo de forma muy educada. Esto es
definitivamente preocupante y también frustrante. Ofrecida esta pequeña
aclaración, pasemos al tema que nos ocupa.
El médium puede tener
diversas facultades.
Las
personas que pueden sintonizar las veloces vibraciones del cuerpo espiritual
después de la muerte, sea de un modo físico o mental, reciben la denominación
de sensitivo o médium. Tal como lo sugiere el término, el médium es un
individuo que actúa como mediador entre el mundo espiritual y el físico. Un
médium es capaz de utilizar energía para atravesar el fino velo que separa la
vida física de la espiritual. El concepto de la mediumnidad se puede ver de
este modo: los seres humanos están compuestos por la mente supraconsciente, la
subconsciente y la consciente. En la mediumnidad todos los pensamientos,
sensaciones y visiones se transmiten a través de la mente supraconsciente o
espiritual. Constantemente recibimos de este modo impresiones espirituales,
pero sólo el médium puede interpretarlas. Luego el mensaje pasa a la mente consciente
y así es revelado.
A
menudo se utiliza el término "psíquico" de un modo muy general,
aplicándolo a cualquier persona que trabaje con lo paranormal. Todos somos
psíquicos en cierto grado, pero no cualquiera es médium. El médium no es un
adivino. En otras palabras: todos los médium son psíquicos, pero no todos los
psíquicos son médium. El psiquismo y la mediumnidad utilizan los mismos
mecanismos mentales, pero difieren entre sí. El psiquismo, como la mediumnidad,
es telepático.
"Telepatía"
es otra palabra para designar la transmisión de pensamiento.
Por
ejemplo: estás con un amigo y dices exactamente lo que él estaba pensando.
Entonces tu amigo dice: "Debes de ser telépata" o “…psíquico”. El
psíquico es capaz de "leer" un objeto inanimado o una persona
captando la energía que emana de ese objeto o esa persona. Es en esa aura donde
el psíquico interpreta revelaciones del pasado y el futuro de la persona o
cosa. También puede recibir la energía del objeto o persona por medio de la
sensación o de la visión. Como en el mundo de la energía no existe el tiempo,
son pocos los psíquicos capaces de dar un marco temporal correcto a la
información recibida.
El
médium, en cambio, es una persona capaz de sentir y/u oír pensamientos, voces o
impresiones mentales del mundo espiritual. Los espíritus también emplean la
telepatía. El médium es capaz de tornarse completamente receptivo a las
frecuencias o energías más elevadas en las cuales vibran los seres
espirituales. Por eso, la mente de un espíritu se funde o se imprime en la
mente supraconsciente del médium. Desde allí, el mensaje pasa a la mente
consciente; entonces el médium revela lo que el espíritu está pensando o
sintiendo. La mediumnidad es mucho más comprometida que el psiquismo básico,
pues el médium se abre a una energía descarnada. En el psiquismo, la
información no proviene de un espíritu descarnado, residente en un plano de
frecuencia más elevada. Para enviar su mensaje, el descarnado usa gran parte de
la energía vital del médium, quien opera directamente con el espíritu; ambos
deben estar dispuestos a tomar parte en el proceso de comunicación; de lo
contrario ésta no se produce.
El
concepto de la mediumnidad es más fácil de apreciar en los sueños. Muchas veces
soñamos con parientes o amigos que han pasado al otro mundo. El sueño parece
tan real, que tenemos la sensación de haber estado realmente con ellos. Los
sentimientos son fuertes. Esto se debe a que, en nuestro estado onírico,
estuvimos realmente con nuestros seres amados en un plano espiritual. Cuando
dormimos, el cuerpo etéreo o astral viaja por los reinos ultraterrenos, donde
nos encontramos con nuestros seres queridos y podemos comunicarnos con ellos.
La
mediumnidad en sí se puede dividir en dos categorías diferentes. El primer tipo
-el más común- es la mediumnidad mental. Tal como lo sugiere la palabra
"mental", esta forma utiliza la mente, no en su parte racional o
lógica, sino en la intuitiva o cósmica. Este tipo de mediumnidad mental se
presenta en distintos tipos: clarividencia, clariaudiencia, clarisensación y
pensamiento inspiracional.
Clarividencia.
Esta
palabra significa "visión clara". El clarividente aplica su sentido
innato de vista interior a la percepción de objetos, colores, símbolos,
personas, espíritus o escenas. Estas imágenes no son visibles a simple vista,
pero surgen en la mente del médium como si los estuviera viendo físicamente. En
la mayoría de los casos, las imágenes son reconocibles para la persona que
efectúa la consulta, a quien denomino "consultante".
Clariaudiencia.
Significa
"oído claro". El clariaudiente percibe con el oído psíquico o
sensibilizado. Es capaz de oír sonidos, nombres, voces y música que vibran en
una frecuencia superior; a la manera de los perros, cuyo oído capta frecuencias
mucho más altas que el de los humanos. El clariaudiente transmite al
consultante exactamente lo que oye en esa vibración más alta. Aunque percibe
las voces reales o los susurros con la misma inflexión que la persona habría
utilizado en la Tierra, al repetir al consultante lo que ha oído lo hace con su
propia voz.
Clarisintiencia.
Ésta
es una forma de mediumnidad mental que significa "sensación clara".
El médium clarisensible percibe la presencia de un espíritu en la habitación.
El verdadero clarisensible suele sentir la personalidad del espíritu en todo su
ser. Por medio de las emociones y sensaciones fuertes y empáticas que capta del
espíritu, puede transmitir sus mensajes al consultante. En la clarisintiencia
no se utiliza sólo la mente del médium, sino también su cuerpo emocional.
Pensamiento Inspirado.
Se
lo conoce también como habla, escritura o arte inspirado. En este caso, el
médium recibe pensamientos, impresiones, conocimiento, todo sin premeditación.
Difiere de la clarisintiencia en que, en el pensamiento inspirado, el estado
emocional no es tan evidente como cuando se presenta una personalidad
espiritual para expresarse. El pensamiento inspirado es muy objetivo. Al
mensaje no se agregan emociones intensas ni la personalidad del espíritu que
van asociadas con la clarisintiencia. Aunque el pensamiento inspirado proviene
del espíritu, la personalidad de éste no se imprime en el receptor.
En
muchos casos, una banda o grupo de almas pueden imprimir en un receptor
terrenal pensamientos inspirados. Este grupo de almas fusiona los pensamientos
de cada una de ellas para inspirar a la persona a que escriba cierta pieza
musical y pinte determinado cuadro. Una vez más, esto no se produce en el plano
emocional; antes bien, es inspiración pura. Muchos grandes artistas, como
Miguel Ángel, Monet y Renoir, Bach, Mozart y Schubert, fueron médiums. En el
pasado hubo también grandes científicos y médicos que utilizaron el pensamiento
inspirado.
En
la actualidad tenemos alrededor estupendos artistas plásticos, músicos,
escritores, actores y oradores que emplean el arte mediúmnico mental del pensamiento
inspirado.
El
segundo tipo de mediumnidad es la física, que difiere de la mental. En la
mediumnidad física se utiliza el cuerpo físico en sí, mientras que en la
otra sólo se emplea la mente del médium.
Una forma bien conocida de
mediumnidad física es la canalización.
Del
cuerpo emana una sustancia que se conoce con el nombre de ectoplasma.
"Ectoplasma" proviene del griego: ektos, que significa
"afuera" o "externo", y plasma, "algo modelado o
formado". El ectoplasma fue descubierto por el doctor Charles Richet,
profesor de fisiología francés, al ver una sustancia brumosa que emanaba del
cuerpo de diversos médium. Aunque el ectoplasma es invisible, su densidad
varía. Puede aparecer como gas, líquido o, más comúnmente, como una sustancia
con aspecto de gasa. Es incoloro, inodoro y, según se dice, su peso es de 8,6
gramos por litro. El ectoplasma existe en casi todas las personas, pero en los
médium está especialmente desarrollado. Se lo ve por lo general en un ambiente
oscuro, pues se trata de una sustancia muy sensible a la luz. Emerge por los
oídos, la boca, la nariz o la zona del plexo solar.
Este
material elástico se puede utilizar de diversas maneras, como se explica a
continuación.
Gramófono.
En
esta especial mediumnidad, el ectoplasma se modela en forma de gramófono
artificial, por el que emana la voz de un espíritu. El sonido es exactamente
igual a la voz que tenía esa persona cuando vivía en la tierra, o al menos
similar. Por desgracia, este tipo de mediumnidad es raro; en la actualidad
hay escasas personas en el mundo capaces de producir este fenómeno.
Materialización.
Esta
es la forma más rara de la mediumnidad física y también la más asombrosa. Los
que existen en espíritu pueden formar desde partes de miembros, caras y torsos
hasta cuerpos completos, réplicas exactas del aspecto que el difunto tenía en
vida. La densidad de la materialización depende en gran medida del desarrollo
del propio médium. A principios de este siglo hubo muchos médiums famosos por
sus materializaciones, entre ellos Jack Webber, Ethel Post-Parrish y Helen
Duncan.
Aportes.
Un
aporte es un fenómeno en el que se materializan objetos diversos, tales como
joyas, flores o monedas. Una de las creencias es que el objeto se
desmaterializa en un lugar para aparecer en otro. También se cree que el objeto
es formado directamente por el mundo espiritual.
Curación espiritual.
Otra
forma de mediumnidad física es la curación espiritual, en la cual el cuerpo del
médium se impregna de energía curativa proveniente del mundo espiritual. Con
mucha práctica, el médium puede sanar muchas enfermedades incurables. Esto es
distinto de la curación magnética, que emplea, para reparar la salud, las
fuerzas vitales del propio médium.
Fotografía espiritual.
Este
tipo de mediumnidad es más común: en una fotografía aparecen siluetas
fantasmales o réplicas exactas de personas fallecidas. También es posible ver
en la foto manchas blancuzcas, "luces" o "destellos".
Cada persona tiene sus
espíritus guías únicos.
Existen
muchos tipos de guías; a mi modo de ver, el ángel guardián y el guía son una
misma cosa. Antes de nacer trazamos un plano para el viaje de la vida. Cuando
nos desviamos de ese camino, generalmente un guía nos ayudará a volver a la
senda. Según nuestra evolución espiritual particular y el trabajo terrenal que
tengamos por delante, nos sentiremos atraídos por diversos asistentes, de tres
categorías distintas.
El
primer grupo es el de los guías personales. Son personas a las que hemos
conocido en encarnaciones previas o en los períodos entre una vida y otra, con
quienes compartimos cierta afinidad. Estos guías nos ayudan desde los reinos
espirituales, imprimiéndonos en la mente la manera de desempeñarnos en
determinadas situaciones. Estas impresiones son señales de nuestros espíritus
guías. Por lo general estas indicaciones sutiles pasan inadvertidas, pero si
nos detenemos a escuchar y a evaluar la jornada, es posible que empecemos a ver
y/u oír los mensajes del espíritu.
Para
la mayoría de la gente es difícil sentir la guía de los espíritus porque
quieren o esperan directivas flagrantes, como si Gabriel hiciera sonar su
cuerno. Lo siento, pero no es así como funciona. Los mensajes y las guías son
contactos sutiles y suaves.
He
aquí un ejemplo de cómo suele funcionar la comunicación espiritual. Es jueves y
tienes una entrevista con cierta persona que te ha propuesto una operación
comercial. En el trayecto pierdes la dirección o te extravías en la zona. Eso
te resulta extraño, pues conoces muy bien esa parte de la ciudad. Después de
pasar media hora dando vueltas, localizas el edificio, pero no encuentras lugar
para aparcar. Por fin das con un sitio a varias calles de distancia.
Cuando
vuelves al edificio, la puerta principal está cerrada con llave y debes buscar
otra vía de ingreso. Un guardia de seguridad te abre la puerta. Tomas el
ascensor hasta el piso indicado, pero cuando llegas, la oficina está cerrada;
una nota pegada a la puerta te informa que debes ir a otro piso. Finalmente
hallas la oficina y te reúnes con el posible socio; mientras escuchas su
propuesta, tienes constantemente una sensación rara en la boca del estómago,
pero no sabes con certeza qué es. No obstante cierras el negocio. Varios meses
después, tras haber invertido en la operación los ahorros de toda tu vida,
descubres que tu nuevo socio se fugó con todo tu dinero; no quedan rastros de
lo que ha resultado ser una estafa.
Sin
duda, he exagerado la situación a la enésima potencia, pero lo hice para señalarte
cómo opera la guía espiritual. En esta sucesión de hechos hay un patrón:
demasiados giros incorrectos, indicaciones equivocadas y puertas cerradas. Si
te hubieras dado tiempo para observar esas pistas sutiles, habrías comprendido
que alguien trataba de decirte algo. ¡Tus espíritus guías trataban de ponerte
sobre aviso! Por desgracia, son demasiadas las personas que pasan por la vida
como a través de la niebla; por lo general es preciso golpearlas en la cabeza
con un garrote para que cobren conciencia de lo que sucede a su alrededor.
En
el aspecto positivo, la comunicación espiritual podría ser más o menos así.
Llevas algún tiempo buscando trabajo, pero no has tenido suerte. De pronto, una
amiga con la que no tenías contacto desde hacía tiempo llama para invitarte a
almorzar. Al consultar tu agenda, descubres que tu único mediodía libre es el
que ella sugiere. Cuando te encuentras con ella, es como si nunca hubieran
dejado de verse; todo se desarrolla perfectamente. Le cuentas tus aprietos y
ella dice que estará alerta por si puede ayudarte. Un día después, tu amiga
llama para decirte que acaba de quedar un puesto libre su oficina. Pides
inmediatamente una entrevista, mencionando a tu amiga como referencia, y te
citan para el día siguiente. Llegas a la empresa con tiempo de sobra; el jefe
del departamento, que generalmente está fuera de la ciudad, se encuentra allí y
puede entrevistarte de inmediato. Le gustas y obtienes el empleo.
¿Notas
la diferencia? En el segundo ejemplo todo aparecía sin buscarlo. No creo en
coincidencias ni en la suerte: nuestros espíritus guías nos conducen hacia lo
que nos hemos ganado. La persona que buscaba trabajo actuó según las señales
del espíritu; el libre albedrío le permitía no almorzar con su amiga, pero
decidió hacerlo. Sus guías estaban en comunicación y ella tuvo el buen tino de
dejarse llevar. En adelante, todo cayó naturalmente en su sitio.
Tu
guía personal puede ser también alguien a quien hayas conocido en esta vida: tu
madre o tu padre, un abuelo, una tía, un amigo que haya pasado al mundo
espiritual. Cuando alguien pasa al otro lado no deja de pensar en ti. El
vínculo afectivo creado en la tierra se prolonga en el mundo espiritual. Una vez
en el cielo, puede que el espíritu, al repasar su vida, comprenda que, si
hubiera actuado de otro modo, habría podido hacer más por ti. Ahora que se le
brinda la oportunidad, la aprovecha a fondo y te proporciona todo el apoyo
posible, ya sea ayudándote con los acontecimientos cotidianos, en los asuntos
familiares, o respaldándote en momentos de cambio o crisis.
Los
guías personales suelen hacer vigorosos intentos para orientarnos en la vida
diaria y sugerirnos la mejor manera de remediar ciertas situaciones. Al mismo
tiempo, empero, es importante notar que estos seres queridos no pueden ni
desean intervenir en las lecciones o desafíos que hemos buscado en la tierra
para aprender y desarrollarnos. El proceso de aprendizaje nunca es fácil. A fin
de que obtengamos el máximo beneficio de una situación o una lección de vida,
muchas veces estos guías deben hacerse a un lado y dejar que decidamos sin
ayuda. Aunque a veces una situación parezca insoportable, es entonces cuando
más aprendemos.
Muchas
personas preguntan si nuestros guías nos acompañan constantemente o si debemos
buscarlos y pedirles que acudan. Mi respuesta es: Nunca estamos solos. Los
guías nos acompañan siempre. Su misión espiritual es cuidar de nosotros y
auxiliarnos. El guía puede cambiar de vez en cuando, según la tarea en la que
estemos empeñados. Pero no necesitamos convocarlos, pues ellos conocen nuestras
necesidades y siempre están dispuestos a prestarnos una mano.
La
segunda categoría está compuesta por los asistentes maestros o especializados.
Son espíritus a los cuales atraemos debido a ciertas actividades o trabajos a
los que nos dedicamos.
Los
guías maestros poseen cierta pericia en un campo que deseamos encarar. Por lo
común son expertos en determinadas ramas del conocimiento. Si decides escribir
un cuento de misterio, por ejemplo, tus pensamientos atraerán a un autor que se
haya especializado en ese género. Este guía puede imprimir en tu mente ciertas
formas de desarrollar tu capacidad literaria expresando mejor tus ideas. Lo mismo
sucede con los músicos los pintores, matemáticos, científicos, maestros,
asistentes sociales y otros profesionales. Cada uno atrae a guías particulares
que acudirán si pedimos ayuda. Cuanto más abierto estés a tu, impresiones y
sentimientos, más efectiva será la transmisión y mejor el resultado final. Esto
vale para todo el mundo. Es, simplemente, cuestión de mantenerse receptivos.
Toda obra, sobre todo la de los grandes maestros, ha sido inspirada por el
mundo de los espíritus.
¿Qué
motivo tienen estos guías para querer ayudarnos?
La respuesta es sencilla: Así
debe ser. Cuando pasamos al mundo espiritual cobramos aguda conciencia de que
todos somos igualmente uno. Queremos ayudar a la humanidad para que crezca,
aprenda, comparta ideas y mejore. Al imprimir sus pensamientos en los seres
humanos, y así auxiliarlos, los guías espirituales ayudan a la humanidad a
sintonizarse con la fuerza espiritual existente en todas las cosas. Una vez
más, según lo abiertos que estemos, los espíritus pueden brindarnos inspiraciones
excepcionales o sobrecogedoras o aguardar con paciencia a que les prestemos
atención.
La
tercera categoría de asistentes es la de nuestros maestros espirituales. Estos
individuos pueden ser muy evolucionados, no haber vivido nunca en el plano físico
o haber participado en algún tipo de trabajo espiritual durante muchas
existencias terrenales. Como los otros guías, también ellos gravitan sobre
nosotros según nuestro nivel de evolución espiritual y entendimiento. Los
maestros espirituales tienen un fuerte deseo de ayudarnos a progresar. A menudo
tratan de sugerirnos nuestros dones y potencialidades espirituales. Esta guía
es inapreciable para quien esté en la senda de la iluminación espiritual.
La
mayoría de nosotros tiene uno o dos maestros, siempre los mismos, durante toda
la evolución del alma, vida tras vida. Estos seres están afinados con nuestro
ser espiritual y nos ayudarán a crecer espiritualmente durante el tiempo que
pasemos en el plano físico, además de asistirnos entre una vida y otra. Por
añadidura, tendremos guías magistrales durante cada vida en particular. Una vez
más, según sea la evolución de tu alma atraerás a un guía que te ayude con
lecciones importantes o aspectos de tu personalidad que necesitan
perfeccionamiento. Por ejemplo: puedes tener un guía que te ayude a aprender el
amor incondicional, o un guía maestro que colabore contigo en las lecciones
sobre el egoísmo. Hay mucha verdad en el dicho: "Cuando el discípulo esté
listo, aparecerá el maestro".
Que lindo, me encanto! Recién estoy incursionando en este mundo tan hermoso y que agradecida que estoy
ResponderEliminarMuchas Gracias, sin duda es un mundo apasionante.
EliminarMe parece un poco de cuento ,los guías no existen y los medios tampoco engaña bobos ,el destino está escrito.
ResponderEliminarPues nada, tú a lo tuyo y yo a lo mio, y verás que bien nos irá a los dos. ;)
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