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sábado, 27 de abril de 2024

MEDITA A TU MANERA

Muchas personas tienen múltiples intereses y distintos trabajos a lo largo de su vida. Aunque no es siempre fácil convivir con esta forma de ser, puesto que al ver tantas posibilidades enfrente de uno, éste puede acabar abrumándose y no ser capaz de dar un paso adelante en una dirección concreta.

Este patrón de intereses variados puede aplicarse también a la meditación, porque una persona es como es y no puede cambiarlo. A menudo y casi para cualquiera es bastante sencillo seguir una meditación guiada o enfocarse en la respiración o en alguna melodía tranquila, pero al final, una personalidad con gustos tan variados acaba por aburrirse. Y entonces, la meditación que debería ser un remanso de paz en nuestro interior, se acaba convirtiendo en una tarea contra la que sentimos que debemos revelarnos y ocasiona que la tan anhelada paz se convierta en tensión y acabemos creando una relación de amor-odio con la meditación.

Las que he descrito no son las únicas formas de meditar ni mucho menos y no debemos tener miedo de probar distintas maneras que se adecuen mejor a nuestras dispares personalidades. Tenemos que partir de la base de que NO hay una forma "correcta" de meditar. No la hay, os lo aseguro.

La meditación, en cualquiera de sus formas es muy beneficiosa para nuestro cuerpo, mente y espíritu, pero debemos encontrar formas de llevarla a cabo sin aburrirnos, frustrarnos o sentirnos ansiosos.

Existen muchas opiniones sobre cómo meditar y cómo debería verse y sentirse la meditación. Os sorprendería saber cuántas definiciones diferentes hay, pero el hilo común y que más resuena es centrar o enfocar la atención en una sola cosa para poder acceder al poder de la paz interior y mantener un estado de relajación.

A todos hay cosas que nos gusta hacer y que nos permiten centrar nuestra atención de una manera tan singular que nos podemos relajar por completo sin ningún esfuerzo. Además, hay actividades que ya estamos haciendo que pueden ser meditativas si simplemente cambiamos nuestra intención. Una vez que tomamos la decisión de darnos permiso para meditar de diferentes maneras, la práctica no sólo puede volverse consistente sino que se puede continuar avanzando en este arte.  

Esto nos permitirá fluir no solo con la forma de meditar sino también en el tiempo que invertimos en ella cada día. A veces se puede meditar sólo cinco minutos, mientras que otros días podemos hacerlo durante una hora. No importa ni el tiempo ni el lugar, sino elegir la mejor forma de sentirnos a gusto con esta actividad.

Veamos algunas formas que podemos elegir para nuestra meditación.

En la ducha – La ducha puede convertirse en un momento sagrado, en el que podemos proponernos cada día ser felices y estar sanos. Podemos utilizar mantras o afirmaciones en voz alta mientras nos lavamos el pelo, por ejemplo. También podemos tomarnos unos segundos para enfocarnos en cómo sentimos el agua correr sobre nuestra cabeza al enjuagar el cabello. Entonces nos centramos cada vez en una única cosa, por ejemplo, podemos poner nuestra atención en oír cómo las gotas salpican sobre nuestro cuerpo y a nuestro alrededor. Este es un buen momento también para imaginar que el agua limpia nuestra aura. De hecho, hay algo en el agua que calma nuestro espíritu y cuando nos damos una ducha con intención, siempre nos sentiremos relajados y listos para afrontar el mundo.

Nadar: La acción de nadar de manera intencionada puede aportarnos una gran paz a todos los niveles. Podemos enfocarnos en los movimientos de los brazos o de las piernas o incluso en nuestra respiración. Aunque el cuerpo se mueva físicamente, al estar enfocados permitimos que nuestras ondas cerebrales se ralenticen y podamos sentirnos en paz y con los pies en la tierra.

Pasear: Si se tiene la suerte de vivir cerca de la naturaleza o podemos acceder a ella de manera fácil, ya tenemos mucho ganado porque la naturaleza nos brinda la paz que tanto necesitamos todos. Durante este tipo de paseo es mejor no escuchar música y tampoco hablar si vamos acompañados. De esta forma será mucho más sencillo sintonizar con los  sonidos de los animales, con el sonido del viento, con el calor del sol y con la brisa acariciando nuestra piel. Al sumergirnos en estas simples formas, somos capaces de convertirnos en uno con la naturaleza y compartir la paz que irradia constantemente.

Escuchar una canción específica: A casi todo el mundo le gusta la música de algún tipo. Para meditar intencionalmente con una melodía específica, elegiremos una canción con la que nos sintamos a gusto en ese momento. Podemos conectar con la letra de la canción o con la melodía o con ambas. Al escuchar la canción una y otra vez, nuestro enfoque profundiza cada vez más y es entonces cuando podemos alcanzar la paz interna.

Cuencos tibetanos: No todos tenemos cuencos tibetanos en casa a no ser que nos dediquemos a algo relacionado con ellos. Pero la red está repleta de bellas melodías con este tipo de cuencos, así que podemos acceder a ellos en cualquier momento. Lo ideal es tener un cuenco y ponerlo en alguna parte del cuerpo para que éste pueda resonar con él, pero si no disponemos de un cuenco, bienvenido será el sonido enlatado. A medida que nuestro cuerpo capta y absorbe la vibración que emite el sonido del cuenco, nuestra mente se silencia, nuestro cuerpo pierde toda la tensión y llegamos a un estado meditativo genuino.

Afirmaciones: Utilizar afirmaciones y enfocarnos en ellas es una bellísima forma de meditar también. Podemos usar alguna que nos atraiga o crear la nuestra propia. Al repetir continuamente una afirmación, nuestro cerebro acaba interiorizando el mensaje tan intensamente que nuestra mente comienza a manifestar esos pensamientos.

Auto-Curación: Es una maravillosa idea relajarnos antes de dormir. Para ello podemos enfocarnos un par de minutos en cada uno de nuestros siete chakras principales mientras nos quedamos dormidos. Podemos poner nuestra atención en un chakra concreto y visualizar su color correspondiente envolviéndolo, y visualizar cómo se abre y se expande. Podemos quedarnos dormidos antes de terminar con todos los chakras pero no importa. A la mañana siguiente despertareis igualmente totalmente descansados.  

La meditación está destinada a ayudarnos a ir más allá de la mente para experimentar paz, felicidad y alegría, sin olvidar que también es una experiencia profundamente personal. Un enfoque único simplemente no funciona para todo el mundo. Ya sea que seas un meditador experimentado o un principiante, permítete redefinir cómo quieres sentir la meditación en tu vida y no sigas un camino solo porque otros lo han seguido.  Así que medita a tu manera y seguro que acertarás.

 


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