EL FUEGO COMO METODO DE MANIFESTACION

El método de manifestación a través del fuego es más que un simple ritual; es una experiencia transformadora. Cuando se combina la intención con una energía elemental, obtenemos una potente combinación diseñada para dar a nuestros deseos el empujón que necesitan para convertirse en realidad.

Escribes lo que deseas o lo que quieres soltar, y a continuación, literalmente, le prendes fuego, convirtiendo esas palabras escritas en cenizas y liberándolas al universo. Al hacerlo, participarás en una técnica de manifestación muy poderosa, llevando tus intenciones al siguiente nivel.

Pero antes de sumergirnos en las llamas, exploremos el combustible detrás de la manifestación. Cualquier manifestación tiene sus raíces en el principio de que nuestros pensamientos, sentimientos y creencias tienen el poder de dar forma a nuestra realidad. Cuando nos concentramos intensamente en algo, enviamos una frecuencia muy concreta al universo.

Esta frecuencia interactúa con las energías que nos rodean, atrayendo experiencias o resultados que resuenan con ella. Es como si estuviéramos realizando un pedido al universo; expresamos nuestros deseos, pero para que la orden se cumpla es necesario que nos alineemos energética y mentalmente con nuestro pedido.

El papel de la mente subconsciente

Nuestra mente subconsciente es como una gran reserva de creencias, experiencias pasadas y guiones que dictan gran parte de nuestro comportamiento y reacciones. Esta parte del cerebro ha estado absorbiendo información desde el momento en que nacimos y continúa haciéndolo, ya sea que seamos consciente de ello o no.

Cuando se trata de manifestación, la mente subconsciente es un terreno fértil donde las semillas de nuestras intenciones pueden echar raíces. Al acceder a este reino interior a través de prácticas como la visualización o las afirmaciones, nos comunicamos eficazmente con nuestro subconsciente, plantando las semillas para que florezca nuestra nueva realidad.

El Sistema Activador Reticular (RAS)

El Sistema de Activación Reticular es una red de neuronas ubicadas en el tronco del encéfalo que juega un papel crucial en el control de la atención y la consciencia. Pensemos en ello como el filtro personal de nuestro cerebro que decide en qué información enfocarse y qué otra ignorar.

Cuando establecemos intenciones conscientemente, estamos programando este sistema activador reticular para captar oportunidades, personas o experiencias que se alineen con esas intenciones. ¿Alguna vez te has preguntado por qué cuando piensas en un tipo específico de coche, de repente empiezas a verlo en todas partes? O cuando crees que podrías estar embarazada, solo ves mujeres embarazadas una detrás de la otra. Parece mentira pero así es. Ese es el RAS en funcionamiento, filtrando la realidad en función de lo que le hemos pedido que busque, aunque haya sido inconscientemente.

Cómo alinear el subconsciente y el sistema activador reticular RAS

Al establecer intenciones conscientemente y centrarse o enfocarse en ellas intensamente, no estamos simplemente enviando una petición al universo, sino que también estamos alineando nuestras creencias subconscientes y programando nuestro RAS para que esté en sintonía con nuestros deseos.

Esta alineación dual amplifica sin duda nuestros poderes de manifestación. Cuando nuestro subconsciente y el sistema activador reticular (RAS) están sintonizados en una misma frecuencia, esencialmente estamos sentando una base fértil para que nuestras intenciones se manifiesten de manera más rápida y precisa.

Entonces, la manifestación no es sólo palabrería metafísica, sino que tiene raíces muy profundas en el campo de la psicología y la neurociencia y ofrece una combinación armoniosa de práctica espiritual y principios científicos.

Veamos cómo llevarlo a cabo paso a paso.

Paso 1.  Preparar el espacio

Un entorno lleno de energía caótica o negativa puede obstaculizar no sólo nuestra concentración sino también la eficacia de nuestra manifestación. Un espacio preparado actúa como un lienzo en blanco, listo para absorber las energías positivas de nuestras intenciones.

Acciones: Comenzar eliminando cualquier desorden o suciedad que pueda ser un foco de distracción a cualquier nivel. A continuación, podemos utilizar elementos dispersores como la salvia, el palo santo o varitas de incienso para limpiar el ambiente. Mientras quemamos algún incienso es indispensable visualizar cualquier negatividad residual disipándose con el humo y dejando una zona purificada para nuestro ritual.

Paso 2. Conectar

La conexión a tierra es más que un paso preparatorio; es la piedra angular que alinea nuestra energía con la Tierra, facilitando un canal claro para nuestras intenciones.

Acciones: Nos sentamos cómodamente y cerramos los ojos. Imaginamos raíces creciendo desde las plantas de nuestros pies y hundiéndose profundamente en la Tierra. Podremos sentir la energía recíproca de la Tierra recorriendo estas raíces y llenando nuestro cuerpo y mente con una sensación de calma y equilibrio.

Paso 3. Establecer nuestras intenciones

La claridad y concreción de nuestras intenciones son directamente proporcionales a la precisión de los resultados que recibiremos. Un objetivo bien definido es como un faro que guía el proceso de manifestación hacia el resultado deseado.

Acciones: Contemplar profundamente nuestros deseos, imaginando el resultado, los sentimientos asociados con lograrlo y cristalizándolos en una oración o frase clara y concisa.

Paso 4. Escribirlo

Transferir nuestros pensamientos al papel es una forma de intercambio de energía porque cambia nuestros deseos del reino de lo abstracto al del pensamiento concreto.

Acciones: Debemos hacernos con una hoja o un trozo de papel natural u orgánico que pueda absorber nuestra energía de manera más efectiva. Escribimos nuestra intención, imaginando cada palabra como una caja que contiene la esencia de nuestro deseo.

Paso 5. La seguridad es lo primero

La seguridad física asegura el flujo ininterrumpido de energía positiva durante el ritual. La negligencia puede alterar el ritual y desviar la atención, reduciendo su eficacia.

Acciones: Es preciso colocar un recipiente o plato ignífugo sobre una superficie estable y no inflamable. Asegurarse de que la habitación esté bien ventilada y tenga acceso rápido a métodos de extinción como agua o un balde de arena.

Paso 6. Grabar y liberar

El acto de quemar es transformador y convierte la materia en energía. Esta transformación simbólica refleja la metamorfosis de nuestras intenciones escritas en manifestaciones del mundo real.

Acciones: Prender el papel con nuestras intenciones escritas y colocarlo dentro del recipiente ignífugo que ya tendremos preparado. Mientras el papel se reduce a cenizas, visualizaremos la energía de nuestras intenciones liberándose y elevándose como el humo, y mezclándose con la energía del universo.

Paso 7. Deshacerse de las cenizas

La forma en que disponemos las cenizas sirve como gesto de cierre de nuestro ritual, representando la liberación completa o la conexión a tierra de nuestras intenciones.

Acciones: En este caso, podemos elegir entre esparcir las cenizas en un espacio abierto, dejar que el viento se lleve las intenciones liberadas o enterrarlas en la Tierra para solidificar su base en nuestra vida.

Al enfocarnos en cada paso, sincronizamos efectivamente nuestras acciones con nuestro deseos y creencias más íntimos. Esta sinergia puede actuar como un poderoso catalizador en nuestro viaje de manifestación.

Este es más que un ritual; se trata de un acto intencional que involucra tanto a la mente consciente como a la subconsciente.

El proceso de combustión es transformador y amplifica nuestras intenciones, ya que funciona en armonía con nuestro subconsciente y con el Sistema de Activación Reticular, haciéndonos estar más en sintonía con las oportunidades que se alinean con nuestros objetivos.

En esencia, este método es una combinación única de espiritualidad, psicología e intencionalidad. Es un enfoque centrado en la manifestación que se destaca en un mundo lleno de distracciones. El método de manifestación del fuego es una gran puerta de entrada a un cambio significativo.