El tema de los contratos del alma surge a menudo en una sesión de hipnosis regresiva a vidas pasadas. Curiosamente, si bien este reconocimiento de regresar una y otra vez para dominar las lecciones kármicas proporciona más claridad y serenidad en la vida actual, también tiende a abrir una caja de Pandora con más preguntas, con muchas más preguntas...
Según el concepto de
reencarnación, parte del viaje de nuestra alma durante cada una de nuestras
venidas a la Tierra, es tener ciertas experiencias, sentir un espectro de
emociones al máximo y aprender algunas lecciones específicas, todo ello con el
propósito de crecer espiritualmente. Admito que es una lista bastante
simplificada de por qué decidimos embarcarnos en las aventuras de la vida en la
Tierra. Sin embargo, proporciona una visión general u objetiva, si se quiere,
de la razón por la que decidimos regresar una y otra vez, a pesar de los
desafíos y las limitaciones percibidas que implica vivir una existencia humana.
Después de cada vida y
antes de nacer de nuevo como un nuevo "personaje" en el escenario de
la Tierra, decidimos qué queremos experimentar, sentir y aprender la próxima
vez. La forma en que decidimos esto está determinada por varios factores, como
tareas o lecciones que no completamos o que no aprendimos en vidas anteriores,
nuevos escenarios que queremos explorar y los roles que podemos desempeñar en
las vidas de los miembros de nuestra familia de almas para ayudarnos unos a
otros con las listas de "tareas pendientes". Con la ayuda de guías
espirituales y nuestra familia de almas, formalizamos un acuerdo o "contrato
del alma"sobre lo que pretendemos lograr y cómo podemos ayudarnos unos a
otros para lograr las metas que nos hemos propuesto completar.
Nuestra familia de
almas es muy parecida a nuestra familia biológica humana en la Tierra. Esta es
nuestra unidad familiar central en el ámbito espiritual, habiendo estado juntas
desde nuestra chispa inicial en la Fuente, hace milenios. En la Tierra, los miembros de
nuestra familia de almas pueden ser cualquier persona que forme parte de
nuestra vida, desde nuestros padres, hijos o parientes cercanos, hasta colegas
o amigos que entran o salen de nuestra vida en el momento "perfecto". Los roles
de los miembros de nuestra familia de almas también cambian con cada
encarnación. Por ejemplo, nuestra madre en esta vida podría haber sido nuestro
hermano o hijo en una vida pasada.
El propósito de
nuestra familia de almas es apoyarnos, amarnos, guiarnos, nutrirnos,
protegernos y, en última instancia, ayudarnos a acelerar el crecimiento
espiritual de los demás. La parte difícil de entender es que los roles que
hemos desempeñado en vidas pasadas pueden ser opuestos a lo que somos en nuestra
vida actual. Estos roles pueden incluir el protagonista, el antagonista, la
víctima, el abusador, el abandonador, el salvador, el sanador, el maestro, el
confidente o el traidor, sólo por nombrar algunos. Sin mencionar que podemos
desempeñar muchos roles en una vida. Por supuesto, no es fácil comprender este
concepto para nuestro cerebro humano. Sin embargo, pensémoslo: si realmente
hemos vivido cientos de vidas, quizás miles, entonces es lógico que hayamos
desempeñado la misma cantidad de roles. Veamos un simple ejemplo de una vida pasada revelada
durante una sesión de regresión hipnótica. El cliente era, en una vida anterior, un soldado alemán que luchaba en
el bando nazi, mientras que en la vida actual esta persona es de ascendencia
judía. Como decíamos, mundos totalmente opuestos.
Si cada vez que
viniéramos a la Tierra, nuestras vidas fueran siempre fáciles, nunca tuviéramos
que experimentar ningún desafío o sufrimiento, y no nos faltara de nada, entonces, ¿cómo sabríamos si hemos logrado algún progreso? ¿Cómo podríamos apreciar
verdaderamente los sentimientos de amor, felicidad y gratitud? Sin mencionar
que la vida en la Tierra sería amargamente aburrida. La única manera es
experimentar lo contrario, y la existencia humana proporciona el campo de juego
perfecto para explorar el yin y el yang de cada juego y las emociones
involucradas. Cada "rol" que desempeñamos en la Tierra está lleno de
ricas complejidades y hermosas contradicciones, todo para que podamos avanzar a
un nivel superior de conciencia.
Hay un número infinito
de tipos de contratos del alma porque cada encarnación es única y está
intrincadamente entrelazada no sólo con los miembros de nuestras familias de
almas, sino también con las personas de nuestras comunidades, pueblos,
ciudades, regiones y países en los que vivimos y jugamos. Todos estamos
conectados tanto a nivel microcósmico como macrocósmico. Aún así, incluso con
todas estas complejidades que nuestro cerebro humano quizás nunca comprenda
completamente, los componentes básicos de todos los contratos del alma son los
mismos.
Por ejemplo, todos los
contratos del alma incluyen la hora, fecha y lugar de nuestro nacimiento.
Incluyen la familia en la que nacemos y, más específicamente, quiénes serán
nuestros padres, hermanos y familiares más directos. Así es, elegimos a
nuestros padres, aunque supongo que para una mayoría esto no es ninguna
novedad. También se incluyen ciertas personas que estarán destinadas a llegar a
nuestra vida en un momento concreto. Por lo general, ese momento coincide con
el funcionamiento interno de tachar alguna de las tareas principales de nuestra
lista de tareas pendientes.
Muchas de nuestras
relaciones primarias están predeterminadas antes de que nazcamos. Además,
nuestros contratos del alma incluyen los eventos importantes que deben
desarrollarse durante nuestra vida para ayudarnos a evolucionar y crecer. El
componente final es nuestra muerte, pero esto no se refiere a una fecha
específica. Más bien, se nos da la opción de elegir entre múltiples puntos de
partida. Estos son momentos en nuestras vidas en los que podemos, a un nivel
espiritual más elevado, decidir si hemos logrado lo suficiente de todo lo que
nos propusimos y entonces poder tomar la decisión de partir o esperar un poco más.
La siguiente pregunta
lógica sería: entonces, ¿por qué elegiríamos experimentar dificultades complejas?
Bueno, la respuesta corta es porque la vida en la Tierra es una gran aventura
con ambientes óptimos y propicios para aprender multitud de lecciones como el
amor propio, la paciencia, la compasión, la comprensión, ser una persona menos tensa y más
aventurera, o simplemente no ser un mártir o una víctima, por nombrar solo algunos aspectos.
Independientemente del papel que elijamos desempeñar en esta vida, ser conscientes
de que no sólo aceptamos sino que también creamos nuestro contrato del alma trae
consigo una conciencia más elevada. Es decir, nuestras vidas tienen sentido no a
pesar de nuestras dificultades, sino gracias a ellas.
Finalmente, tener
conciencia de los contratos del alma también arroja luz sobre los patrones en
nuestras vidas que están destinados a informarnos. Esto se debe a que tenemos
libre albedrío. Nuestros contratos del alma están diseñados para brindar
oportunidades de crecimiento frente a una serie predeterminada de eventos que
nos vemos obligados a experimentar por decisión propia. Puede que no siempre seamos capaces de
controlar nuestras circunstancias, pero podemos aprender a elegir cómo
respondemos a ellas. Cuando la vida se pone difícil y sigue así, esas
dificultades prolongadas o "golpes de mala suerte" son señales
destinadas a despertarnos. Quizás no estemos aprendiendo las lecciones que
pretendíamos, o no estemos prestando atención a las señales de seguridad o
alarmas que configuramos antes de nacer, o no estemos siguiendo los caminos que esperábamos caminar
en esta ocasión. Cuando elegimos reflexionar y aprender de nuestras
experiencias y "sufrimiento de crecimiento", la vida tiende a ser más
tranquila y las dificultades eventualmente se convierten en regalos evolutivos.
De ninguna manera la vida es siempre fácil, pero tampoco está destinada a serlo.
La mejor parte de los
contratos del alma son las infinitas oportunidades para repetirlos. El hecho de
que hayamos perdido una oportunidad no significa que no vayamos a tener otra. Por
otro lado, tampoco es necesario que aprovechemos todas las oportunidades que se nos
presenten. No hay errores, solo lecciones. Y esto se puede aplicar a cualquier tipo de situación o circunstancia que vivamos. Si no cumplimos con todas las partes
del contrato de nuestra alma o no aprendemos todas las lecciones que
pretendíamos para nuestra satisfacción, nuestra alma puede optar por traerlo nuevamente a
nuestra próxima vida. Por lo tanto, cuando "morimos"o regresamos al
reino espiritual, revisaremos cuidadosamente nuestra vida para que quede constancia de ello en nuestro
próximo contrato del alma para nuestra siguiente encarnación. Independientemente
de cuán corta o larga sea nuestra vida en años terrestres, ya sea que hayamos
completado todas nuestras tareas o no, cada vida es valiosa pos sí misma. Nunca
nada se pierde, porque siempre estamos avanzando más y más en nuestra
ascensión o toma de consciencia.
Una de las mejores formas de poder conocer con mayor exactitud cuáles son nuestros acuerdos del alma, es a través de una regresión a vidas pasadas. Dicho esto, y como terapeuta clínica de hipnosis y regresión, creo que no merece la pena intentar conocer estos acuerdos porque a veces la mente humana no es capaz de poder comprender en profundidad aquello que puede surgir en una sesión de hipnosis y acrecentar nuestro desconcierto en vez de apaciguarlo.
La mejor forma de poder avanzar según
nuestros acuerdos es recordar siempre que cualquier impedimento, inconveniente o circunstancia adversa que surja en
nuestra vida está relacionada con ellos y que debemos aceptarlos tal y como vienen, sin olvidar que siempre tenemos al menos tres opciones en cada momento: aceptarlo como es y no hacer nada, alejarnos del problema o intentar solucionarlo. No hay más opciones. Por
otro lado, lo más importante y para lo que todos estamos aquí es para ganar en
consciencia y esto, además de obtenerlo a través de las circunstancias y situaciones desfavorables de nuestra vida, tambien podemos elegir el atajo de aquietar o silenciar la mente, evitando que surjan pensamientos involuntarios en ella. De esta forma no le permitiremos jugar más con nuestros sentimientos y emociones, y evitaremos mucha controversia. La
meditación ayuda en ello, aunque lo mejor es ser consciente de los pensamientos
que surcan nuestra mente sin nuestro permiso en cadda momento, y procurar que dejen de hacerlo a través del silencio, la quietud y una atención enfocada.
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