Cuando tengas un problema, lee lo que sigue y ponlo en práctica sin dudar.
Cuando tengas
un problema, una dificultad, sea la que sea y del tipo que sea, simplemente
deja de pensar en ello y en su lugar piensa en Dios o rézale a Dios pero sin
pedir nada. Puedes pensar en la bondad y el amor de Dios, en su benevolencia y sabiduría,
piensa en todo lo que es Dios para ti. Puedes pensar Dios me guía, Dios está
conmigo, la paz de Dios está en mí, por ejemplo, y repite estos pensamientos
sin cesar. Hazlo varias veces al día. Esta simple fórmula hará desaparecer la
inquietud o problema de tu vida. No le des vueltas a mis palabras, solo confía en
mí y pruébalo.
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