Esta
tirada tan simple era una de las preferidas por los antiguos vikingos. Tiene una
característica que es común al trabajar con las
runas, en ningún caso indican de forma absoluta lo que uno debe hacer o
dejar de hacer, sino que poseen siempre un sentido orientador.
Esta tirada en concreto se desarrolla
de la manera siguiente:
Una vez barajadas las cartas rúnicas o las runas y efectuada la pregunta o indicada la cuestión a tratar, el operador va depositando sobre la mesa, de derecha a izquierda, tres cartas boca abajo que se destaparán en el mismo orden y a medida que se van interpretando.
La primera carta de la derecha revelará la circunstancia por la que se está atravesando ahora y poniendo de
manifiesto sus verdaderos sentimientos.
La carta central, más objetiva,
indicará la actitud que el consultante debe asumir para resolver exitosamente
la mencionada situación.
La carta de la izquierda brinda la resolución del problema, indicando el rumbo que tomarán las cosas.
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