Hablar con uno mismo es un hábito profundamente arraigado en una mayoría de seres humanos y es bastante difícil de abandonar porque es tan natural como comer, beber o respirar.
Una mayoría no pueden simplemente detener esa charla
interna, ya que para ello es necesario un poco de práctica con la consciencia,
pero sí es posible controlar la naturaleza y dirección de esas conversaciones
mentales.
Sorprendentemente, pocos conocen el profundo
impacto que estos diálogos internos tienen en la conformación de las circunstancias
de sus vidas. En esencia, esas conversaciones internas son el núcleo, las raíces
de las que brotan las circunstancias de nuestra existencia.
Hay un proverbio que dice "Como un hombre piensa
en su corazón, así es él". Sin embargo, a menudo no reconocemos que
nuestros pensamientos se guían por los caminos ya establecidos dentro de
nuestras mentes, y es a través de estos diálogos que pretendemos y deseamos
alterar el curso de nuestras vidas.
Para avanzar en la dirección que deseamos debemos
deshacernos del peso de nuestras conversaciones antiguas. La Biblia hace
referencia a este proceso como abandonar lo viejo y renovarse uno mismo a través
de la mente.
El discurso interno que mantenemos suele estar
formado por la imagen refleja de nuestros pensamientos y para cambiar nuestros
pensamientos, antes debemos cambiar nuestro discurso mental, esas conversaciones
internas que mantenemos dentro de nuestra cabeza.
El mundo que habitamos es un reino de infinitas
posibilidades para poder transformar la mente. Todo lo que manifestamos en
nuestras vidas está intrincadamente ligado a las conversaciones mentales en las
que inconscientemente nos integramos, pero como seres pensantes e inteligentes debemos
tomar conciencia de esas conversaciones y actuar con un propósito.
Nuestras conversaciones mentales atraen las
circunstancias de nuestras vidas. De hecho, estas conversaciones juegan un
papel muy importante al dar forma a todas nuestras experiencias. Así, mientras mantengamos
el mismo dialogo interno, nuestra historia personal permanecerá estancada.
A menudo tratamos de cambiar nuestro mundo
exterior antes de abordar nuestra conversación interna, y esto es muy parecido
a luchar contra el orden natural de las cosas. Muchas veces nos abandonamos a
la conversación interna negativa, esperando tomar el control de nuestra vida, sin
darnos cuenta de que son precisamente esas conversaciones internas negativas la
causa de todas las decepciones y desgracias que sufrimos en un ciclo
interminable.
También es habitual atribuir nuestros problemas a
factores externos, a fuerzas externas que no podemos controlar, en lugar de
reconocer que la verdadera fuente de problemas se halla en nosotros mismos. Nuestras
experiencias externas son el reflejo de nuestros diálogos internos y conversaciones
mentales. Aquello en lo que nos enfocamos internamente se acaba manifestando en
nuestra realidad como eco de los pensamientos y creencias que tenemos.
Nuestras conversaciones mentales llenas de
negatividad se mueven hacia el futuro para encontrarse con nosotros en forma de
palabras desperdiciadas o inútiles. Lo que verdaderamente importa son nuestras
acciones en el presente, incluso si sus efectos pueden no ser inmediatamente
visibles.
Debemos llamar al cambio no alzando la voz sino
prestando mucha atención y escuchando a esa voz interna que habla dentro de nuestra
cabeza, ya que solo así crearemos los eventos y relaciones positivos en nuestra
vida. Debemos hablarnos desde un lugar de deseos cumplidos, ya que esa es la
clave para la creación consciente.
Los diálogos internos que mantenemos en nuestra
mente se manifiestan continuamente a nuestro alrededor en los eventos que salen
a nuestro paso.
Así, para ver y oír la realidad que deseamos en
nuestra vida, primero debemos verla y escucharla en nuestro interior. Si aprendemos
a dominar el arte de controlar el habla interna descubriremos la emoción de
hablar con confianza de aquello que queremos manifestar antes de que suceda,
formando así una creencia sólida.
Al utilizar conscientemente la imaginación
permitimos transformar y canalizar la inmensa cantidad de energía creativa procedente
de nuestra conversación interna hacia el mundo físico y real.
Eres consciente de si tu meta u objetivo coincide
con tu dialogo interno? Para cumplir con una meta u objetivo se requiere armonía
entre la conversación interna y la realidad deseada. Ambos no pueden caminar
juntos sin un acuerdo conjunto; el diálogo interno debe de estar de acuerdo con
la realidad deseada.
El discurso interno correcto es aquel que refleja
el objetivo cumplido ideal. La sabiduría antigua habla de los dos dones
otorgados al hombre: la mente y el discurso que equivale a una forma de
inmortalidad cuando se utilizan correctamente. Estos dones nos guían hacia los
Reinos Divinos más allá de los confines del cuerpo físico.
"En el principio estaba la palabra y el
Verbo estaba con Dios y el Verbo era Dios."
La palabra es la descendencia de la mente y
contiene la esencia de la vibración que resuena en el mundo y atrae a nuestras
vidas lo que se alinea con nuestras frecuencias internas. Nuestras conversaciones
internas similares a la palabra de Dios dan forma a la vida que creamos, tanto
dentro de nosotros como a nuestro alrededor.
Para alcanzar nuestras aspiraciones debemos
asegurarnos que nuestro dialogo interno resuena con la realidad que imaginamos.
Si deseamos el éxito debemos plantar las semillas
del éxito en nuestras mentes, debemos asumir y vivir como si ya lo poseyéramos.
La clave está en las ideas que aceptamos como verdad dentro de nosotros y no
necesariamente deben estar basadas en los hechos externos, ya que éstos pueden
contradecir lo que deseamos. Al persistir en nuestras nuevas creencias
eventualmente nos alinearemos con nuestra realidad y el resultado seguirá a
nuestra mente en lugar de precederla.
Transformar nuestro discurso interno es similar a
ponerse el atuendo de una persona nueva. Visualízate como la persona a la que aspiras
ser y mantente firme en ello.
La vida es un campo de entrenamiento para moldear
imágenes a través de la imaginación prueba esto
Para crear el cielo en la tierra debemos hacer
uso de nuestra imaginación deliberada y amorosamente, eligiendo palabras que
estén en armonía con nuestros ideales y objetivos. La imaginación es más que un
mero juguete o soñar despierto, es la puerta de entrada a la realidad que convierte
en el camino en lo deseado. La imaginación nos invita a experimentar nuestros
sueños en el presente, fluye continuamente a través de los portales del ahora.
Al visualizar los escenarios futuros como si
estuvieran desarrollándose en el momento presente, podríamos encontrar cierta resistencia.
Esta resistencia sirve para llamar la atención sobre los bloqueos potenciales que
nos impiden llegar a nuestro yo futuro deseado. Para superarlos se requiere de nuestra
plena conciencia y atención enfocada.
Las experiencias actuales que no podemos comprender totalmente están vinculadas a las fuerzas desconocidas de nuestro interior, como los diálogos internos y los estados de ánimo. Si nos encontramos con circunstancias indeseables en nuestro presente es una señal clara de que un cambio es necesario en nuestra dieta mental. Así que no tengas miedo y disfruta creando tu nueva vida con el juego de la imaginación.
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