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viernes, 21 de octubre de 2022

CEPILLARSE LOS DIENTES COMO EJERCICIO DE PLENA CONSCIENCIA

Saber instintivamente algo sobre un lugar, una situación o una persona sin ser consciente de cómo lo sabemos, y ese algo resulta al final ser correcto, esa es la voz de la intuición hablando alto y claro.

El obstáculo que nos impide escuchar más claramente a esta voz interior es la inacabable charla mental que llena nuestras cabezas todo el tiempo y hace muy difícil tener la autoconsciencia necesaria para poder escuchar nada. Y es precisamente por esta razón que cepillarse los dientes puede convertirse en un ejercicio de atención plena para ayudar a aumentar la consciencia, desconectar de la charla mental y sintonizar con nuestra intuición en cualquier momento.

BENEFICIOS DEL ENCENDIDO-APAGADO MENTAL

Los ejercicios de atención plena ayudan a sintonizar con nuestra intuición cuando, por ejemplo, necesitamos tomar decisiones importantes. También fomentan una mayor calma interior, un mayor conocimiento, más creatividad y compasión por uno mismo y por los demás. Cuanto más se practica la atención plena o plena consciencia, mejor nos conocemos a nosotros mismos y mejor será nuestro proceso de toma de decisiones, lo que demuestra la profunda verdad de un antiguo dicho: "El autoconocimiento es el comienzo de la sabiduría".

Hace unos años surgió la ahora tan aclamada "mindfulness", que no es otra cosa que la meditación de toda la vida o la plena atención. Como vemos nuevamente, ya todo está inventado, aunque algunos crean que cambiando el nombre parecerá algo distinto. Lo cierto es que tanto la una como la otra tienen la misma base, a excepción de un punto en el que personalmente no estoy demasiado de acuerdo, ya que la palabra "mindfulness" significa una mente llena y lo que se consigue con ambas técnicas es precisamente todo lo contrario, mantener la mente libre de todo pensamiento. 

Dicho esto, cualquier camino que nos lleve a la plena consciencia es siempre beneficioso se llame como se llame. Y al final, la conclusión es la misma, la plena consciencia es simplemente vaciar nuestra mente de cualquier pensamiento y para ello utilizamos cualquier técnica que enfoque nuestra atención en el momento presente, en aquello que estemos haciendo sin distracciones. Así de simple y tan complicado como parece llevarlo a cabo. Y aquí es cuando llegamos a una técnica simple y clara que nos ocupa. Llegar a la plena consciencia a través del simple ejercicio de cepillarnos los dientes.

La mayoría de las personas nos cepillamos los dientes por la mañana y por la noche y sin duda es una tarea repetitiva, que realizamos casi por inercia,  y que a menudo intentamos que sea lo más breve posible. Por esta razón, es una técnica perfecta para utilizarlo como ejercicio de atención plena.

Cuando nos cepillamos los dientes, nos ponemos en piloto automático y entramos sin darnos cuenta en ese estado de alerta relajada tan propicio para la percepción intuitiva. En ese momento hacemos algo sin demasiado pensamiento consciente y esto le da a nuestro inconsciente la oportunidad de tomar el centro del escenario y poder realizar esas conexiones intuitivas que a veces se nos resisten.

Y no solo cepillarse los dientes conscientemente es fantástico para encender la intuición, sino que investigaciones recientes sugieren que también puede ser una buena noticia para la salud del corazón y, por tanto, también para nuestro bienestar general.

CÓMO CONVERTIR CEPILLARSE LOS DIENTES EN UN RITUAL

Mi sugerencia es que este ritual, por llamarlo de algún modo, se haga al cepillarse los dientes por la mañana, e incluso mucho mejor si podemos repetirlo antes de acostarnos.

Antes de comenzar a cepillarnos los dientes debemos comprometernos a prestar toda nuestra atención a lo que estemos haciendo, por muy aburrido que sea, que lo será. Lo primero que sucederá es que nuestra mente va a sorprenderse porque vamos a convertir una acción rutinaria y familiar en algo más. Esa sorpresa será el comienzo de nuestro ritual. Y es importante también recordar que nunca deberemos juzgar nada. Pase lo que pase o nos diga nuestra mente lo que nos diga, NO juzgamos.

Y ahora veamos paso a paso cómo lo llevamos a cabo. Permitidme añadir antes que podéis convertir cualquier rutina o acción que más prefiráis en un ejercicio de plena consciencia. Se trata solo de prestar plena atencion a aquello que estemos haciendo, ignorando cualquier pensamiento que cruce nuestra mente. Y ahora prosigamos.

Antes de comenzar, nos diremos a nosotros mismos que este momento y este ritual de cepillado de dientes sucederá y el momento presente estará lleno de poder y posibilidades infinitas. A continuación enfocaremos toda nuestra atención en la acción de cepillarnos los dientes.

No debemos simplemente pensar o hablar sobre cepillarse los dientes, tenemos que hacerlo y para ello vamos a utilizar nuestros cinco sentidos. Tenemos que coger la pasta de dientes y el cepillo. Desenroscar el tapón de la pasta, apretar el tubo y poner la pasta  adecuada sobre el cepillo. A continuacion, cepillar y enjuagar hasta que hayamos terminado. Si utilizar hilo dental es parte de la rutina, lo hacemos de la misma manera consciente.

Bien, vamos a ello!! Empezamos como de costumbre aunque un poquito más despacio, tomando el dentífrico con una mano y el cepillo con la otra. Abrimos el grifo y humedecemos el cepillo. Nos fijamos bien en el aspecto del tubo y el cepillo, observamos tranquilamente cómo el agua cae sobre las cerdas del cepillo hasta dejarlas totalmente mojadas.

A continuación, abrimos el tubo, lo apretamos suavemente y ponemos la medida de un guisante de dentífrico sobre las cerdas húmedas. Mientras ponemos la pasta sobre el cepillo la olemos y también la observamos. Quizás es una pasta con varias líneas de color, o puede ser totalmente blanca, verde o quizás azul. Estudiamos el color y la textura de la pasta de manera simple, sin etiquetar nada y sin pensamiento alguno porque lo único que nos interesa es observar lo que estamos haciendo, nada más. No vamos a hacer una tesis sobre la pasta de dientes. Al menos no en este momento. 

Seguidamente, nos ponemos el cepillo en la boca y volvemos a centrar toda nuestra atención en lo que percibimos. Somos conscientes del movimiento de nuestro brazo, de la muñeca, de la mano y de los dedos de la mano sosteniendo el cepillo.

Escuchamos el sonido que hace el cepillo al cepillar cada una de las zonas y piezas dentales. Observamos que el sonido es diferente cuando nos cepillamos los dientes posteriores y cuando nos cepillamos los dientes frontales. Nos damos cuenta de cómo sentimos las cerdas cepillando las encías y las piezas dentales.

Si en algún momento nuestra mente nos dice que somos ridículos al hacer este ejercicio, le recordamos que el acto de cepillarse los dientes es perfecto para practicar la atención plena. Es un acto repetitivo, dura un tiempo más bien corto y es una actividad en la que podemos concentrar todas nuestras sensaciones.

Cuando creamos que ya hemos cepillado toda la dentadura, enjuagamos boca y cepillo, prestando atención al agua dentro de nuestra boca y también al caer sobre el cepillo. Nos secamos con una toalla y percibimos la suavidad de ésta al tocar nuestra piel. Por fin, damos por terminado el ritual diario que espero sigáis repitiendo.

POSIBLES OBSTÁCULOS

Si la mente nos dice que no podemos manejar este ritual porque nuestra mañana es siempre muy apresurada y no tenemos tiempo para estar tan atentos como se sugiere, colocamos un post-it en el espejo del baño con las palabras 'Tómate tu tiempo para los dientes'.

De todos modos, cepillarse los dientes de manera consciente no tiene por qué llevar más tiempo del normal. Quizás los primeros días tengamos que añadir un par de minutos más, pero en cuanto tengamos interiorizado el ejercicio, no nos llevará más tiempo del habitual.

Hay una gran diferencia entre estar atento y ser consciente del momento presente, y tomarse el tiempo para vivir la vida a cámara lenta.

También podríamos descubrir que, al realizar este ejercicio, en lugar de calmarnos tiene el efecto contrario. Si este es el caso, enhorabuena, porque el ejercicio está funcionando y nos ha hecho conscientes de nuestros pensamientos, mientras que antes simplemente eran un ruido de fondo que ignorábamos o al que estábamos tan acostumbrados que pasaba desapercibido. La mente nunca deja de incordiar para llamar nuestra atención, y esto debemos tenerlo siempre muy presente. Nuestra mente es muy pillina.

Por otro lado, quizás esperemos resultados instantáneos y nos sintamos decepcionados al no sentir inmediatamente más conexión con nuestra sabiduría interior. Si este es el caso, simplemente sintamos nuestra impaciencia y reflexionemos sobre ello durante el día. Esto aumentará la autoconciencia y cuanto más conscientes seamos, más intuitivos nos volveremos.

Si hay demasiadas distracciones en la mañana cuando nos cepillamos los dientes, tal vez niños o familiares que necesitan de nuestra atención, la respuesta no es encerrarnos, sino ser conscientes de esas distracciones y el impacto que tienen en nosotros. Esto también aumentará nuestra conciencia.

Si por otro lado, hacemos este ejercicio y nos sentimos molestos con nosotros mismos porque no podemos desconectar de los pensamientos o no nos sentimos tranquilos y centrados, el perfeccionismo es el obstáculo. Es imposible que alguien, por muy evolucionado que esté, sea consciente todo el tiempo. Esto es así y debemos saberlo y sobre todo recordarlo. Démonos un respiro, incluso si no creemos que el ritual haya sido un éxito, el hecho de que lo estemos intentando ya es un progreso suficiente.

Dudar de uno mismo es un obstáculo mortal para el crecimiento personal y la vida intuitiva. La solución es simplemente observar en lugar de juzgar nuestros sentimientos. El hecho de que sintamos o pensemos algo no significa que sea verdad. Recordemos que cualquier obstáculo que encontremos al practicar la atención plena no es un obstáculo insuperable, sino solo algo que está sucediendo. No le demos más importancia de la que merece. 

MIRANDO HACIA EL FUTURO

Cepillarse los dientes es algo que vamos a hacer al menos una vez al día todos los días durante el resto de nuestra vida, entonces, por qué no convertir esta acción repetitiva, que probablemente hacemos en piloto automático, en un ritual que despierte la intuición y la plena consciencia?? Por qué no utilizar también otras acciones que llevamos a cabo todos los días, como comer o caminar por la calle, y reflexionar sobre si estas también se han vuelto rutinarias??

Concentrar toda nuestra atención en cepillarse los dientes y en todo lo que hacemos durante el día como si fuera la primera vez, no solo mantiene nuestros dientes blancos como perlas y despierta nuestra intuición, sino que también beneficia nuestra salud, nuestras relaciones y nuestra vida al completo.

Podemos decir que cepillarse los dientes con atención es un ritual porque un ritual es algo que hacemos por nosotros mismos y tiene un significado profundo. Centrarse en el momento presente de manera consciente nos ofrece en ese momento un significado profundo.

Cuanto más tiempo pasemos en el momento presente, libre de pensamientos sobre el pasado y el futuro, más intuitivos y conscientes nos volveremos porque la intuición y la consciencia prosperan en la espontaneidad, la libertad y la conciencia profunda del momento presente, sin pasado ni futuro.

 


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