Las
cartas del tarot, los cristales y los péndulos pueden ayudarnos a desarrollar nuestras
habilidades psíquicas innatas, pero la forma más directa y poderosa de conectar
con nuestra intuición es ir directamente a la fuente: nuestra propia mente.
Cuando
uno se toma en serio la conexión con su Ser Superior, debe poder invertir
tiempo en ello. Eso significa que debe desaparecer cualquier tipo de distracción
posible y poder mantenerse durante el espacio de tiempo concreto absolutamente
a solas y sin ninguna posible interrupción. Esto es casi lo más importante para
comenzar en esta andadura. También lo es sentirse cómodo. Algunas personas
encuentran que el incienso o la música de relajación les ayuda en ello,
mientras que a otros les resulta demasiado molesto. Cada uno sabe bien aquello
que le molesta o le ayuda.
Veamos los
pasos para lograr nuestro objetivo.
1. Centrarse
Antes
de comenzar a usar nuestras habilidades psíquicas, es importante despejar la
mente de cualquier pensamiento persistente o de aquellas emociones que podrían distraer
innecesariamente nuestra atención.
Una
técnica útil para ello es enfocarse en un lugar imaginario que situaremos en el
centro de nuestra cabeza. Este será un lugar estable y armonioso. Permaneceremos
en este espacio situado dentro de nuestra cabeza hasta que nuestros
pensamientos y emociones desaparezcan.
Cuando nos
sintamos centrados y equilibrados podremos pasar al siguiente nivel.
2. Preguntarse a uno mismo
Qué queremos
saber?? Este es el momento en el que deberíamos pensar en lo que necesitamos de
nuestra vida en este momento y formular una pregunta en nuestra mente. Es mejor
tener una idea clara de lo que se quiere saber, para poder comprender la
respuesta que nos va a llegar.
Por
ejemplo, podríamos preguntar: "¿Cuál es mi trabajo perfecto?" Las preguntas
vagas producirán respuestas poco claras. Es importante procurar mantener la
simplicidad, al menos al principio, ya que inicialmente estamos buscando un
punto de partida que podamos explorar más adelante.
Cualquiera
que sea nuestra pregunta, debemos imaginar que quien hace la pregunta está
separado de nuestra parte psíquica. Algo así como si uno fuera a visitar a un
psíquico maravillosamente dotado. Esta separación entre nuestro yo de la vida cotidiana y nuestro yo psíquico es importante destacarla y
comprenderla bien.
3. Escanear
Si somos
de los seres más afortunados, seguramente obtendremos ciertas impresiones tan
pronto como formulemos nuestra su pregunta, pero si esto no sucede, no hay por
qué preocuparse. Es imprescindible dar un poco de tiempo para trabajar,
especialmente si es la primera vez que se intenta. Puede servir de ayuda,
imaginar una pantalla dentro de nuestra mente, a la altura del tercer ojo,
donde puedan aparecer imágenes, que pueden ser solo colores o formas
abstractas, o incluso algunos recuerdos del pasado.
Las
voces, los sonidos y la música son las siguientes cosas en las que debemos
concentrarnos: ¿hay alguien que nos está hablando? ¿Cuál es su tono de voz? ¿Es
la voz nuestra o de alguien que conocemos? ¿De qué nos habla? Quizás escuchemos
a alguien cantando o incluso podríamos escuchar música. ¿Se te ha pasado por la
cabeza una canción o una melodía?
Otra
cosa a la que debemos prestar atención es a nuestro cuerpo y sus emociones. ¿Tenemos
sensaciones desconocidas en nuestro cuerpo o experimentamos una reacción
emocional inesperada? Es preciso tener en cuenta aquellos sentimientos/emociones
extrañas o agradables y pensar en lo que podrían estar tratando de decirnos.
En una mayoría
de los casos, uno reconocerá instantáneamente la respuesta a su pregunta. Es
posible que no se haya tenido ni remota idea de cuál podría ser la respuesta,
solo sabe que lo sabe. Es difícil de describir, pero cuando sucede no hay duda,
es solo un destello de visión psíquica.
4. Ir más allá
Si ya hemos
obtenido nuestra respuesta, es posible que deseemos comenzar de nuevo. Pero por
lo general se suelen explorar las impresiones que se han recibido para intentar
desarrollarlas un poco más. En este estadio, es importante hacer más preguntas
sobre las impresiones, sonidos, sentimientos e imágenes que nos han llegado en
el paso anterior.
Deberemos
preguntar sobre lo que hayamos descubierto. Por ejemplo, al preguntar sobre nuestro
trabajo perfecto, podemos haber visto un centro de jardinería o escuchado la
palabra "animales", o hemos sentido un cosquilleo en nuestro chakra
de la garganta, etc... Al profundizar en las impresiones recibidas podremos
ampliar nuestra información.
En este
caso, por ejemplo, podríamos preguntar dónde está el centro de jardinería que
hemos visto, con qué tipo de animales podríamos trabajar o qué tipo de trabajo
podría incluir nuestro chakra de la garganta. Al realizar todas estas preguntas,
llegaran nuevas impresiones o respuestas, y continuaremos avanzando y
realizando más preguntas hasta sentirnos satisfechos con las respuestas
recibidas.
Por supuesto,
este ejemplo se ha basado únicamente en las imágenes que se han recibido, pero
si para uno son más claros los sonidos, deberá trabajar a ese nivel. Por ejemplo,
haríamos nuestra pregunta basándonos principalmente
en los sonidos, "cómo suena ese trabajo" o "qué sonido hace el
animal".
No es
necesario preocuparse si no se obtiene nada al principio. Creedme que eso es
totalmente normal. A menudo requiere práctica, especialmente si no se está
acostumbrado a mirar dentro de uno mismo de esta manera. Hay que mantener la
calma y la máxima relajación posible para que nuestros pensamientos y emociones
no interfieran con nuestras impresiones psíquicas.
5. Volver al centro
Cuando
hayamos obtenido la suficiente información, o sintamos que es hora de terminar
con la sesión, debemos agradecer a nuestro Ser Superior por la ayuda recibida y
regresar a nuestro lugar seguro y dentro de nuestra cabeza. Podemos permanecer
allí todo el tiempo que deseemos y cuando nos sintamos listos para regresar de
vuelta al mundo exterior, lo haremos moviéndonos suavemente, y sintiéndonos firmes
y estables.
Si no hemos
recibido una respuesta directa o aquello que buscábamos, puede ser de mucha
ayuda escribir todo lo que recordemos de la experiencia, incluso si no tiene
mucho sentido en ese momento. A veces uno se puede sorprender de cuántas
coincidencias lo llevarán de regreso a aquello que había escrito en su momento
y con ello pintar una imagen más completa para obtener la respuesta que se buscaba.
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