Aprender a ver el aura o cuerpo energético de cualquier ser vivo o incluso de la materia inanimada es algo bastante sencillo. No es necesario ser un psíquico ni particularmente sensible para aprender a sentir y ver el campo energético de aquello en lo que nos enfoquemos.
En esta ocasión
vamos a profundizar en cómo ver el aura de los seres vivos. Es muy probable que
ya hayas sentido o experimentado el aura de otras personas. Si en algún momento
te has sentido afectado emocionalmente en presencia de otras personas o en medio
de grandes multitudes, entonces has sentido auras.
En ese
momento tu campo energético y tus siete chakras principales recogieron
información de los campos energéticos de los demás. Esto fue totalmente
inconsciente, así que vamos a ver cómo hacerlo de manera consciente para obtener
una mejor experiencia.
A las
personas cinestésicas o muy sensibles les resultará más fácil sentir las auras
que verlas con sus ojos. En términos de capacidad psíquica, a esto se le llama
clarisentiencia, que es la capacidad de sentir y percibir más allá del ámbito
material.
Las manos
son el medio más sencillo para sentir las energías sutiles. Es preciso ubicarse
en un espacio tranquilo y con tiempo suficiente para este tipo de ejercicio.
Cómo sentir el aura
1. Comienza sentándote en una posición cómoda con la espalda apoyada en el respaldo de una silla y los pies totalmente apoyados en el suelo. Cierra los ojos y siente tu respiración, enfócate en ella. Siente cómo el aire entra en tu cuerpo, moviéndose a través de él para acabar saliendo. Simplemente sigue tu respiración por unos pocos minutos.
2. Ahora,
con los ojos aun cerrados, frota las palmas de las manos enérgicamente durante
unos 20-30 segundos y extiéndelas frente a ti con los codos ligeramente
doblados y las palmas una frente a la otra, aproximadamente a unos 10-15cms de
distancia.
4. Recuerda
que tus ojos siguen cerrados todo el tiempo. Ahora, muy lentamente, acerca las
manos sin que lleguen a tocarse y sepáralas nuevamente. Esto debes hacerlo muy
lentamente y prestar atención a lo que sientes en el espacio situado entre tus
manos.
5. Repite
el proceso, acercando y separando lentamente las manos. Continúa con los ojos
cerrados. Si algo distrae tu atención, vuelve a enfocarte en tu respiración,
sintiendo cómo entra en el cuerpo, cómo se mueve a través de él y como acaba
saliendo. Esto te conectará nuevamente y estabilizará tu atención.
6. Repite
el proceso de separar y acercar las manos. Nota cualquier sensación, imagen o
pensamiento que pase por tu mente. ¿Qué puedes sentir en el espacio entre tus
manos? ¿Notas cómo cambia esa sensación cuando cambias la distancia entre tus
palmas?
No hay
nada mejor o peor en este ejercicio. Así que cualquier cosa que experimentes
estará bien porque será tu realidad, será tu percepción del campo sutil o de tu
propia aura. Con la práctica podrás sentir ese mismo campo energético con los
ojos abiertos.
Cómo ver el aura
La visión del aura se puede desarrollar fácilmente con la práctica. Primero, aprendes a ver tu propia aura. Al principio, sólo podrás ver las capas inferiores, pero con el tiempo y la práctica desarrollarás la capacidad de ver también los niveles superiores.
Para este
ejercicio, necesitarás una habitación tranquila con una pared blanca,
preferiblemente al anochecer, cuando hay poca luz y los ojos necesitan cambiar
a visión nocturna.
1. Siéntate
frente a la pared blanca. La espalda debe estar completamente apoyada en el
respaldo de una silla y los pies bien apoyados en el suelo. Conecta con tu
respiración y toma unos minutos para relajarte bien.
2. Ahora extiende
un brazo con la palma hacia la pared y los dedos juntos. Desenfoca tus ojos
mientras miras tu mano. Mantén esta suave mirada durante 30 segundos y
comenzarás a ver un campo de energía que rodea tu mano.
3. Ahora separa
lentamente los dedos. Continúa con la mirada suave y desenfocada mirando tus
dedos y el espacio entre tus dedos. ¿Que ves?
Con el
tiempo y la práctica, comenzarás a ver y delinear el capo de energía alrededor
de tu mano y tus dedos. Al principio puede aparecer como una ola de calor, un
campo casi incoloro y ondeante como cuando en verano podemos ver el calor que
emerge del suelo en forma de ondas casi transparentes, más adelante comenzarás
a ver los distintos colores del aura.
Observa
pacientemente. No tengas prisa. Simplemente céntrate en el aquí y el ahora,
concentrándote suavemente en la mano, en los dedos y en el espacio entre los
dedos.
Con
práctica podrás realizar este ejercicio durante el día o en cualquier otra
condición de iluminación y, eventualmente, sin utilizar el fondo blanco.
Cómo ver las auras de los demás
Para este
ejercicio necesitarás un compañero y una pared blanca.
1. Pide a
tu compañero que se ponga de pie delante de la pared blanca sin tocarla, simplemente
muy cerca.
2. Ahora aléjate
de tu compañero para que puedas verlo entero, de pies a cabeza, incluido el
espacio en blanco de la pared.
3. Siéntate
en una silla y apoya tu espalda totalmente en el respaldo con tus pies
firmemente plantados en el suelo y conecta con tu respiración. Cierra los ojos
durante unos segundos.
4. A continuación,
abre los ojos y, con un enfoque suave o mirada desenfocada, mira a tu pareja de
manera que abarques todo su cuerpo. Mira suavemente y observa pasivamente lo
que surja. No te esfuerces por ver nada, sólo permite aquello que surja en ese
momento.
5. Pronto
comenzarás a ver el campo de energía alrededor de la cabeza y la parte superior
del cuerpo de tu compañero. Esa es la zona del cuerpo más fácil de ver. Al
principio aparecerá incolora, como una ola de calor. Con el tiempo empezarás a
ver colores y ya no será necesario ningún fondo blanco.
Ver auras
requiere tiempo y práctica dedicada. Pero cualquiera puede aprender a detectar
el campo energético de cualquier ser vivo o inerte.
La lectura del aura
Aprender a
ver el aura es la parte más sencilla. Aprender a interpretar y comprender lo
que significa aquello que vemos es más desafiante.
Una forma
de aprender a leer el aura es comprendiendo los colores del aura y su
significado. Pero eso no es todo lo que se requiere para leer el aura.
Somos seres
complejos y lo que vemos suele ser una interacción de nuestra propia
percepción, conocimiento, experiencia, prejuicios, mecanismos de defensa del
ego, influencia cultural y social, la forma en que entendemos el mundo, la
naturaleza de la realidad y nuestra propia visión de la espiritualidad.
Al leer o
interpretar el aura, siempre debe tenerse esto en cuenta: Que la forma en la que
uno ve el aura es su propia proyección basada en todos los factores mencionados
anteriormente. Es importante también aprender a salir de uno mismo para que
nada o lo mínimo posible pueda interferir.
¿Qué significa "salir de uno
mismo"?
Salir de
uno mismo simplemente significa entrar en un estado de conciencia alterado o
superior, el mismo en el que nos sumimos al meditar, que está más allá de nuestra
identificación con el Ser. En ese estado nos hallamos inmersos en la
consciencia pura, que se halla más allá de los límites del ego y los límites
del cuerpo.
En este
estado no existe "yo" y "tú" como seres separados, sino que
hay unidad y apertura para ver lo que se presenta en el momento.
En este
estado, el campo de energía se puede ver, sentir y comprender tal y como es en
el momento.
Ética en la curación y la lectura del
aura
Cuando
aprendas a ver las auras, es posible que sientas la tentación de compartir todo
lo que ves con otras personas.
Los
colores del aura suelen cambiar a lo largo del día, con cada emoción, bloqueo
en el cuerpo, patrón de pensamiento, niveles de energía y el flujo energético a
través del cuerpo.
Entonces,
lo que ves en el momento es sólo eso, en este momento. Debes tener cuidado al
interpretar los colores del aura de otras personas.
Y hay dos
razones para esto. Primero, cuando ves el aura de otra persona, la estás viendo
a través de tu propia aura. Lo estás viendo a través de tus propias
percepciones, tu conocimiento y tus creencias. Puede que no sea prudente sacar
conclusiones precipitadas. Usa tu corazón, tu mente y tu alma para guiarte y
llegar a la mejor conclusión.
En segundo
lugar, una vez que desarrolles la habilidad de ver el aura, podrás ver auras
alrededor de las personas en cualquier lugar de la calle, en el centro
comercial o en el trabajo. Ver el aura de alguien es como mirar dentro del
dormitorio de alguien e invadir su intimidad. No debe hacerse sin el
consentimiento de la otra persona.
Si ves
auras sin concentrarte conscientemente en ellas, trata lo que ves con el mayor
respeto por la persona. Si no te han pedido que leas su aura, entonces no
reveles que la puedes ver para no hacerlos sentir incómodos. Simplemente retira
tu vista, suelta lo que has visto y desvía tu atención.
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