SEÑALES DE PROGRESO EN NUESTRO CAMINO ESPIRITUAL

Es fácil reconocer el progreso en cualquier actividad o aprendizaje que realicemos. Nuestra sociedad tiene por costumbre dividirlo todo en niveles, pruebas, títulos y certificaciones, para reconocer hasta qué grado dominamos un tema.

Sin embargo, en el viaje espiritual puede ser un poco más complicado determinar dónde se encuentra una persona en su progreso. Como suele suceder a menudo en el camino espiritual, lo que es "correcto" y "relevante" en nuestra vida cotidiana, no suele serlo cuando hablamos del espíritu o de temas espirituales.

Por ejemplo, es bastante común en una trayectoria profesional querer luchar por puestos cada vez más altos, y que uno quiera poner a prueba sus conocimientos en comparación con los de sus compañeros, pero en un viaje espiritual puede ser todo lo contrario.

Probablemente, sería acertado decir que cuanto más "necesita" una persona saber cuánto ha progresado o cuánto necesita una certificación que acredite todo lo que sabe o incluso para aumentar su autoestima, seguramente será señal del poco avance que ha realizado en el camino espiritual o evolutivo.

Debido a que no hay un camino definitivo hacia conocer nuestra conciencia, o para experimentar la iluminación y el despertar, hace que sea aún más difícil poder decir realmente en qué lugar del camino se encuentra una persona, especialmente en relación con los demás, ya que todos estamos, en esencia, recorriendo nuestro propio camino y uno no es mejor que otro. Los puntos de referencia en nuestro camino pueden estar en un orden drásticamente diferente al de otra persona. No obstante, hay ciertos "estados del ser" que significan que sí se está produciendo una expansión en nuestra conciencia.

La palabra "expansión" lo explica a la perfección cuando se refiere a cómo avanza nuestro viaje a lo largo del tiempo. Si bien hay una variedad de caminos en los que se encuentran las personas, el único estándar con el que todos parecen estar de acuerdo es que cuanto más evolucionaron en su despertar, más expandieron su conciencia y perspectiva.

Dicho esto, veamos algunas señales que nos indicarán si un camino espiritual está progresando adecuadamente.

1. El juicio y la condena se convierten en tolerancia y compasión.

Uno de los cambios más notables que uno puede percibir en sí mismo o en alguien cercano, es que ya no está operando dentro de los parámetros de las normas sociales.

Con este primer paso se pierde el deseo de juzgar a los demás en función de lo que la sociedad nos dice que es “importante” y también de condenarlos como menos inteligentes o incluso malas personas. Simplemente se permite que las personas sean como quieran ser.

Una vez que nos damos cuenta de que antes de saber lo que sabíamos, no había forma de que supiéramos algo diferente, comenzamos a darnos cuenta de que esto también es cierto para los demás.

Al igual que no se puede enseñar geometría complicada a un alumno de primaria y decirle que es estúpido por no entender, tampoco se puede obligar a alguien a ver más allá de su nivel de comprensión del mundo y, por lo tanto, en lugar de condenarlo, simplemente se le permite ser y estar. Se permite por completo cualquier "ignorancia" que se pueda percibir, y se entiende simplemente como el punto del camino en el que esa persona se encuentra. Eso es todo.

2. La motivación se convierte en inspiración

Este es otro ejemplo de cómo las "reglas" de la sociedad cambian por completo cuando las ponemos en términos de un proceso espiritual. Estamos acostumbrados a frases como estas: "trabaja duro, con más tesón, esfuérzate más, sigue adelante, la recompensa llega al final de la lucha". Mientras que el camino espiritual, se trata menos de motivación y más de inspiración.

Cuando nos damos cuenta de que el logro a los ojos de la sociedad es algo que en el camino espiritual no necesariamente se tiene en cuenta, también vemos podemos sintonizar con la benevolencia del universo que nada tiene que ver con la lucha, el esfuerzo o el estrés.

No es que no se "necesite" actuar, sino que de la forma en que la sociedad nos enseña a hacerlo, es simplemente ir contra corriente, contra la corriente o flujo natural de la vida e incluso del universo, y esta es la razón por la que se necesita luchar y esforzarse. Si simplemente nos dejamos llevar de manera tranquila, aceptando todo aquello que venga y aprendiendo de todo ello, comenzaremos a fluir con la vida y todo será mucho más fácil. La acción inspirada es más de seguir nuestro mayor gozo y emoción, cultivar pasiones y atrevernos a seguir nuestro propio camino único.

3. Se adopta una nueva comprensión del dolor y las circunstancias dolorosas.

Como vivimos inconscientemente como esclavos de la programación que nos inculca la sociedad y la educación que recibimos, acabamos sintonizando al final con la identidad de "víctima". Esto significa que vemos cada situación desde una perspectiva de "esto es lo que quiero que suceda (lo que mi ego quiere) así que esto es bueno", o "esto es lo que no quería que sucediera (lo que mi ego no quiere) así que esto es malo".

En esta visión en blanco y negro de la realidad nos vemos a nosotros mismos como un participante separado de la vida, y completamente a merced de la realidad, esperando y rezando para recibir lo mejor, sintiéndonos castigados o enfadados cuando ocurre lo que percibimos como “lo peor”.

Mientras despertamos y expandimos nuestra comprensión de la realidad más allá de nuestra programación, llegamos a darnos cuenta de la naturaleza del dolor y las circunstancias dolorosas. Nos damos cuenta de que el dolor es un catalizador de transformación, y nos vemos desde la perspectiva de un sanador destinado a sanar las emociones o los miedos que han surgido a causa de cualquier circunstancia dolorosa. Este tipo de situaciones se utilizan para aprender, sanar, crecer y madurar en lugar de envidiar y culpar a la vida, a los demás o a nosotros mismos.

4. Hay un menor deseo de "manifestar" estrictamente desde el ego.

No hay nada de malo en querer o desear algo que nos guste, pero a medida que comenzamos a despertar más, es posible que ya no nos preocupemos por "obtener" las cosas que pensábamos que queríamos de la vida cuando vivíamos estrictamente desde la perspectiva del ego.

A nivel energético, a medida que sanamos y despertamos los chakras superiores, encontramos que los "deseos" que tienden a basarse en posesiones materiales, deseos sexuales o de relación, y deseos de poder, se vuelven cada vez menos importantes para nosotros. .

También nos damos cuenta de que lo que realmente estábamos buscando era el sentimiento de satisfacción, confianza o seguridad, que pensábamos que esas cosas nos darían, pero que en realidad siempre están disponibles para nosotros independientemente de que las queramos obtener o no.

5. Nuestra vida parece desmoronarse.

Dicho así, esto puede sonar terrible. Sin embargo, cuando reconocemos que las nuevas líneas de tiempo y estados del ser solo pueden surgir como resultado de deshacerse del "pasado", vemos que este es otro acontecimiento maravilloso enviado por el universo.

A medida que cambiamos, nuestra realidad debe cambiar como resultado. No solo estamos sanando y trascendiendo viejos sistemas de creencias que envían la señal de que ya no necesitamos la representación o los catalizadores de estos sistemas de creencias para aparecer en nuestra línea de tiempo, sino que también nos estamos alineando con nuestra verdadera naturaleza.

A medida que nos alineamos con nuestro yo más auténtico, descubrimos que las viejas formas de pensar, las viejas amistades y relaciones, y las viejas carreras ya no resuenan en nosotros, desaparecen para dar paso a un nuevo paisaje emergente y acorde con quienes somos en realidad.