Cualquier
momento de nuestra vida puede ser un tiempo especial y propicio, un periodo en el que
todos los milagros son posibles.
En la tradición cristiana, este periodo de tiempo suele manifestarse alrededor de los mágicos días de la Navidad, aunque por experiencia puedo indicar que cualquier momento de cualquier época del año puede traer a nuestras vidas perfectos milagros.
En la tradición cristiana, este periodo de tiempo suele manifestarse alrededor de los mágicos días de la Navidad, aunque por experiencia puedo indicar que cualquier momento de cualquier época del año puede traer a nuestras vidas perfectos milagros.
Vamos
a ver, de manera breve, ocho formas distintas de poder convertir en Luz la
oscuridad o, lo que es lo mismo, ocho formas distintas de crear milagros en
nuestra vida.
1. Bondad
Sal de tu camino, de tu confort para ayudar a los demás. Sonríe a menudo. Halaga a los demás. Y
recuerda que no podemos ser realmente amables con los demás si no sabemos ser
amables con nosotros mismos.
2. Replantea tus objetivos
En
lugar de pensar en lo que no te gusta sobre ti mismo o sobre tu vida, enfócate
en lo que sí te gusta. Por ejemplo, en lugar de preocuparte por no tener
suficiente dinero, plantéate mini objetivos positivos para ganar cada vez más.
3. Vive “como si…”
Muchas
personas quieren lograr objetivos específicos para sentirse de determinada
manera. Queremos un ascenso para sentirnos seguros. Queremos un título
prestigioso para sentirnos poderosos. Queremos niños exitosos para sentirnos
orgullosos. No tenemos que esperar a haber logrado una lista infinita de
objetivos para estar contentos con nuestra vida. Actúa como si ya tuvieras todo
lo que necesitas. Vivir “como si” estuviéramos experimentando la
mejor versión posible de nuestras vidas, ilumina el camino para alcanzar
nuestro potencial.
4. Piensa con creatividad
Demasiado
a menudo las posibilidades de nuestra vida parecen muy angostas. Da un paso
atrás y pregúntate: “¿Qué es lo mejor que podría ocurrir en esta situación?”.
Piensa creativamente y considera una larga lista de soluciones e ideas. Cuanto
más aprendamos a ver más allá de los límites a los que estamos acostumbrados,
más espacio haremos para la luz de nuestro interior.
5. Mira a través de lentes
espirituales
El
mundo material está condicionado por escasez y limitaciones. Al ver la vida a
través de lentes físicos, vemos pesadez, cansancio y caos. Pero el mundo
espiritual, que simultáneamente nos rodea y late en nuestro interior, es
expansivo y abundante. Es una fuente de energía constante, que emana de la
Fuente de toda la energía. Todo tiene un objetivo, hay orden dentro del caos.
Hay una luz que perfora el peso de la duda.
6. Abraza el cambio
Cuando
estamos atascados en hábitos y rutinas, la vida puede parecer aburrida e
imposible de cambiar. Pero el cambio puede ocurrir en cualquier momento,
creando implicaciones sumamente profundas. Estudios recientes en el campo de la
epigenética1 revelan que nuestro ADN, que creíamos inmutable,
puede cambiar durante nuestras vidas. Si crecemos y trabajamos en nuestra
personalidad, podemos suprimir la expresión de los genes dañinos y acentuar la
expresión de los genes saludables. Hacer un cambio puede no sólo traer más luz
a tu propia vida, sino que la mejora también podría permanecer para las
generaciones venideras.
7. Conéctate con Dios
Parte
de crear y mantener una relación con Dios es creer que Él te ama, que cree en
ti y que quiere estar cerca de ti. La fe no sólo sirve para ayudarnos a
atravesar momentos difíciles, sino que es la construcción diaria de un sistema
de creencias en el que podemos conectarnos con Dios cuando estamos felices,
cuando estamos tristes y cuando estamos en cualquier estado anímico intermedio.
Trae la luz de esa conexión a tu vida diaria.
8. Ama el desafío
Cuanto
mayor es el desafío, mayor es el potencial para la grandeza.
“Debemos
tener fe en que si Dios nos da una tarea de semejante dificultad, la clave para
el éxito debe estar en la dificultad misma. El sentimiento de que ‘no
hay salida’ es fundamental para tener éxito en el servicio a Dios. Este es el
secreto de la victoria hasmonea. Cualquier persona razonable hubiera pensado
que era completamente imposible que un puñado de sacerdotes prevaleciera frente
a un poderoso ejército. No había salida. Pero, sin tener otra alternativa, los
hasmoneos entraron al ruedo. Y dado que lo hicieron, obtuvieron una ayuda celestial
que trascendió los límites de la naturaleza. El milagro del aceite durando ocho
días nos enseña que, si hacemos lo que debemos, en contra de las
probabilidades, el socorro llegará de un mundo superior, el mundo simbolizado
por ‘ocho’. Esto es cierto tanto para los desafíos físicos como
para los espirituales” (Rav Dessler, Santuarios en el tiempo).
Ocho
días, ocho luces. En contra de todas las probabilidades, nosotros elegimos
invitar a los milagros a nuestra vida y descubrir formas de iluminar la
oscuridad.
fuente:aishlatino
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