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miércoles, 5 de abril de 2017

OCHO FORMAS DE CONVERTIR EN LUZ LA OSCURIDAD

Cualquier momento de nuestra vida puede ser un tiempo especial y propicio, un periodo en el que todos los milagros son posibles. 

En la tradición cristiana, este periodo de tiempo suele manifestarse alrededor de los mágicos días de la Navidad, aunque por experiencia puedo indicar que cualquier momento de cualquier época del año puede traer a nuestras vidas perfectos milagros.

Vamos a ver, de manera breve, ocho formas distintas de poder convertir en Luz la oscuridad o, lo que es lo mismo, ocho formas distintas de crear milagros en nuestra vida.

1. Bondad

Sal de tu camino, de tu confort para ayudar a los demás. Sonríe a menudo. Halaga a los demás. Y recuerda que no podemos ser realmente amables con los demás si no sabemos ser amables con nosotros mismos.

2. Replantea tus objetivos

En lugar de pensar en lo que no te gusta sobre ti mismo o sobre tu vida, enfócate en lo que sí te gusta. Por ejemplo, en lugar de preocuparte por no tener suficiente dinero, plantéate mini objetivos positivos para ganar cada vez más.

3. Vive “como si…”

Muchas personas quieren lograr objetivos específicos para sentirse de determinada manera. Queremos un ascenso para sentirnos seguros. Queremos un título prestigioso para sentirnos poderosos. Queremos niños exitosos para sentirnos orgullosos. No tenemos que esperar a haber logrado una lista infinita de objetivos para estar contentos con nuestra vida. Actúa como si ya tuvieras todo lo que necesitas. Vivir “como si” estuviéramos experimentando la mejor versión posible de nuestras vidas, ilumina el camino para alcanzar nuestro potencial.

4. Piensa con creatividad

Demasiado a menudo las posibilidades de nuestra vida parecen muy angostas. Da un paso atrás y pregúntate: “¿Qué es lo mejor que podría ocurrir en esta situación?”. Piensa creativamente y considera una larga lista de soluciones e ideas. Cuanto más aprendamos a ver más allá de los límites a los que estamos acostumbrados, más espacio haremos para la luz de nuestro interior.

5. Mira a través de lentes espirituales

El mundo material está condicionado por escasez y limitaciones. Al ver la vida a través de lentes físicos, vemos pesadez, cansancio y caos. Pero el mundo espiritual, que simultáneamente nos rodea y late en nuestro interior, es expansivo y abundante. Es una fuente de energía constante, que emana de la Fuente de toda la energía. Todo tiene un objetivo, hay orden dentro del caos. Hay una luz que perfora el peso de la duda.

6. Abraza el cambio

Cuando estamos atascados en hábitos y rutinas, la vida puede parecer aburrida e imposible de cambiar. Pero el cambio puede ocurrir en cualquier momento, creando implicaciones sumamente profundas. Estudios recientes en el campo de la epigenética1 revelan que nuestro ADN, que creíamos inmutable, puede cambiar durante nuestras vidas. Si crecemos y trabajamos en nuestra personalidad, podemos suprimir la expresión de los genes dañinos y acentuar la expresión de los genes saludables. Hacer un cambio puede no sólo traer más luz a tu propia vida, sino que la mejora también podría permanecer para las generaciones venideras.

7. Conéctate con Dios

Parte de crear y mantener una relación con Dios es creer que Él te ama, que cree en ti y que quiere estar cerca de ti. La fe no sólo sirve para ayudarnos a atravesar momentos difíciles, sino que es la construcción diaria de un sistema de creencias en el que podemos conectarnos con Dios cuando estamos felices, cuando estamos tristes y cuando estamos en cualquier estado anímico intermedio. Trae la luz de esa conexión a tu vida diaria.

8. Ama el desafío

Cuanto mayor es el desafío, mayor es el potencial para la grandeza.
Debemos tener fe en que si Dios nos da una tarea de semejante dificultad, la clave para el éxito debe estar en la dificultad misma. El sentimiento de que ‘no hay salida’ es fundamental para tener éxito en el servicio a Dios. Este es el secreto de la victoria hasmonea. Cualquier persona razonable hubiera pensado que era completamente imposible que un puñado de sacerdotes prevaleciera frente a un poderoso ejército. No había salida. Pero, sin tener otra alternativa, los hasmoneos entraron al ruedo. Y dado que lo hicieron, obtuvieron una ayuda celestial que trascendió los límites de la naturaleza. El milagro del aceite durando ocho días nos enseña que, si hacemos lo que debemos, en contra de las probabilidades, el socorro llegará de un mundo superior, el mundo simbolizado por ‘ocho’Esto es cierto tanto para los desafíos físicos como para los espirituales” (Rav Dessler, Santuarios en el tiempo).

Ocho días, ocho luces. En contra de todas las probabilidades, nosotros elegimos invitar a los milagros a nuestra vida y descubrir formas de iluminar la oscuridad.



fuente:aishlatino

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