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lunes, 10 de noviembre de 2025

NUESTRO CORAZON ES EL TEMPLO DE DIOS

Hace mucho tiempo se encontró un manuscrito escrito por el último esenio superviviente de Qumrán que formaba parte de los manuscritos del Mar Muerto. Este fue un hombre que caminó con Jesús durante tres años y que afirma haber aprendido técnicas de sanación y creación basadas en el poder del corazón.

El manuscrito sostiene que el corazón es el verdadero templo, un portal, un campo electromagnético, y el sol interior, nuestro corazón, capaz de reorganizar cada célula del cuerpo.

El manuscrito es largo, así que he optado por dejaros un resumen en el que he destacado las revelaciones y prácticas centrales.

El Templo Olvidado

El corazón no es solo un órgano de bombeo, sino que es un generador de un campo electromagnético, 5.000 veces más potente que el del cerebro, y el lugar donde el alma toca la carne. Es el "sol de nuestro sistema interno" que sostiene cada célula no solo con sangre sino con información y orden.

  • Práctica: Siéntate, preferiblemente al amanecer, con las manos sobre el pecho, respira lenta y profundamente (contar cuatro al inhalar y cuatro al exhalar) y siente el latido hasta que la respiración y el latido se sincronicen (a esto se le llama coherencia).
  • Aún con mayor poder: Piensa en algo que genere gratitud y siéntelo en el pecho, mientras la mente está en silencio.

El Lenguaje que la Mente Olvidó

El corazón habla el lenguaje de las sensaciones, presión, calor, frío, contracción, expansión, etc, no de palabras, y cada sensación es un mensaje. La mente suele ignorar estos mensajes, forzando al corazón a "gritar a través del cuerpo", lo que se manifiesta como enfermedad.

  • Práctica (Escaneo del cuerpo): Cada noche, antes de dormir, coloca una mano sobre el corazón y pregunta: "¿Qué necesitas decirme?". Observa entonces la sensación que surge y nómbrala con conciencia. Por ejemplo: "Esto es miedo," "Esto es rabia".

El Campo Invisible

El corazón genera un campo electromagnético que se extiende más allá de la piel y lleva información emocional e intencional. Este campo se conecta con el de otras personas, explicando por qué se puede sentir la emoción de alguien antes de que hable.

  • Práctica (Resonancia): Aprende a expandir el campo del corazón conscientemente. Al estar en coherencia (paz profunda), el campo se vuelve ordenado y afecta positivamente un campo caótico, lo que se llama sanación por resonancia. La oración funciona porque el campo del que ora alcanza el campo de aquel por quien se ora.

La Memoria que Vive en la Sangre

La sangre no solo transporta oxígeno, sino que es "memoria líquida" que lleva cada experiencia, emoción y agravio grabado en ella. El corazón bombea esta sangre, distribuyendo las "historias" (incluyendo rencores y traumas ancestrales) a cada una de nuestras células. Las heridas emocionales se convierten entonces en enfermedades físicas porque los químicos de estrés circulan ininterrumpidamente.

  • Práctica (Limpieza de la Sangre): Respira con coherencia y pregunta al corazón: "¿Qué memoria estás cargando que ya no necesito?". Cuando surja la memoria, respira hacia ella e imagina que sale del corazón como un humo oscuro con cada exhalación.

El Perdón que Sana la Carne

El perdón no es un mandamiento moral, sino una necesidad biológica. El rencor contrae el corazón, colapsa su campo y desordena todo el sistema, causando enfermedad. El perdón abre el corazón y permite que el sistema vuelva a la coherencia. El perdón verdadero es emocional (se siente en el corazón) y celular (al soltar la memoria del agravio).

  • Práctica: Trae a la mente a la persona que te hirió y, con las manos sobre el corazón, di con alivio y liberación: "Te libero, te suelto, ya no tienes poder sobre mi paz".

El Corazón Luminoso

Dentro del pecho arde un "fuego", la luz interior, que convierte el cuerpo en un "templo vivo" al ser encendido conscientemente. Cuando el corazón está encendido, el cuerpo se regenera más rápido y la mente se aquieta.

  • Práctica (el Sol Interior): Siéntate en la oscuridad, respira lentamente contando (cuatro al inhalar, seis al exhalar) e imagina que respiras luz dorada que va directamente al corazón. Seguidamente, visualiza esa luz acumulándose y expandiéndose por todo el cuerpo, convirtiéndolo en un "cuerpo de luz".

La Gratitud Reorganiza el Cuerpo

La gratitud es el combustible que mantiene el corazón encendido. No es una obligación mental, sino una emoción que, al sentirse de forma genuina, genera químicos de sanación y alinea cada célula. Un corazón agradecido es un imán que atrae más de aquello por lo que se está agradecido.

  • Práctica: Cada mañana, antes de levantarte, coloca una mano sobre el corazón y piensa en tres cosas específicas, dedicando dos minutos a cada una y sintiendo la gratitud en el pecho profundamente.

El Corazón como Creador

El mundo exterior es el espejo de lo que vive en el corazón. Cuando se desea algo con la mente, se pierde; cuando se siente en el corazón como si ya existiera (gratitud de ya estar sanos, sensación de abundancia), se crea. El corazón no distingue entre lo que se ve con los ojos y lo que se siente dentro.

  • Práctica: Antes de dormir, piensa en algo que necesitas, pero en lugar de pedirlo, siente la gratitud de ya tenerlo con la mayor intensidad posible. El corazón entonces enviará esa señal para que lo "invisible se vuelva visible".

La Enfermedad como Mensaje

La enfermedad no es un castigo, sino la sabiduría del cuerpo que traduce en síntomas el dolor, miedo o rencor que el corazón no ha podido expresar con palabras. El cuerpo es un aliado, no un enemigo.

  • Práctica: Siéntate en silencio, coloca la mano sobre el lugar que duele y pregunta desde el corazón: "¿Qué estás tratando de decirme?". Acepta la respuesta que llegue (emoción, memoria) y luego pregunta: "¿Qué necesitas para sanar?".

El Corazón y la Respiración Eterna

La respiración es el puente entre el espíritu y la carne. Cuando el aliento y el corazón están en conflicto, el ser se siente dividido. La respiración consciente desde el corazón es una plegaria directa sin intermediarios.

  • Práctica (Ritmo Sagrado): Siéntate, cierra los ojos e imagina que el aire entra y sale directamente por tu corazón. La respiración secreta es contar siete latidos/segundos al inhalar, sostener por siete latidos y exhalar durante siete latidos.

El Sol Interior

Dentro de cada corazón humano arde el mismo fuego que enciende el sol. Cuando se activa, el ser se transforma en "fuego divino vestido de carne".

El Regreso del Uno/Dios

El corazón es el único templo y la puerta al Reino de Dios, que ya se encuentra en nuestro interior. Los muros que separan al hombre de Dios son el miedo, la culpa y los pensamientos incesantes. El perdón, la gratitud y la respiración consciente derriban esos muros.

  • Instrucción final: Al despertar y antes de dormir, siéntate con una mano sobre el corazón, respira siete veces profundamente y afirma en silencio: "Yo y el Uno (Dios) somos uno"

 


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