Hace mucho tiempo se encontró un manuscrito escrito por el último esenio superviviente de Qumrán que formaba parte de los manuscritos del Mar Muerto. Este fue un hombre que caminó con Jesús durante tres años y que afirma haber aprendido técnicas de sanación y creación basadas en el poder del corazón.
El manuscrito
sostiene que el corazón es el verdadero templo, un portal, un campo
electromagnético, y el sol interior, nuestro corazón, capaz de reorganizar cada
célula del cuerpo.
El manuscrito
es largo, así que he optado por dejaros un resumen en el que he destacado las
revelaciones y prácticas centrales.
El Templo Olvidado
El corazón
no es solo un órgano de bombeo, sino que es un generador de un campo
electromagnético, 5.000 veces más potente que el del cerebro, y el lugar donde
el alma toca la carne. Es el "sol de nuestro sistema interno" que
sostiene cada célula no solo con sangre sino con información y orden.
- Práctica: Siéntate, preferiblemente al amanecer, con
las manos sobre el pecho, respira lenta y profundamente (contar cuatro al
inhalar y cuatro al exhalar) y siente el latido hasta que la respiración y
el latido se sincronicen (a esto se le llama coherencia).
- Aún con mayor poder: Piensa en algo que
genere gratitud y siéntelo en el pecho, mientras la mente está en silencio.
El Lenguaje que la Mente Olvidó
El corazón
habla el lenguaje de las sensaciones, presión, calor, frío, contracción,
expansión, etc, no de palabras, y cada sensación es un mensaje. La mente suele
ignorar estos mensajes, forzando al corazón a "gritar a través del
cuerpo", lo que se manifiesta como enfermedad.
- Práctica (Escaneo del cuerpo): Cada noche, antes de
dormir, coloca una mano sobre el corazón y pregunta: "¿Qué necesitas
decirme?". Observa entonces la sensación que surge y nómbrala con
conciencia. Por ejemplo: "Esto es miedo," "Esto es
rabia".
El Campo Invisible
El corazón
genera un campo electromagnético que se extiende más allá de la piel y lleva
información emocional e intencional. Este campo se conecta con el de otras
personas, explicando por qué se puede sentir la emoción de alguien antes de que
hable.
- Práctica (Resonancia): Aprende a expandir el
campo del corazón conscientemente. Al estar en coherencia (paz profunda),
el campo se vuelve ordenado y afecta positivamente un campo caótico, lo
que se llama sanación por resonancia. La oración funciona porque el campo
del que ora alcanza el campo de aquel por quien se ora.
La Memoria que Vive en la Sangre
La sangre
no solo transporta oxígeno, sino que es "memoria líquida" que lleva
cada experiencia, emoción y agravio grabado en ella. El corazón bombea esta
sangre, distribuyendo las "historias" (incluyendo rencores y traumas
ancestrales) a cada una de nuestras células. Las heridas emocionales se
convierten entonces en enfermedades físicas porque los químicos de estrés
circulan ininterrumpidamente.
- Práctica (Limpieza de la Sangre): Respira con coherencia
y pregunta al corazón: "¿Qué memoria estás cargando que ya no
necesito?". Cuando surja la memoria, respira hacia ella e imagina que
sale del corazón como un humo oscuro con cada exhalación.
El Perdón que Sana la Carne
El perdón
no es un mandamiento moral, sino una necesidad biológica. El rencor contrae el
corazón, colapsa su campo y desordena todo el sistema, causando enfermedad. El
perdón abre el corazón y permite que el sistema vuelva a la coherencia. El
perdón verdadero es emocional (se siente en el corazón) y celular (al soltar la
memoria del agravio).
- Práctica: Trae a la mente a la persona que te hirió
y, con las manos sobre el corazón, di con alivio y liberación: "Te
libero, te suelto, ya no tienes poder sobre mi paz".
El Corazón Luminoso
Dentro del
pecho arde un "fuego", la luz interior, que convierte el cuerpo en un
"templo vivo" al ser encendido conscientemente. Cuando el corazón
está encendido, el cuerpo se regenera más rápido y la mente se aquieta.
- Práctica (el Sol Interior): Siéntate en la oscuridad,
respira lentamente contando (cuatro al inhalar, seis al exhalar) e imagina
que respiras luz dorada que va directamente al corazón. Seguidamente,
visualiza esa luz acumulándose y expandiéndose por todo el cuerpo, convirtiéndolo
en un "cuerpo de luz".
La Gratitud Reorganiza el Cuerpo
La
gratitud es el combustible que mantiene el corazón encendido. No es una
obligación mental, sino una emoción que, al sentirse de forma genuina, genera
químicos de sanación y alinea cada célula. Un corazón agradecido es un imán que
atrae más de aquello por lo que se está agradecido.
- Práctica: Cada mañana, antes de levantarte, coloca una
mano sobre el corazón y piensa en tres cosas específicas, dedicando dos
minutos a cada una y sintiendo la gratitud en el pecho profundamente.
El Corazón como Creador
El mundo
exterior es el espejo de lo que vive en el corazón. Cuando se desea algo con la
mente, se pierde; cuando se siente en el corazón como si ya existiera (gratitud
de ya estar sanos, sensación de abundancia), se crea. El corazón no distingue
entre lo que se ve con los ojos y lo que se siente dentro.
- Práctica: Antes de dormir, piensa en algo que necesitas,
pero en lugar de pedirlo, siente la gratitud de ya tenerlo con la mayor
intensidad posible. El corazón entonces enviará esa señal para que lo
"invisible se vuelva visible".
La Enfermedad como Mensaje
La
enfermedad no es un castigo, sino la sabiduría del cuerpo que traduce en
síntomas el dolor, miedo o rencor que el corazón no ha podido expresar con
palabras. El cuerpo es un aliado, no un enemigo.
- Práctica: Siéntate en silencio, coloca la mano sobre
el lugar que duele y pregunta desde el corazón: "¿Qué estás tratando
de decirme?". Acepta la respuesta que llegue (emoción, memoria) y
luego pregunta: "¿Qué necesitas para sanar?".
El Corazón y la Respiración Eterna
La
respiración es el puente entre el espíritu y la carne. Cuando el aliento y el
corazón están en conflicto, el ser se siente dividido. La respiración
consciente desde el corazón es una plegaria directa sin intermediarios.
- Práctica (Ritmo Sagrado): Siéntate, cierra los
ojos e imagina que el aire entra y sale directamente por tu corazón. La
respiración secreta es contar siete latidos/segundos al inhalar, sostener
por siete latidos y exhalar durante siete latidos.
El Sol Interior
Dentro de
cada corazón humano arde el mismo fuego que enciende el sol. Cuando se activa,
el ser se transforma en "fuego divino vestido de carne".
El Regreso del Uno/Dios
El corazón
es el único templo y la puerta al Reino de Dios, que ya se encuentra en nuestro
interior. Los muros que separan al hombre de Dios son el miedo, la culpa y los
pensamientos incesantes. El perdón, la gratitud y la respiración consciente
derriban esos muros.
- Instrucción final: Al despertar y antes
de dormir, siéntate con una mano sobre el corazón, respira siete veces profundamente
y afirma en silencio: "Yo y el Uno (Dios) somos uno"

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