Es posible ser consciente todo el tiempo?? Es posible, por supuesto, aunque lo que realmente sucede es que solemos percibir distintas intensidades de consciencia a lo largo del día.
La presencia
o consciencia es un campo energético que tiene su núcleo muy cerca de nuestro
centro cordial o chakra del corazón. A este lugar lo solemos llamar el corazón espiritual, por ponerle un nombre, y de ahí emana la consciencia. Se trata de un lugar atemporal que podríamos comparar
con la percepción de nuestros sentidos. Por ejemplo, la luz del sol brilla
continuamente, y sin embargo no tiene forma.
En este espacio
hay absoluta quietud, hay absoluto silencio y podemos percibirlo como paz, amor e incluso alegría o felicidad. Definitivamente es un lugar muy feliz. Se percibe
vitalidad y energía, pero la paz y la quietud son sus atributos principales.
Este espacio
es el centro, es nuestro centro, es el núcleo desde donde emana nuestra
consciencia. Una consciencia que solo podemos percibir cuando dejamos de
pensar. Es imposible sentirla y pensar al mismo tiempo.
Así que podríamos
decir que la consciencia emana de nuestro propio cuerpo, de la parte más íntima
de nosotros mismos. Esta consciencia puede también entrar en nuestra mente y
utilizarla, puede hablar a través de ella.
Nuestro mayor
reto como seres humanos es lograr mantener nuestra consciencia, mantener la
quietud y el silencio mientras vivimos nuestro día a día inmersos en este mundo
tan activo y lleno de distracciones. Y esto no es algo fácil, creedme.
No es fácil
pero sí es posible. Es absolutamente posible mantener este estado de
consciencia o no pensamiento mientras realizamos las actividades de nuestro día,
y además podemos sentir este punto en nuestro interior de manera muy clara y
con mucha fuerza.
A esto le
podemos llamar el despertar espiritual, ya que es de esta forma en la que los
seres humanos comienzan este maravilloso camino lleno de paz y amor, pero también
de conocimiento.
Realmente,
si nos lo proponemos, casi todos somos capaces de suspender nuestro pensamiento
durante unos segundos sin necesidad de quedarnos dormidos.
Lo cierto
es que la mente no sabe qué hacer si no piensa porque la mente es puro pensamiento. Nuestra
mente está incapacitada para poder apreciar lo importante que es no pensar
porque lo que realmente le interesa es hacer una pregunta detrás de otra
non-stop. La mente no quiere de ningún modo hacerse a un lado y permanecer en
silencio, por lo que está continuamente generando pensamientos y llenando
nuestra cabeza con ellos.
Lo más importante
es familiarizarse con ese estado de no pensamiento, ya que esto es mucho más importante
que cualquier pregunta que pueda surgir en nuestra mente, e incluso más importante
que cualquier respuesta que el mayor maestro espiritual pudiera darnos.
Hoy en día
podemos encontrar clases, cursos y talleres con los que poder desarrollar casi
cualquier facultad o habilidad en el ámbito físico, psíquico o espiritual. Tenemos acceso a cualquier cosa y podemos perseguir cualquier interés. Y no me digáis
que esto no es maravilloso, es fascinante. Pero por más maravilloso y
fascinante que nos parezca, en realidad ninguno de estos cursos y talleres nos
hace falta, porque ganaríamos mucho más solo siendo conscientes de nuestra respiración
durante unos días y además, sin abrir nuestra cartera.
Al ser
conscientes de nuestra respiración, automáticamente se genera un espacio de no
pensamiento porque como hemos dicho antes, es imposible ser conscientes de la respiración
y pensar al mismo tiempo.
Si quieres
una rápida aceleración en el despertar espiritual, deja de hacer preguntas y
simplemente enfócate en tu respiración. A veces las preguntas son necesarias,
pero una vez tenemos claro de donde proviene la consciencia y que conseguir ser
conscientes el mayor tiempo posible de nuestras vidas es la finalidad de
nuestra existencia, entonces la mayoría de las preguntas sobran.
Lo esencial
es traer consciencia a nuestras vidas AHORA. Por ejemplo, siendo conscientes de
nuestra respiración tanto como podamos, o sintiendo el interior de nuestro
cuerpo tanto como podamos. Esto son solo ejemplos de puertas para acceder rápidamente
a la consciencia. No obstante, podemos salir del pensamiento sin utilizar ninguno
de estos accesos. Simplemente salimos del pensamiento, lo detenemos. A esto
llegamos después de algún tiempo de práctica porque no es solo detener el
pensamiento unos segundos, sino conseguir detenerlo por periodos de tiempo un
poco más largos.
Sé que
muchos de los que estáis leyendo estas líneas y muchos de los que habitualmente
visitáis mi canal de YouTube podéis hacerlo ya. A partir de ese momento, de
cada uno de nosotros depende elegir estar en la consciencia tanto como sea
posible en nuestra vida diaria. Elegir estar en la consciencia sin pensamiento,
siempre que no necesitemos pensar en nada concreto, y esto puede significar
largos periodos de tiempo en nuestra vida. Y en definitiva, esta es la práctica
espiritual. No hay nada más. Todos los cursos, clases y talleres honestos apuntarían
a este mismo camino, pero esta simple práctica es la más directa, la más fácil y
por supuesto, la más barata. Cuando uno comienza con la práctica del no
pensamiento, el cambio a nivel espiritual no tarda en aparecer.
Al igual
que también aparece la opción de elegir ser consciente o no serlo. Y en el momento en el que vemos que podemos elegir,
significa que ya hay suficiente consciencia en nosotros para que poder acceder a esa
posibilidad de elección.
Una vez
que ha surgido, la elección se convierte en nuestra responsabilidad. Elegir estar
presente o ser consciente (es lo mismo) es solo responsabilidad de cada uno de
nosotros.
Hay muchas
ocasiones y situaciones en nuestra vida diaria en las que podemos elegir la
consciencia o presencia sobre el pensamiento inútil, por ejemplo, cuando
estamos en la cama por la noche antes de dormirnos, o al levantarnos por la
mañana, cuando caminamos o viajamos hacia el trabajo, cuando paseamos por la
naturaleza, cuando viajamos en transporte público, cuando nos detenemos en un
semáforo, elijamos siempre ser conscientes. Elijamos la consciencia sobre el
pensamiento.
Si has leído
hasta aquí, sin ninguna duda eres capaz de hacerlo. Solo recuerda que tienes la
opción. Desvía tu atención del pensamiento y ponla en tu consciencia a través de
cualquier puerta que te sea cómoda tantas veces como puedas. Toma consciencia
de ser consciente.
Cuando elegimos
ser conscientes, es porque la propia consciencia desea manifestarse a través
de nosotros.
Puedes elegir
ser consciente sin importar dónde estés. Y cuando la pierdas, o mejor dicho,
cuando te pierdas en tus pensamientos, vuelve otra vez a elegir consciencia,
una y otra vez. Por supuesto, en numerosas ocasiones volverás a dejarte llevar
por los pensamientos y te quedarás dormido o inconsciente, pero en cuanto te
des cuenta, es que la consciencia habrá regresado a ti. Porque no te puedes dar
cuenta si no hay consciencia. Y a medida
que pase el tiempo, más largos serán los periodos en los que puedas permanecer consciente.
En el
momento en que lo notas, en el momento en que notas que estabas perdido en tus
pensamientos, tu elección es volver. Si no puedes volver directamente, saliendo
del pensamiento, utiliza la respiración para traerte de vuelta, o la sensación de
tu cuerpo interior o algún movimiento consciente en el que puedas enfocarte
para volver a la consciencia, o incluso puedes utilizar tus sentidos para
lograr volver a la consciencia. Por ejemplo, observando lo que tengas
alrededor, ya sea material o naturaleza, solo observar sin nombrar, sin
etiquetas, solo observación.
Mirar atentamente
a nuestro animal de compañía puede ser también una buena puerta hacia la
consciencia porque los animales están siempre presentes, son siempre
conscientes. O mirar a la inmensidad del cielo azul diurno o estrellado en la
noche. Puedes utilizar este tipo de cosas como caminos para recuperar la
consciencia y no te sientas mal por ello, son caminos muy útiles.
Al tener
consciencia nos damos cuenta de que solo existe el AHORA y de que no
necesitamos nada más que eso para obtener la mayor felicidad conocida. Si nuestro
interior está en paz, nuestro entorno también lo estará y no esperaremos a ser
felices en el futuro porque tendremos esto o aquello. La felicidad es un estado
interior que podemos conseguir allá donde nos encontremos.
No necesitas
estar en otro lugar para ser feliz. Solo sé consciente aquí y ahora.
Pase lo que
pase y hagas lo que hagas, como ganar o perder dinero, coger o perder un vuelo,
cambiar de trabajo, etc…, solo son detalles. Céntrate más en lo positivo que en
lo negativo y recuerda que para ser libre debes despertar a quien realmente
eres, y eres consciencia más allá de tu historia y de tu situación de vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario