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martes, 17 de enero de 2023

COMO CONVERTIR LA INTUICION EN PARTE DE NUESTRA VIDA

No es tarea fácil explicar cómo se expresa nuestra intuición y cuál es la mejor forma de utilizarla en nuestro día a día.

Las personas suelen sentir mucha curiosidad por saber cuándo utilizan su intuición y mucho más importante, cómo pueden desarrollar la confianza necesaria para  seguir su dirección. Sin duda, describir la intuición es bastante más fácil que tratar de ponerla en términos definitivos, porque se expresa de manera diferente en cada uno de nosotros.

Estamos tan condicionados a utilizar nuestros cinco sentidos físicos (vista, oído, tacto, gusto y olfato), que esperamos que la intuición sea algo igualmente tangible. Esperamos que sea en blanco y negro, y definitivamente no lo es. La intuición es el proceso sensorial que revela su información a través de las imágenes que dibuja en nuestra mente y la tranquila voz interior que escuchamos a través de nuestro cuerpo. Los cinco sentidos físicos son fáciles de entender y relacionarse. La intuición, o el "sexto sentido", requiere que confiemos y no que sepamos.

Cada uno de nosotros es un ser intuitivo, incluso aquellos que creen que están faltos de esta sensibilidad. Una persona no tiene que ser psíquica para ser intuitiva o para usar su intuición con el propósito de realizar un análisis de diagnóstico del cuerpo. La intuición es uno de nuestros instintos naturales y es parte fundamental de nuestro procesamiento mental. De hecho, es tan integral que la mayoría de las veces la damos por sentado o ni siquiera somos conscientes de que la estamos utilizando. El procesamiento mental intuitivo generalmente se asocia con el funcionamiento de la parte derecha del cerebro. Sin embargo, es realmente un pensamiento que implica todo el cerebro. Utilizamos nuestra intuición como un medio para proporcionar una forma diferente de ver las situaciones, como un medio para obtener una perspectiva completa de lo que está sucediendo.

La intuición es como un indicador meteorológico. Nos indica cuáles son las condiciones actuales y nos alerta cuando hay cambios en el aire. Es el vehículo a través del cual nuestro espíritu se expresa en el mundo exterior, y ve las situaciones y desafíos que la vida nos presenta desde un punto de vista holístico. Es la parte conceptual de nuestro pensamiento y lo que le permite a la mente crear nuevas ideas. Su chispa enciende la llama y alimenta los fuegos que nos impulsan a manifestar nuestros sueños, y su energía nos proporciona la inspiración necesaria para animarnos a seguir nuestras visiones. El uso de la intuición nos anima a mirar las posibilidades y explorar lo desconocido. Es como sumergirse en una aventura diaria.

La intuición a menudo puede proporcionar las respuestas a los problemas cuando la mente consciente es incapaz. No se expresa a través de los cinco sentidos o la parte izquierda de nuestro cerebro, sino a través de imágenes, sueños, recuerdos, sentimientos e impresiones que se almacenan en la parte derecha del cerebro. La información intuitiva se revela a la mente consciente en forma de emociones, que se comunican químicamente con el cuerpo físico a través de reacciones como las corazonadas, ráfagas repentinas de perspicacia o destellos de conciencia inesperados. A todos nos ha pasado en alguna ocasión que hemos sabido quien iba a llamar antes de que lo hiciera. O por ejemplo, tener una idea y simplemente saber que era iba a triunfar. O tal vez batallar con un problema para al final encontrar la solución en un sueño. Así funciona la intuición cuando trabaja bien.

Algo que suele preocupar a las personas es averiguar cómo desarrollar o perfeccionar sus habilidades intuitivas. El primer paso y también el más obvio es crear conciencia a nuestro alrededor, prestar atención a cómo nos expresamos y practicarlo, integrándolo en nuestra vida diaria para que sentirnos cómodos con ello. Cuanto más lo utilicemos, más confiaremos en este sexto sentido, así como en la información que nos puede brindar.

Otro elemento importante en el desarrollo de las habilidades intuitivas es no trabajar demasiado para conseguir ser intuitivo. La intuición no es algo a lo que se pueda acceder cuando nuestra mente está activa o enfocada hacia el exterior. Requiere de una mente y un cuerpo relajados. El enfoque debe ser interno e introspectivo para permitir que la información que puede proporcionarnos fluya libremente. También requiere tiempo y falta de expectativas para poder mirar la situación o problema desde todas las perspectivas posibles.

La integración de la intuición en nuestra vida cotidiana aumenta también nuestra conciencia sensorial. Además, nos empodera y expande nuestra conciencia, abriendo una forma completamente nueva de ver la vida y preparándonos para hacer frente a cualquier cambio. Esto acaba reduciendo la ansiedad y el miedo en nuestra vida, dos de nuestras emociones más poderosas y capaces de crear mucho estrés en el cuerpo físico y un importante desequilibrio en el cuerpo energético, facilitando la creación de la enfermedad.

La intuición y nuestro estado de salud

El sistema energético es muy eficaz para comunicar nuestro estado de salud y con un poco de práctica, podemos ser capaces de realizar nuestro propio chequeo de diagnóstico. La forma más rápida es aprendiendo a dejar que nuestras manos lean nuestro campo de energía. Las manos, y particularmente las yemas de los dedos, son instrumentos muy sensibles que pueden escanear el cuerpo físico para sentir dónde hay desequilibrios.

Si el sistema energético es fuerte y vital, entonces sentiremos calidez en todas las áreas que se examinemos. Sin embargo, si hay congestión o agotamiento de energía, entonces sentiremos puntos fríos o áreas donde apenas podemos sentir calor. Si por ejemplo existe una sobre estimulación química de una glándula endocrina o una protuberancia energética, entonces el área afectada se sentirá caliente o incluso muy caliente.

Veamos un pequeño ejemplo que nos permitirá comprender mejor de qué manera el sistema energético y el cuerpo físico se afectan entre sí. Digamos que estamos en una conversación en la que intentamos expresar nuestros pensamientos sobre un tema en particular. El problema es que la persona con la que estamos hablando no parece entender lo que tratamos de decir o no puede apreciar la importancia del punto e vista que estamos tratando de expresar. Cuanto más intentamos transmitir nuestro punto de vista, más frustrados nos sentimos. A medida que aumenta nuestra frustración, también lo hace nuestro nivel de estrés. Esta reacción emocional hace que el sistema de energía haga sonar la alarma y advierta al cuerpo que nuestra reacción está teniendo un impacto negativo en el cuerpo físico.

Ahora, digamos que nuestra frustración se convierte en ira. Cuanto más enojados estamos, mayor es la gravedad del desequilibrio químico en nuestro cuerpo. El resultado físico es que nuestra garganta se tensa. En el momento en que esto sucede, comenzamos a tener dificultad para tragar, quizás tosamos, nos ahoguemos o se nos rompa la voz. Estas reacciones físicas son la forma en que el sistema energético trata de decirle al cuerpo que apague lo que está creando el desequilibrio. Si escaneáramos el área de la garganta en el momento en que esto sucede, sentiríamos un gran punto caliente o protuberancia de energía en esa área. A medida que la reacción emocional disminuyera, la energía en esta área volvería a la normalidad y solo sentiríamos calor alrededor de la garganta.

Cualquiera de nosotros puede convertirse en un diagnosticador intuitivo hasta cierto punto. Todo lo que se requiere es que desarrollemos nuestra intuición hasta el punto en que nos permita leer nuestro sistema energético con el fin de recopilar información y percibir cualquier mal funcionamiento en el cuerpo. Con un poco de práctica y paciencia, cualquier persona puede perfeccionar sus habilidades intuitivas de tal manera que pueda leer con precisión dónde se producen desequilibrios de energía en el cuerpo. Sin embargo, hay un elemento importante a tener en cuenta cuando alguien desea convertirse en un diagnosticador preciso, y es la capacidad de distanciarse emocionalmente de la persona que estamos leyendo, algo nada fácil de hacer, especialmente si la persona que intentamos leer somos nosotros mismos. Si no somos capaces de desapegarnos emocionalmente, contaminaremos la calidad de la información que nos proporcione nuestra intuición, distorsionaremos la información para sentirnos seguros, o negaremos lo que percibimos como si no tuviera validez.

La mejor manera de comenzar el proceso de convertirnos en nuestro propio diagnosticador es aprender a leer nuestra propia energía y cuerpo. Comencemos por prestar atención a cómo nuestra intuición se comunica con nosotros. Se revela a través de sentimientos instintivos?? Quizás con un presentimiento o un repentino destello de intuición, o tal vez incluso sintiendo piel de gallina al darnos cuenta de que "simplemente sabemos algo porque lo sabemos sin más". Es preciso prestar atención a las impresiones que nos envía nuestra intuición. Escuchemos cuando nos dice que algo no está bien o no está equilibrado o sincronizado. Cuando tengamos esos sentimientos, preguntemos a nuestra intuición en qué parte del cuerpo hay desequilibrio y qué lo está causando. Si prestamos atención, incluso nos dirá lo que se necesitamos hacer para restablecer el equilibrio.

La primera impresión

Cuando utilicemos la intuición para leer nuestro cuerpo, siempre es importante confiar en las primeras impresiones. Ellas nos dirán con precisión lo que está sucediendo dentro del cuerpo. No descartemos ninguna impresión, incluso si es perturbadora. Las primeras impresiones proporcionan una imagen clara de lo que realmente está sucediendo, ya que aún no han sido distorsionadas por nuestras emociones. Si recibimos el mensaje de que algo anda mal, actuemos de acuerdo con esa información. Las primeras impresiones siempre son muy útiles, y nueve de cada diez veces serán correctas.

No es necesario ver literalmente el sistema de energía humano para ser un diagnosticador energético. Es posible desarrollar una habilidad llamada visión simbólica. De hecho, muchos curanderos y sanadores dotados y también diagnosticadores intuitivos trabajan desde esta visión simbólica. La visión simbólica nos permite trabajar con el simbolismo de lo que está sucediendo en nuestra vida y conectar ese simbolismo con lo que está sucediendo dentro de nuestro cuerpo físico. Por ejemplo, cuando una persona siente que la vida la está golpeando, entonces su cuerpo responde sintiéndose golpeado y cansado. Cuando alguien tiene un antojo de dulces, tal vez esté anhelando dulcificar otras áreas de su vida, como la autoestima, la abundancia económica, el amor o las relaciones. Por ejemplo, los problemas respiratorios se simbolizan con la sensación de sofoco; tener problemas financieros se nota en la parte baja de la espalda; la incapacidad para enfrentar la vida se manifiesta a través de alguna enfermedad mental; no ser lo suficientemente bueno se manifiesta con enfermedades autoinmunes y anemia.

Teclas de diagnóstico intuitivas

Es importante aprender a escuchar nuestras emociones, pasar tiempo con ellas. No nos apresuremos a esconderlas o hacer que desaparezcan porque ellas nos proporcionan la dirección. Son indicadores que envían mensajes muy claros de cómo nos sentimos tanto energética como físicamente. Si nos sentimos positivos y optimistas, el nivel de energía aumenta y todo el cuerpo responde sintiéndose bien. Si nos sentimos deprimidos, entonces el nivel de energía disminuye, el cuerpo se siente cansado y letárgico. La confusión provoca un desequilibrio químico en el cerebro y el pensamiento se nubla. La sensación de estar fuera de control provoca una pérdida de energía en todo el cuerpo. El resentimiento drena la energía del área del estómago. La sensación de que se aprovechan de nosotros provoca una pérdida de energía en el corazón. La ira hacia los demás drena las extremidades inferiores de energía. Las emociones pueden incluso decirnos si nos estamos aferrando a viejas heridas emocionales y si usamos estas heridas para manipular a otros y obtener así lo que queremos o incluso para sentir lástima por nosotros mismos.

Comencemos a prestar atención a cómo interactuamos con las personas en nuestra vida: familiares, amigos y compañeros de trabajo. Nos rodeamos de personas que nos aportan energía o nos agotan? Cómo reaccionamos emocionalmente ante este tipo de personas? Las personas en nuestra vida nos apoyan o quieren que dependamos de ellas? Nos permiten permanecer heridos emocionalmente o fomentan el crecimiento y el cambio? Escuchemos siempre a nuestra intuición cuando se trata de tratar con los demás, ya que esto nos proporcionará una imagen clara de lo que realmente está sucediendo. Aprendamos a leer nuestros patrones de comportamiento cuando nos encontremos cerca de otros. Si nuestro comportamiento es sumiso, entonces atraeremos a personas que intentarán controlarnos. Si enviamos el mensaje de que somos emocionalmente vulnerables, la gente lo notará y se aprovechará de nosotros. Nuestro comportamiento le dice a la gente que somos una víctima? Si es así, esto explicaría por qué atraemos a personas que dominantes y agresivas.

El escaneo corporal

El proceso de escaneo corporal permite que la intuición participe en nuestra evaluación energética y perfecciona nuestra habilidad para sensibilizarnos a los desequilibrios energéticos. A través del proceso de escaneo, recibiremos impresiones que nos indicarán dónde estamos, tanto energética como físicamente.

Un buen momento es aprovechar un ejercicio de meditación, ya sea en la mañana o a última hora del día. Comenzamos en la cabeza o la coronilla y avanzamos hacia abajo hasta los dedos de los pies. Debemos pasar algún tiempo en cada sección de nuestro cuerpo. Pasamos las manos por cada parte del cuerpo para localizar cualquier punto caliente, protuberancia o agotamiento de energía. El cuerpo suele ser muy efectivo para comunicar dónde hay desequilibrios. Por lo general, transmitirá estos desequilibrios físicamente a través de dolores y áreas donde percibimos alguna molestia. Cuando se produce un bloqueo, por lo general suele haber algún tipo de inflamación o acumulación de calor en esa parte del cuerpo.

La técnica de escaneo corporal utiliza completamente nuestra conciencia intuitiva, al llamar la atención sobre las impresiones que envía. Cuando recibamos una impresión que nos alerte de que hay algo desequilibrado, dediquemos un poco más de tiempo a esa impresión para determinar en qué parte del cuerpo lo estamos sintiendo.

Por ejemplo, si estamos escaneando el cuerpo intuitivamente y tenemos la impresión de que nuestro estómago está ardiendo, dediquemos tiempo a explorar por qué está ocurriendo esto en esa área. Hagamos algunas preguntas: Podría el desequilibrio ser causado por algo que hemos comido? Hemos estado bajo mucho estrés últimamente, y es aquí donde llevamos nuestros problemas de estrés? Hemos estado sufriendo de indigestión frecuentemente durante un período prolongado de tiempo? Es la gravedad de la incomodidad suficiente para que nuestra mente se alarme? Si es así, entonces probablemente sea el momento de acudir a un médico o un profesional holístico, según el sistema de creencias de cada uno. Recordemos que el cuerpo nos dirá lo que necesita; sólo tenemos que tomarnos el tiempo para escucharlo.

El diario energético

También podemos llevar un diario de energía. Esto nos ayudará a rastrear los ciclos de energía que cada uno de nosotros tiene. Algunas personas son madrugadoras, mientras que otras son noctámbulas. Algunas comienzan su día con energía a las tres de la tarde, mientras que otras están listas para una siesta. Es importante reconocer cuándo nos siente con energía y cuándo estamos energéticamente bajos.

Comencemos a prestar atención a qué o quién consume nuestra energía y, si es posible, alejarnos de esas cosas o personas cuando nos encontremos en un ciclo bajo. Evitemos tareas que requieran gastar grandes cantidades de energía en los tiempos de inactividad. Mantengámonos alejados de tener que lidiar con problemas emocionales cuando nos sentimos deprimidos o poco positivos. Es demasiado agotador y los resultados serán menos de los deseados. Además, nunca debemos tratar los problemas emocionales antes de irnos a dormir, o nos despertaremos al día siguiente con la energía agotada y físicamente cansados. Tratemos de lidiar con los problemas emocionales cuando estemos en nuestro ciclo de alta energía.

Cuando se comienza con el proceso de ser cada uno su propio diagnosticador, puede tomar un poco de tiempo acostumbrarse. Si nos damos tiempo, esto se convertirá en una segunda naturaleza para cada uno de nosotros y las recompensas serán muchas. Sin duda, todo cambio atrae más cambios a nuestra vida, así que estemos preparados para todo lo bueno que ha de venir.


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