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lunes, 19 de noviembre de 2018

COMO ARMONIZAR LOS CHAKRAS BLOQUEADOS

Es importante devolver al equilibrio un chakra bloqueado. Para ello tenemos básicamente dos caminos. Ambas son formas muy simples y que no requieren de conocimientos previos. Espero que os agrade y sea de utilidad.

La primera es exponer los chakras a vibraciones energéticas que se aproximen a las frecuencias con las que vibra de forma natural un chakra sin bloqueos y que funcione armónicamente. Estas vibraciones energéticas podemos encontrarlas, por ejemplo, en los colores luminosos puros, en las piedras preciosas, en los sonidos y en los aceites esenciales, y también en los elementos y en las múltiples formas de manifestación de la naturaleza.

Tan pronto como a nuestros chakras afluyen frecuencias que son más elevadas y más puras que las que corresponden a su estado actual, comienzan a vibrar con mayor rapidez, y las frecuencias más lentas de los bloqueos se van disolviendo progresivamente. Los centros energéticos pueden absorber nuevas energías vitales y retransmitirlas sin obstáculos a los cuerpos no materiales. Es como si, a través de nuestro sistema energético, soplara una fresca brisa. El prana que afluye carga el cuerpo etérico que, a su vez, transmite la energía al cuerpo físico. También fluye hasta dentro del cuerpo emocional y del cuerpo mental, donde también comienzan a disolverse los bloqueos, puesto que sus vibraciones son más lentas que las de la energía que fluye a su interior. Finalmente, el pulso de la energía vital afecta a los nadis de todo el sistema energético, y el cuerpo, el espíritu y el alma comienzan a vibrar de forma más elevada, y a irradiar salud y alegría.

Cuando en este proceso de purificación y clarificación se liberan las energías estancadas, sus contenidos aparecen una vez más en nuestra conciencia. Con ello podemos vivir de nuevo las mismas sensaciones que causaron el bloqueo: nuestras angustias, nuestra ira y nuestro dolor. Las enfermedades corporales pueden aflorar por última vez antes de ser totalmente limpiadas. Durante estos procesos probablemente nos sintamos más intranquilos, excitados o incluso muy cansados. Tan pronto como las energías tienen el camino expedito, retornan a nosotros una profunda alegría, serenidad y claridad.

Sin embargo, muchas personas no tienen el valor de atravesar los necesarios procesos de clarificación. A menudo, sencillamente, no tienen conocimiento de ellos, y las experiencias que se presentan las interpretan como un paso atrás en su evolución. De hecho, los bloqueos de nuestro sistema energético sólo se purifican en la medida en que, desde nuestra evolución completa, estamos dispuestos a mirar a la cara a la parte indeseada y reprimida de nosotros mismos, y a redimirla mediante nuestro amor.

El segundo camino para desbloquear y armonizar nuestros chakras, radica en la activación directa y de la purificación de los mismos, pero al mismo tiempo es en sí misma una posibilidad independiente de armonizar nuestro sistema energético interno y liberarlo de bloqueos. Esta vía es la actitud interior de la aceptación incondicional, que lleva a una distensión completa. Distensión supone lo opuesto, el remedio contra la tensión, contra la contracción y contra el bloqueo. Mientras rechacemos consciente o inconscientemente cualquier ámbito de nosotros mismos, mientras nos enjuiciemos a nosotros mismos, y, por ende, condenemos y rechacemos partes de nosotros mismos, se mantendrá una tensión que impide la distensión completa y, por lo tanto, la disolución de los bloqueos.

Todos nos hemos encontrado más de una vez con personas que dicen que no pueden relajarse. Esas personas necesitan permanentemente distracción o actividad, incluso en su tiempo libre o en vacaciones, y cuando alguna vez no hacen nada siempre queda el diálogo interior. Tan pronto como alcanzan la paz externamente sienten una intranquilidad interior. En estas personas el mecanismo de auto-sanación es tan activo que los bloqueos comienzan a disolverse de inmediato tan pronto como se instaura algo de tranquilidad en el sistema energético. Sin embargo, como las personas afectadas no comprenden este mecanismo, huyen una y otra vez a la actividad, reprimiendo así el procesamiento y la depuración de las energías bloqueadas.

Otras personas se encapsulan en su cuerpo mental para eludir la confrontación con los contenidos en su cuerpo emocional. Para estas personas, todas las vivencias transcurren a través del entendimiento. Analizan, interpretan y categorizan, pero nunca se meten en una experiencia con todo su ser. También a veces nos encontramos con personas que han intentado forzar la apertura de los chakras practicando de forma desproporcionada y sin ser guiados por nadie, por ejemplo, determinados ejercicios de Kundalini yoga, y acaban inundados de los contenidos inconscientes del chakra correspondiente. Del intento de rechazar estos contenidos pueden surgir a veces bloqueos más profundos. Tampoco es raro que suceda que alguien que ha iniciado un camino espiritual solo active sus chakras superiores y mantenga inconscientemente los bloqueos de los chakras inferiores, puesto que no quiere identificarse con los contenidos que se liberan.

Una persona de este tipo puede ser que tenga acceso a maravillosas vivencias procedentes de los ámbitos de sus chakras superiores y, sin embargo, puede sentir profundamente en su interior una carencia o un vacío. La alegría incondicional, el sentimiento de alegría vital completa y de seguridad en la vida sólo pueden surgir si todos los chakras están uniformemente abiertos y sus frecuencias vibran en el plano más alto posible. No obstante, la actitud de aceptación incondicional exige mucha honradez y valor. Honradez significa en este contexto la disposición de vernos con todas nuestras debilidades y negatividad, y no tal como nos gustaría vernos. Valor es la disposición de aceptar lo observado. Es el valor de decir sí a todo sin excluir nada.

Hemos asumido en nosotros los juicios de nuestros padres para asegurarnos su amor. Hemos reprimido determinadas emociones y deseos nuestros para satisfacer las expectativas de la sociedad, de un grupo o de una imagen de nosotros mismos. Abandonar esto significa orientarnos interiormente y de forma absoluta hacia nosotros, y perder el amor y el reconocimiento de los demás. Pero es únicamente el acto del rechazo, de la negación, el que permite que las energías nuestras adopten manifestaciones negativas. Las emociones reprimidas solo se convierten en «malas» porque las rechazamos, en lugar de afrontarlas con amor y comprensión. Cuanto más violentamente sean rechazadas, tanto «peores» y mortificantes serán, hasta que en algún momento las liberemos de su cárcel mediante nuestro amor.

Detrás de todo estímulo sentimental está, en último término, el ansia de reconquistar el estado original paradisíaco de la unidad. Sin embargo, tan pronto como nos adaptamos a la visión predominante del mundo y sólo aceptamos como real el plano externo de la realidad que puede percibirse a través de nuestros sentidos físicos y de la comprensión racional, este deseo de comunión, de unificación con la vida, se convierte en una voluntad de poseer. Nuestra ansia de poseer una persona, una posición, amor y reconocimiento y bienes materiales, sin embargo, se ve decepcionada una y otra vez, o a la larga no se satisface según lo esperado, puesto que tal satisfacción solo puede alcanzarse mediante una unión interior.

Por miedo a una nueva decepción reprimimos nuestras energías: nuestro sistema energético se bloquea. Las energías que afluyen posteriormente son distorsionadas por el bloqueo y se manifiestan como emociones negativas, que a su vez tratamos, una vez más, de reprimir y retener para no perder la simpatía de nuestros congéneres. Podemos interrumpir este círculo si dedicamos toda nuestra atención a nuestras emociones. En ese mismo momento comienzan a transformarse pues, finalmente, reconocemos que son sencillamente energías que han surgido del ansia de unidad, y que fueron bloqueadas en su manifestación original. Ahora se convierten en una fuerza que nos ayuda a continuar en el camino hacia la totalidad.

Existe una analogía sencilla que puede aclarar estas relaciones. Si tienes miedo o sientes rechazo por una persona y la rehúyes, nunca la conocerás en todo su ser al completo. Si, por el contrario, le dedicas tu atención y le haces sentir tu incondicional amor, irá abriéndose a ti paulatinamente. Conocerás que tras sus comportamientos negativos, que tú has condenado, no hay otra cosa que el ansia de satisfacción decepcionada. Tu comprensión le ayudará a recorrer el camino hacia una satisfacción real. En esta analogía, a tus emociones le ocurren lo mismo que a esa persona.

La actitud de la aceptación sin prejuicios se corresponde con la postura de nuestro yo superior. Al asumirla de manera consciente, nos abrimos al plano de vibraciones del guía interior que hay en nosotros y le encomendamos la misión de guiarnos a una existencia sana e integral completa. Él yo superior es esa parte del alma que nos une con la existencia divina. Es ilimitado en el espacio y en el tiempo. Por ello tiene acceso en todo momento al conocimiento integral que afecta tanto a la vida en el universo como a nuestra vida personal. Si nos confiamos a su guía, nos conducirá por la vía más recta y directa hacia la unidad interior, y los bloqueos existentes en nuestro sistema energético se disolverán de la forma más suave posible.

Si comprendemos estas relaciones, podremos hacer que las formas de terapia descritas en este libro tengan una efectividad óptima. Admite siempre todas las experiencias que aparecen durante la realización de una terapia, incluso (y más si cabe) cuando aparecen en un momento desagradable o negativo; dedícales tu atención neutral y tu amor y entrégales interiormente la fuerza curativa de tu yo superior.

Casi cualquier tipo de meditación ayudará en la disolución de bloqueos o desequilibrios energéticos siempre que la realicemos a consciencia y por un espacio de tiempo prolongado, ya que lo que se busca en este proceso es desbloquear y armonizar, pero también mantener ese frágil equilibrio.

En el tipo de meditación que elijas, tus pensamientos y sentimientos no sean enjuiciados y rechazados, sino integrados como parte del necesario proceso de depuración. Incluso en las formas más eficaces y naturales de meditación puede suceder que, debido al hábito, se cuele siempre algún juicio. Hasta las experiencias que resultan de la disolución de los bloqueos a menudo pueden reprimirse inconscientemente, puesto que se han sentido como desagradables. Esto puede hacer perder la imparcialidad, y la eficacia de la meditación se resentirá.

Tan pronto como hayas aprendido a amarte y a aceptarte enteramente, tal como eres, irradiarás estas vibraciones a través de tu aura, y atraerás las experiencias y vivencias correspondientes en el mundo exterior. Esto significa que sólo entonces ganarás realmente el amor y el reconocimiento de los demás, cuya pérdida tal vez habías temido anteriormente. Comienzan a valorarte tal como eres en tu auténtica esencia y te admiran por tu auténtico valor de ser tú mismo. El amor y la comunión auténticas sólo son posibles bajo esta premisa.

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