Esta es una historia real que podría parecer sacada de un cuento. Espero que te agrade y te haga recordar quien eres de verdad.
El
otro día, mientras caminaba calle abajo, vi a un chico que no pasaría de los 20
años sentado en el suelo y con la espalda apoyada en la pared.
De
inmediato vi cómo mis guías ponían una luz sobre su cabeza y entonces supe que
algo iba a pasar entre nosotros dos.
Entré
al establecimiento al que me dirigía y compré algunos artículos. Al salir, pasé
por delante del chico y nuestras miradas se cruzaron. Sus ojos eran tristes y
en ello se veía la desesperación. Era una persona con una Luz tan debilitada
que parecía que iba a desvanecerse en cualquier momento.
Mientras
me miraba me preguntó si le daría un par de monedas. Su mirada había perdido
toda esperanza y el chico estaba seguro que yo pasaría de largo sin detenerme y
mucho menos darle alguna moneda. Pero la luz encima de su cabeza me guio a
decirle: Claro que sí, déjame ver lo que
llevo encima.
Abrí
mi monedero y solo tenía un par de euros, se los di y él me lo agradeció. No obstante,
yo sabía perfectamente que nuestro encuentro no había terminado aún.
Le
pregunté: No tienes casa??
Él
respondió: Sí, señora, tengo casa.
Yo
pregunté: Dónde está tu familia??
Él
respondió: Mis padres están ambos en prisión. Son del tipo de gente mala. Yo vivía
con mi abuela pero ella perdió el trabajo y no podía mantenerme más. Yo no quería
ser una carga para ella y por eso me marché de casa.
Yo
le pregunté: Dónde duermes??
Él
contestó: Primero estuve en un albergue, pero era un sitio que me daba mucho
miedo. No me sentía seguro allí porque había mucha gente mal de la cabeza. Entonces
intenté dormir en el parque, pero no me fue demasiado bien. Siempre tengo miedo
de que alguien me haga daño. También pensé en dormir dentro de un autobús porque
si pago un billete, tengo derecho a permanecer en el bus y no me podrán echar
hasta que yo no decida salir.
Le
pregunté: Cuántos años tienes??
Él
dijo: Tengo 18 años.
Le
pregunté: Y tienes algún plan?? Cómo vas a salir de esta situación??
Él
respondió: Tengo algunos amigos en la otra punta del país que me han dicho que podría
irme a vivir con ellos y encontrar un trabajo allí. Pero no tengo suficiente
dinero para coger el autobús.
Yo
pregunté: Cuánto cuesta el billete??
Él
respondió: Sólo 40€ pero para mí es tan difícil alcanzar esa cantidad como si
se tratara de 1000€.
Entonces
pensé, 40€?? Solo eso?? Por 40€ este chico puede viajar donde tendrá un sitio
en el que vivir y una familia que cuide de él??
Abrí
mi monedero otra vez, sabiendo que no había esa cantidad de dinero, quizás esperando
el milagro de encontrar unos billetes extra. Entonces me acordé que unos días antes
había puesto 60€ en uno de los bolsillos de mi bolso por si me hacían falta. Los
busqué y se los ofrecí. Toma le dije, aquí tienes tu billete de autobús.
Él
contestó: Lo siento, pero eso es demasiado. El billete solo vale 40€. No los
puedo coger.
Yo
le respondí: Créeme, lo necesitas más que yo y me siento feliz de podértelo
dar.
Entonces
el muchacho se puso a llorar de manera bastante convulsa. Tomó el dinero con
manos temblorosas y se levantó del suelo. Lloraba tanto que apenas podía hablar.
Le di un abrazo largo mientras él seguía llorando. Cuando pudo articular
palabra dijo: Señora, usted no se imagina lo que esto significa para mí. Aun no
puedo creer lo que está pasando. Usted me ha salvado la vida, literalmente me
la ha salvado.
Le
pregunté: Cómo te llamas??
José
Ignacio, respondió.
Mi
nombre es María, le dije yo.
Él
preguntó: Por qué ha hecho esto por mí, si no me conoce de nada??
Le
respondí: Porque se lo pediste al Universo y el Universo te ha devuelto su contestación.
Yo soy solo el canal por el que te ha llegado el pedido.
El
muchacho respondió: Usted no se imagina lo que ha hecho por mí. Pensaba que iba
a pasar muchos meses tirado en la calla, pero usted literalmente me ha salvado
la vida. Usted es un ángel!!
Hablamos
unos minutos más y el muchacho me dio un fuerte abrazo antes de despedirnos. Cuando
me senté en el coche, vi a Juan Ignacio llorar de nuevo, pero esta vez eran lágrimas
de agradecimiento y alegría. Mis ojos también se llenaron de lágrimas mientras
le veía caminar hacia la estación de autobuses.
Desde
el fondo de mi corazón agradecí el encuentro y la posibilidad de haberle podido
ayudar de manera tan decisiva.
A
veces, estos pequeños actos que consideramos sin importancia pueden significar
un cambio de vida crucial para una persona.
Tú
también eres un ángel y tienes ahora mismo la posibilidad de ayudar a alguien a
avanzar en su vida. No desaproveches las oportunidades que el Universo nos
ofrece cada día para regalar a alguien necesitado una palabra de cariño o un
momento de compañía a alguien que se encuentra sol@. Mostrar cariño a alguien
que no lo ha tenido en mucho tiempo es, sin ninguna duda, una gota de positividad
en un mar lleno de complicaciones.
Observa
tu entorno mientras caminas por la vida y acércate a esas personas y animales
con su luz debilitada. A menudo, un ligero aliento tiene el poder de avivar una
llama. Estamos aquí para ayudarnos los unos a los otros. La vida puede ser terrorífica
para much@s de nosotros. Sé tú también un ángel e ilumina la vida de otr@.
Noor nos encantaría y sería un privilegio que subieras a este maravilloso blog tus historias personales y anécdotas sobre tu camino en este sendero de la espiritualidad y el crecimiento! Muchas gracias Noor
ResponderEliminarDe vez en cuando, en algun artículo, incluyo alguna pequeña anécdota y así podéis conocer más de mí. Aunque no tengo tantas, no creas, y una mayoria de ellas suelen estar relacionadas con mis viajes al otro lado porque esto forma parte de mi vida y trayectoria. Gracias por la sinceridad de tu comentario. Un beso.
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