Sabías
que puedes perfectamente ser un sant@ en esta vida?? Así es y puedes creerme o
no, te lo permito; es más, insto a que no me creas hasta que tú mism@ lo
identifiques en ti o en alguien cercano.
Cómo
reconocer los síntomas de santidad
Puede
parecer una tarea complicada pero, de hecho, no lo es en absoluto. Vamos a
desarrollar este tema tan interesante un poco más para así poderlos reconocer con mayor facilidad.
En
definitiva, ser un sant@ solo significa ser consciente del Ser. Ves cómo es
algo de una simplicidad aplastante?? Bien, prosigamos… Ser santo no te hará
actuar de una forma distinta a como es tu esencia más profunda, a cómo eres tú
realmente y en el fondo de tu corazón.
Es
probable que puedas manejarte de una manera un poco más pausada, cariñosa y afable con
los demás, pero tu carácter permanecerá contigo aunque formes ya parte de ese
grupo de personas santas.
Cuando
uno es un sant@ se comporta según su propia esencia y sin importarle un carajo
(perdón por la expresión, pero aquí era necesaria) lo que los demás piensen de
su vida o de sus actos y forma de pensar. Así es, les importa nada y menos lo que
otros digan porque ell@s saben perfectamente que su vida está conectada y
regida por el Ser, por su propio Ser o Consciencia que a la vez está conectada con el gran Universo o Dios.
Ser
un sant@ te concede la virtud de seguir siendo tú mism@, aunque llevarás a cabo
acciones sumamente adecuadas y lo harás de forma espontánea. No existe el error
para este tipo de personas, ya que al estar conectado con el Ser, siempre
actuará de manera beneficiosa para ella misma y también para los demás, y esto
lo hará sin ningún tipo de duda o confusión.
A
los sant@s no les importa en absoluto lo que los demás piensen de ellos, porque
son conscientes que los demás les juzgan según su propio ego, mientras que ellos actúan
desde su propio Ser. Véis la diferencia y el por qué no se sienten mal o
preocupados si los demás creen que no actúan de forma correcta?? Esto es muy
importante comprenderlo en profundidad para poder reconocer estos síntomas en
un@ mismo o en otros.
Incluso
siendo consciente de que un@ es un sant@, esto no le hace distinto de los demás y tampoco le sube a los altares. Simplemente, seguirá siendo como es en realidad,
ya que seguirá estando conectado con su yo personal y con el mundo, lo que
significa que tendrá que continuar bregando con el entorno y las complicaciones
y problemas que otr@s generan y que perjudican a tod@s.
La
única diferencia entre un sant@ y un@ que no lo es, es que los enfados duran
apenas unos segundos o un par de minutos a lo sumo, porque recordemos que
siguen siendo humanos, y los problemas, complicaciones y similares se asimilan y
comprenden como algo natural y no tienen la capacidad de molestarles demasiado
o incluso de ninguna manera.
L@s
sant@s de todos los tiempos, también los actuales, pueden ser gruñones, irritables e incluso ser gordos. Aunque también los podemos encontrar dulces y cariñosos, y también esqueléticos
como si hubieran pasado por un periodo importante de hambruna. No son mejores los
unos que los otros porque no existe ninguna diferencia entre ellos. Ambos grupos
son conscientes del Ser y actuaran de la misma manera, aunque adoptando la
forma en la que habitualmente se manejan en su vida cotidiana. Por fortuna no pierden su esencia, lo que les permite mantener su propio carácter.
El
hecho de que much@s de los santos antiguos se hayan subido a los altares y se
haya creado una aureola dorada alrededor de su cabeza, solo los a alejado de
los humanos, y ha hecho creer que debemos ser iguales a ellos, algo poco
probable si pensamos en que nos alcen a nosotros también a un altar.
Mi
labor aquí es desmitificar tanto como me sea posible cualquier tipo de engaño
procurado por ciertas religiones. Mis querid@s amig@s, los sant@s existen y
viven entre nosotr@s. Los reconoceréis por sus acciones y manera lógica y amorosa de
pensar y actuar. No son distintos de los demás, pero se percibe en ellos algo
especial, algo que tiene un poder de atracción importante para los demás. Podríamos decir que son como imanes para los demás.
Si
tú eres un@ de ell@s te felicito y te ruego que no lo escondas. Tampoco que lo
proclames a los cuatro vientos como si fueras alguien superior, porque ello no te hace distinto de los demás. Por
tus actos te reconocerán. Así que muestra a los demás cómo ser consciente del
Ser para que much@s más despierten junto a ti.
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