Es interesante observar las formas que pueden aparecer como por arte de magia en los charcos o incluso en la misma lluvia al chocar contra un cristal.
Esta es una técnica muy utilizada en los países donde
la lluvia está presenta a menudo. Recuerdo los años en que viví en Londres (UK)
en los que la lluvia estaba presente en nuestras vidas casi a diario y durante
todo el año. Recuerdo incluso no ver el sol en semanas. Afortunadamente, y quizás
porque en alguna otra vida debo ya de haber vivido por esos lares, nunca tuve
un problema con no ver el sol o soportar la lluvia diaria.
Así que hoy os traigo una técnica interesante
sobre todo para aquellos interesados en las formas e imágenes que pueden
crearse en cualquier sitio de acuerdo con las preguntas que hacemos o los
pensamientos expresados en voz alta. Las rachas de lluvia lentas o inexistentes
en un área significan un NO, y las rachas de lluvia rápidas o explosivas
significan por tanto un SI. Si las gotas de lluvia siguen a las gotas
anteriores, probablemente no se estén haciendo las preguntas de forma correcta.
Sin duda se puede utilizar el agua de lluvia para adivinar o predecir el futuro
y también para recibir mensajes.
El agua se relaciona con las emociones, la
comunicación, los sueños, la profundidad y también con la sanación. En el tarot
la relacionamos con el palo de Copas. El agua de lluvia suele estar alineada o
relacionada con la limpieza, el crecimiento y las correspondencias emocionales.
Veamos cómo llevar a cabo esta interesante y
curiosa técnica.
Para empezar, por supuesto necesitamos un día típicamente
lluvioso en cualquier parte del mundo.
También un plato pequeño y lo suficientemente profundo
para recoger el agua de lluvia.
Un pincel, pluma o bolígrafo como instrumento de
escritura.
Una ventana de cristal, un espejo o una puerta
transparente del material que sea.
El notepad de nuestro teléfono abierto o una
libreta corriente para poder tomar notas.
Un frasco para almacenar una cantidad suficiente
de agua de lluvia para próximas lecturas. (opcional)
PASOS
Tomamos un poco de agua de lluvia, la necesaria suficiente
para remojar el instrumento de escritura que hayamos elegido varias veces. Unos 30ml (1 oz) serán
suficientes.
Relajamos cuerpo y mente y nos enfocamos en lo
que estamos haciendo. y céntrate. Nos sentamos
cómodamente cerca del espejo o ventana y meditamos sobre la pregunta que tenemos
en mente. Cualquier pregunta cerrada cuya respuesta solo pueda ser un sí o un
no funciona mejor para este ejercicio al principio. No obstante, una vez que uno
se sienta más cómodo con la técnica podrá trabajar a un nivel más profundo.
A continuación, imaginamos una luz azul sobre el
recipiente que contiene el agua de lluvia y colocamos las manos sobre él para
transmitir nuestra energía comunicativa. Si ayuda respirar profundamente,
cantar o incluso expresar en voz alta los pensamientos sobre nuestras preguntas
en ese momento, adelante.
El siguiente paso es coger el instrumento de
escritura elegido, sumergirlo en el agua, sacarlo y dibujar lentamente en
nuestra libreta un símbolo/ imagen/ garabato/ línea recta (lo que nuestra intuición
nos dicte en ese momento) y observar también cómo caen las gotas de agua sobrantes.
Anotamos cualquier símbolo o marca que las gotas
de agua hagan a medida que vayan cayendo. Este es el momento en el que
utilizaremos al máximo nuestra intuición, sin miedo, simplemente observamos el patrón
o símbolo y lo detallamos en nuestra libreta para sacar conclusiones a
posteriori.
Después de este trazo inicial, continuamos
dibujando lentamente con el instrumento y el agua de lluvia. Observamos si se
crea alguna imagen o si se alinea con el símbolo inicial, basándonos en aquello
que pueda dar respuesta a nuestra pregunta.
Una vez realizados los pasos anteriores, mojamos
ligeramente las puntas de los dedos de una mano en el agua y dejamos caer las
gotas de lluvia sobre el recipiente lleno de agua. En este punto tendremos en
cuenta las nuevas formas, sentimientos y mensajes que podamos recibir.
Observamos si las gotas que caen de nuestros
dedos forman ondas fuertes o débiles, observamos la velocidad con la que caen,
si hay o no salpicaduras, si hay gotas que se salen del recipiente. Todas estas
formas en las que cae el agua pueden interpretarse y forman parte de una
lectura.
Una vez damos por terminada la sesión, nos
enfocamos en el agua del recipiente, le damos las gracias al universo y nos
tomamos un instante para relajarnos.
Seguidamente o cuando gustemos, podemos observar más
detenidamente nuestras notas y sacar aún más información al respecto de nuestra
pregunta. En caso de que deseemos realizar más de una pregunta, repetiremos los
pasos anteriores, tomando nota cada vez de aquello que observemos.
El agua que nos ha sobrado en el recipiente la podemos guardar para otra lectura o bendecir las plantas de casa o de nuestro jardín con
ella.
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