Los
ángeles nos rodean donde sea que nos encontremos. Nos guían y protegen, y a veces
se ciernen sobre nuestro hombro solo para vigilarnos, y dándonos la sensación de que
no estamos solos.
Cuando
estamos luchando en la vida o pasando por un problema, nos muestran signos para
ayudarnos a superarlo. Así es como la mayoría de las personas se conectan con
sus ángeles guardianes, a través de señales y sentidos. Pero a veces, muy
raramente, puede verse un ángel en forma humana.
Estos
casos ocurren muy raramente y solo cuando existe una necesidad absoluta de una
visita de ángel. De esta forma existe una interacción más práctica para que el
mensaje se nos pueda transmitir con mayor claridad y sin ninguna ambigüedad.
Los
ángeles apenas aparecen en forma humana. Si comenzaran a moverse entre nosotros,
simples mortales, no podríamos concentrarnos en otra cosa. Serían una fuente de
distracción. No habría suficiente espacio para ellos o para nosotros.
Pertenecen
al mundo celestial, y la distinción entre los dos mundos no es por
discriminación, sino que tiene una razón bien conocida por Dios. Es por esto
que no aparecen en forma humana, excepto cuando sienten la absoluta necesidad
de hacerlo.
En no
pocas ocasiones, uno puede estar solo, sentado en el sofá o en su escritorio a última
hora de la noche y de repente, ve un estallido de luz brillante dentro de su
campo de visión. Lo que sigue es la confusión sobre de dónde vino esa luz, si
fue alguien entrando o algún otro misterio sin resolver.
Los
ángeles en la tierra en forma humana pueden aparecer como manchas de luz que
son muy difíciles de ver, orbes brillantes o corrientes constantes.
Estas visiones generalmente ocurren cuando uno se encuentra a solas, ya sea en
casa, en el trabajo, en un parque o en cualquier otro lugar. Esto nos da una
idea de la naturaleza divina de los seres que siempre están a nuestro
alrededor. Los ángeles que aparecen de esta forma generalmente se centran solo
en nosotros en ese momento, por lo tanto, tenemos la sensación de ser un poco más
especiales.
A
veces, cuando uno se encuentra demasiado concentrado intentando ver a los
ángeles en forma humana, la mente puede comenzar a jugar con nosotros. Por ello,
es indispensable que nos relajemos y permitamos que los ángeles aparezcan cuando
quieran hacerlo sin más.
Sombras,
nubes o nieblas y ángeles en forma humana
Alguna
vez te han ridiculizado después de contar la posible visión de un fantasma??
Esto no es nada extraño y pasa a muchas personas en todo el mundo, pero al
contarlo, no es extraño tampoco que nuestros amigos se burlen de nosotros. Relájate,
no estás solo.
A
veces, un ángel en forma humana se ve como una sombra vista por el rabillo del
ojo. En otras ocasiones se pueden observar nubes en forma de ángel mientras uno
disfruta de un momento de tranquilidad o relajación en cualquier parte. Los
ángeles utilizan distintas formas para manifestarse frente a los humanos, para
comunicarse con los hombres.
A veces
aparecen como niebla, una vaga figura que se forma y desaparece ante nuestros
ojos haciéndonos dudar incluso si hemos visto algo. Todas estas visitas de
ángeles tienen una característica estándar de sutileza.
No utilizan
grandes gestos para mostrar su presencia. Solo nos ofrecen pistas que nosotros tenemos
que reconocer. Dependerá solo de nosotros ver las nubes del cielo como ángeles
o simplemente como vapor de agua condensada flotando en el cielo azul.
A menudo,
nuestra primera interacción con los ángeles fue a través de los dibujos
animados. Los ángeles se representaban como seres livianos con un par de alas,
vistiendo túnicas blancas, un cinturón amarillo y una corona dorada flotando
sobre sus cabezas.
Es cierto
que esto forma parte del entretenimiento de los más pequeños, pero os aseguro
que en mi trabajo como canal espiritual y médium me he encontrado con muchísimos
ángeles con un aspecto muy parecido al que he descrito más arriba. Si bien, las
alas pueden diferir mucho de unos a otros, mostrándose como alas reales,
habitualmente de color blanco o negro, o incluso como simple hilos de luz
dorada o de todos los colores. Por lo que refiere a la corona dorada, yo la veo
como un halo de luz dorada en algunos de ellos (ni mucho menos en todos), y
puedo indicar que se trata simplemente de su preciosa aura dorada nada más. Aquí
cae el mito de la corona.
He de
decir que, a pesar de haberme encontrado con seres de todo tamaño y condición imaginable,
nunca ha pasado miedo, jamás. Ellos saben
cómo mostrarse a cada uno de nosotros para que nos sintamos seguros y sobre
todo protegidos.
Si alguna
vez alguno de vosotros los ha visto, sabe a qué me refiero. Incluso si no los habéis
visto, imaginad a un ángel fuerte y poderoso parado frente a vosotros con sus alas
blancas casi tocando el suelo. Por mi experiencia, puedo constatar que se nos
aparecen en forma humana o no, dependiendo de nuestra reacción anticipada. Ellos
pueden percibir perfectamente cuál será nuestra reacción a una imagen o a otra
y siempre eligen la que más cómoda sea para nosotros. Yo los he visto de todas
las formas posibles, incluso formas tan extrañas que apenas podría describir.
Pero qué
pasa si un ángel aparece como un ser humano real y no solo con la apariencia humana?
Sin duda, esta es una de las formas más identificables para los seres humanos.
Podemos
asociarnos con ellos como compañeros y no sentirnos en cierto modo intimidados
como en el caso de los ángeles alados o la niebla y las sombras. A menudo es
difícil saber si se ha conocido a un ángel o a un humano, pero luego, cuando
nuestra mente procesa el encuentro, comienzan a encajar muchas cosas y nos damos
cuenta de que muy posiblemente hayamos conocido a un ángel de verdad.
Por ejemplo,
uno podría estar en una fila esperando un turno cuando un amable extraño inicia
una conversación interesante y nos ofrece sabios consejos.
Un ejemplo
más gráfico:
Imaginemos
que nos han despedido del trabajo y estamos sentados en un banco del parque, sintiéndonos
absolutamente perdidos y confundidos. Pensamos en cómo lo haremos para pagar el
alquiler del piso o la hipoteca, y cómo pagaremos todas las demás facturas.
De pronto,
un señor de edad avanzada nos pregunta si puede sentarse a nuestro lado, porque
está cansado de su larga caminata que le ha recetado el médico para mantenerlo
activo.
Ese hombre
nos pregunta con sutileza acerca de nuestras preocupaciones y nosotros narramos
los eventos sin dudarlo porque necesitamos que alguien nos escuche. Él nos
ofrece su consejo amablemente, y una vez terminada la conversación, nos
sentimos mucho mejor, como si nos hubiéramos quitado un peso de encima.
Como
muestra de nuestro agradecimiento, nos disculpamos un momento y vamos a por dos refrescos,
pero cuando regresamos, él ya no está, se ha ido como si nunca hubiera estado allí. Quizás
solo estuvo en nuestra mente?? Sin saberlo habíamos interactuado con un ángel
en forma humana, pero incluso si no nos dimos cuenta, mientras la interacción nos
ayude, eso es lo realmente importa.
Os dejo
una fotografía que tomé yo misma un día de verano de 2018. Recuerdo estar en casa y levantar la vista por nada en concreto, la sensación que tuve en ese momento fue que no estaba sola. Era la única nube en todo el cielo. Observadla
con atención…
Esta segunda
imagen la tomé este pasado octubre2022. Suelo mirar al cielo cuando me siento a descansar en el jardín, es muy relajante, y quedé tan sorprendida al verlo que no atiné a tomar la fotografia antes. Lamentablemente, cuando lo hice su cabeza se habia casi desvanecido por completo y una de las alas seguía el mismo camino, pero aún así, el resto de la figura permaneció durante mucho rato sobre la montaña. Parecía bendecir el lugar.
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