El agua es lo más importante que consume el ser humano. No en vano, nuestro cuerpo está compuesto por aproximadamente un 75% de agua, que nos permite mantener nuestro torrente sanguíneo limpio, los órganos funcionando y nuestra mente, cuerpo y espíritu llenos de energía.
Sin
embargo, lo que no se nos explica es que el agua es muy receptiva a la energía
y que su estructura se puede cambiar con intención. Por ejemplo, recitar versículos del
Corán sobre el agua se percibe como una forma legítima de ruqiya o exorcismo en la cultura musulmana y lo mismo sucede con cualquier otra religión.
Según el
científico japonés Masaru Emoto, el agua es un modelo de nuestra realidad. Según
sus investigaciones, nuestro cuerpo y mente cargan el agua existente en nuestro
interior, así como la que existe en nuestro entorno, de manera totalmente automática
y siempre según la frecuencia vibratoria que emitimos en ese momento. Esto
significa que, si te si nos sentimos negativos, la estructura del agua dentro y
fuera de nosotros cambiará para adecuarse a esa vibración negativa. Por supuesto
y afortunadamente, lo mismo sucede con las frecuencias vibratorias positivas.
El experimento
inicial del investigador Emoto fue utilizar arroz en dos frascos idénticos y dispuestos
en el mismo entorno, exponiendo uno a palabras positivas y el otro a palabras
negativas. Para ello utilizó arroz, porque el arroz absorbe agua al cocinarse y
por tanto la mantiene en su interior. Existen innumerables experimentos al
respecto que lo confirman.
Para los más
escépticos, el señor Emoto también llevó a cabo experimentos muy interesantes
con agua en un punto crítico de congelación, donde descubrió que las palabras
con contenido emocional positivo producían cristales de aspecto hermoso y
aquellas con contenido emocional negativo producían cristales que tenían un
patrón geométrico menos coherente y sin duda mucho menos atractivo.
El agua
cargada se puede utilizar para cualquier cosa y realmente depende de la
intuición de cada uno que lo guie hacia lo que es mejor. El agua cargada puede
beberse, nos podemos bañar en ella, ponerla en una botella con atomizador para
rociar el espacio en el que nos encontramos o incluso para rociarnos a nosotros
mismos, a nuestra aura, y protegernos de energías perturbadoras, le podemos
añadir aceites esenciales para limpiar el ambiente con aromaterapia, y sigue un
largo etcétera, porque realmente no existe limite en su uso.
Veamos a continuación
algunas maneras de cargar y modificar el agua para nuestro beneficio. Las distintas
formas están numeradas pero no hay una mejor que la otra, así que el orden es
totalmente aleatorio.
1. Oración
En la
cultura musulmana se enseña a los niños que rezar al agua le aporta a ésta
propiedades curativas. En esta tradición religiosa se enseña a recitar
oraciones sobre el agua pero también a concentrarse y conectar con Dios y no
con el agua en el momento de rezar. Esta es una fe monoteísta al igual que la
cristiana, por lo que se suele atribuir a lo divino cualquier cosa que suceda.
Al orar
conectamos con nuestro corazón. Pertenezcas o no a una religión, puedes rezar. Si
perteneces a alguna fe en concreto, quizás ya tengas algún ritual para bendecir
el agua. Utilízalo, reza desde tu corazón y permite que esa energía bendiga tu
vida.
2. Luz de luna
Es sabido
que la luna afecta a toda el agua en nuestro planeta, por lo que dejar agua a
la luz de la luna es una forma de cargarla naturalmente con energía positiva.
Las diferentes fases de la luna influyen en la forma en que las plantas, los
animales y la vida humana crecen y se comportan. No es de extrañar que la luna
sea vista como un mecanismo realmente poderoso en muchas culturas antiguas.
No solo se
puede cargar el agua de luna en su fase más brillante, la luna llena, sino que
podemos utilizar la energía lunar en cualquier momento y fase. Todo lo que
necesitamos es una botella de agua de cristal llena de agua que colocaremos en
el exterior de nuestra casa donde los rayos de la luna la toquen de lleno. También
la podemos dejar en el interior cerca de una ventana desde donde veamos la luna
y dejarla toda la noche.
Si alguno
de vosotros es un investigador nato y quiere llevarlo al siguiente nivel, puede
probar a cargar el agua en las distintas fases lunares y observar cómo responde
la naturaleza y qué puede ofrecer la energía de la luna al planeta en cada
fase.
3. Luz del sol
Así como
la luna tiene cierta energía, también la tiene el sol, la estrella de nuestro
sistema solar que nos da la vida. Trabajar con la energía del sol a veces es
algo más complicado si uno no sabe lo que está haciendo. Se nos enseña que mirar
al sol directamente es perjudicial para nuestros ojos, pero existe una
tendencia desde hace bastantes años que indica que mirar al sol de la última
hora de la tarde es beneficioso para re-equilibrar el sistema hormonal y
conectar con la intuición. Aconsejo no intentarlo a no ser que se aprenda bien
el sistema y se tengan todas las garantías de que es totalmente seguro.
El agua
solar proviene de la idea de que la luz solar puede alterar las propiedades
químicas, físicas y biológicas del agua, dejando que el agua cargada de sol sea
más hidratante y purificada. Según prácticas como la medicina china y el
ayurveda, el agua cargada con energía solar ayuda en el bienestar emocional,
físico y espiritual.
Existen
diferentes formas de elaborar agua de sol basadas en distintas tradiciones. La
forma más común es elaborarla como el agua de luna, dejando el líquido en una
botella o recipiente de cristal cerrado, para permitir que penetre la energía
del sol. Según una antigua tradición hawaiana, la mejor forma de hacerlo es
utilizar una botella de cristal azul para cargar el agua y obtener de ella relajación y conexión
con nuestra intuición.
Según el
sistema ayurvédico, el efecto del agua solar difiere ligeramente según el color
de la botella de vidrio que se utilice. Lo más interesante es que en su sistema
se utilizan los colores de cada chakra, que coinciden con los colores del
arcoíris. A este efecto se puede utilizar el sistema de cromoterapia para
obtener distintos resultados.
4. Cristales
En este
caso, es la propia naturaleza quien cambia la estructura o energía del agua. Los
cristales emiten cierta energía y la infusión de agua en cristales limpios le proporciona
las propiedades curativas del propio cristal.
Los
cristales se forman a través del calor y la presión, y cada tipo tiene
diferentes propiedades físicas y metafísicas. Debido a que hay tantos tipos diferentes
de cristales, lo mejor pensar en una determinada propiedad curativa que
deseemos adquirir y buscar el cristal adecuado para nuestro propósito. Por
ejemplo, el cuarzo rosa sana el corazón y ayuda a manifestar el amor.
Antes de
utilizar cualquier cristal, es importante lavarlo con agua y un jabón suave. Con
un cepillo de cerdas suaves se puede cepillar bien para asegurarnos de que no
queda rastro de suciedad. Una vez limpio, ya puede ser utilizado para cargar el
agua. El mínimo es dejarlo 24 horas sumergido, aunque cuanto más tiempo se deje
mucho mejor. Deberá tenerse precaución y evitar utilizar cristales que se
disuelvan en el agua.
5. Afirmación
Volviendo al experimento del investigador Masaru Emoto, las palabras son importantes. Así, hablaremos cosas buenas a nuestra agua. Podemos hablar de bondad, de gratitud y utilizar palabras de afirmación. De acuerdo con los principios de la ley de atracción, deberemos pronunciar aquello que deseamos con el ánimo que tendríamos si ya lo hubiéramos obtenido y esto es primordial. Podría ser algo como "Soy un imán del dinero" o "el amor me sigue a donde quiera que vaya, porque el amor soy yo". Cualquier afirmación que se utilice quedará impregnada en el agua. También podemos etiquetar la botella de agua con una afirmación y beber de ella. Esto ya es a gusto del consumidor.
Podemos cargar el agua con cualquier cualidad y poder, con la energía que elijamos como podría ser amor, fe, iluminación, verdad, salud, etc... También podemos cargarla para sanar algún tipo de enfermedad concreta, por ejemplo, si tenemos la tensión arterial alta, cargaremos el agua con "tensión normal y saludable". Y así para cualquier tipo de enfermedad. Recordad que lo más importante es la intención.
Sin
embargo, hay que tener en cuenta que hablarle al agua no siempre funciona si no se hace bien. En
nuestra cultura occidental, a menudo no se le da la importancia adecuada a las palabras y
por ello no se suele expresar energía con ellas a menos que estemos nosotros emocionalmente cargados. Es por esta razón que insisto en ello: Lo más importante es sentir la emoción de las palabras que estamos pronunciando si queremos que
esto funcione de verdad. Hay que sentir además de decir porque solo respaldando
nuestras palabras con los sentimientos adecuados obtendremos lo que deseamos.
6. Reiki
Al igual
que la oración, se puede infundir energía Reiki al agua. Para aquellos que estáis
iniciados a este bello campo energético, ya sabéis cómo hacerlo, así que no hará
falta ampliar la información al respecto, ya que solo un iniciado puede
trabajar con este tipo de energía tan especial.
Por supuesto, existen muchas más formas de usar el agua para cambiar nuestra vida, pero estas son sencillas y están al alcance de cualquiera. Algunas formas son instantáneas y otras necesitan de más tiempo. Sea como sea, siempre tenemos un camino.
El agua es crucial para nuestra vida, así que trátala con respeto, no la desperdicies y bébela con intención.
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