Algo de lo que las personas pueden tomar consciencia, incluso si nunca han realizado una regresión a alguna vida pasada, por ejemplo, es que todos aquellos a quienes hemos amado en cada una de nuestras vidas, pasan a formar parte de nuestra corte de “ángeles” particular.
Esto significa que cada uno de ellos sigue disponible para nosotros y que
podemos contactarles simplemente prestando atención. Es importante hacer saber
a aquellos que pierden a un ser querido que de ninguna manera lo pierden para
siempre. Únicamente dejan de pertenecer a nuestro plano de existencia para
integrarse en uno distinto y mucho más evolucionado, donde la existencia es simplemente maravillosa.
Por esta razón, nosotros, que seguimos en este mundo de la forma, podemos
ponernos en contacto con estos “ángeles” tan particulares y tan entrañables
para nosotros. Les podemos llamar por su nombre y ellos estarán automáticamente
junto a nosotros; les podemos escribir cartas y ellos las leerán;
podemos soñar con ellos de manera consciente y ellos estarán presentes.
Recuerdo una pequeña historia en la que una mujer que había perdido a su
marido hacia poco tiempo, pasaba por un profundo dolor, incluso depresión, e intentaba
junto a sus hijos regresar a la normalidad de una vida que jamás volvería a ser
la misma. Entonces, un día, mientras se hallaba junto a sus hijos, su difunto
marido le susurró al oído lo siguiente: “No imaginas lo hermoso que es este
otro lado. Te amo y todavía sigo junto a ti”.
Por supuesto, la mujer quedó entre sorprendida y confusa, ya que era la
primera vez que pasaba por una experiencia de este tipo. A continuación, el
marido susurró las mismas palabras al oído de cada uno de sus hijos. Nadie puede imaginar lo reconfortante que es este contacto, solo aquellos que lo han vivido de alguna forma.
Esto nos indica que cuando alguien muere no muere realmente, sino que se
deshace de un vestido que ya no le sirve, y que muy a menudo se convierte en un
guía o ángel o como queramos llamarle, para ayudar a su familia/amigos a llevar
una vida mejor, con más amor, ilusión y esperanza.
Lo mismo sucede con nuestros animales de compañía. Cuando estos
desaparecen del plano terrenal, aunque pueden reencarnar en un animal de la
misma especie, muchos deciden mantenerse junto a nosotros. En muchas ocasiones, a lo
largo de mi trayectoria como canal espiritual en trance, he recibido a espíritus
acompañados de distintos animales de compañía, perros, gatos, conejos, etc. Llegado el momento, estos animales nos reciben como
lo haría un miembro más de nuestra familia. Allí estaran, junto a nuestros seres queridos fallecidos, junto a nuestros ángeles y guias. Es bonito pensar que los volveremos
a ver una vez finalicemos nuestro camino aquí. Una vez más, podemos ser conscientes que la vida nunca se acaba, sino que es un continuo viaje, a veces
con espacio y tiempo, y en otras ocasiones solo con espacio.
Hace apenas tres meses perdí a mi perrito Sau. Muchos habréis visto su
foto en este mismo blog. Para mí era lo más importante de mi vida por encima de
todo y todos. Formó parte de nuestra familia durante dieciséis largos y
maravillosos años llenos de amor, y si bien he pasado muchas semanas con una tristeza
indescriptible, soy consciente que nos volveremos a encontrar. Es cierto que
por mi condición de canal podría verlo hoy mismo, pero por ahora no tengo el ánimo
suficiente para poderlo hacer. En el momento en que cayó gravemente enfermo lo deposité en un lugar maravilloso y tranquilo, ya en el otro lado, para que así estuviera más cómodo lo que le quedara de vida junto a nosotros. Estoy segura que ahí sigue, esperandome, y que en cuanto realice un pequeño viaje donde él se encuentra nos volveremos a abrazar.
El amor no tiene límites.
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