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jueves, 24 de noviembre de 2016

CÓMO SUPERAR LA MUERTE DE UN GATO

Cuando lo leí supe que tenía que compartirlo con tod@s vosotr@s. Somos much@s los que hemos tenido, tenemos y tendremos gatos, y verles partir es siempre un sufrimiento para l@s que aquí quedamos.

Mi cabeza no hacía más que recordarme ese momento. Me imaginaba llegando a casa después de trabajar, abriendo la puerta y esperando a ese pequeño amiguito que durante tantos años, todos y cada uno de sus días, me había estado esperando para saludarme y frotarse contra mis piernas suplicando mis caricias. Pero él ya no estaba. Tan sólo aquel vacío que inundaba la casa en silencio. Un silencio que me rasgaba por dentro y me impedía respirar con facilidad. Me faltaba el aire, no podía creerlo. Nunca más volvería a verlo.

Y allí estábamos los dos. Él recostado sobre aquella fría mesa de acero y yo a su lado acariciándolo. De pie, con un nudo en la garganta y con las lágrimas asomándose en mis ojos. El veterinario había soltado su veredicto. “Tu gato está sufriendo. Ha llegado el momento de que decidas hasta cuando quieres que continúe su tormento”, me había espetado, cual losa pesada que hacía que me tambalease y tuviese que sujetarme a la mesa para no caer.

La decisión es tuya. Quizás una de las peores encrucijadas que la vida te depara. Decidir si sigue contigo, pero sufriendo, o dejarlo marchar para siempre. Una parte de ti te grita que termines con ese dolor, mientras otra no soporta la terrible idea de no volver a verlo. Y es entonces cuando le miras a los ojos y lo ves. Ves su sufrimiento en su mirada. Él te mira y lo sientes. Sientes cada parte de tu cuerpo estremecerse como si tu vida se fuera en ello. Sientes su dolor y lo haces tuyo. Y lo entiendes. Entiendes que ha llegado el momento. Maldices todo lo maldecible por tener que tomar ese camino. Te acercas suavemente a él y con toda la poca entereza que te queda se lo dices. Le dices que siempre estará contigo en tu memoria y en tu corazón y que vaya donde vaya algún día os encontraréis. Porque él es para ti lo que tu eres para él. Ese gran amor incondicional que sólo tu gato, tu gran amigo, ha sabido darte.

Te despides con un “hasta siempre mi vida” porque sabes que ésta ya nunca volverá a ser la misma.

Este escrito es para ayudar a todas aquellas personas que han perdido a su gato o que están cercanos a vivir ese momento. Personas que se encuentran solas, que creen que nadie entenderá su sufrimiento por un animal o, simplemente, no saben expresar el dolor que les aflige la pérdida. Es para demostrarles que no es así, que no están solas. Que muchos sentimos lo mismo y sabemos que nuestros gatos significan para nosotros más de lo que algunos piensan. Son parte de nuestra familia y es normal sentirnos así.

Preparando la partida

Aunque bien es cierto que no siempre se sabe cuándo nuestro amiguito está cerca de partir, en algunos casos, esto es fácilmente deducible porque padece una enfermedad o porque tiene ya una avanzada edad.

En caso de enfermedad, y si éste está sufriendo, tendrá que ser nuestro veterinario el que nos explique el procedimiento y nos de posibles opciones. Tenemos que tener en cuenta que la eutanasia, aún siendo una difícil decisión, no deja de ser la opción más humana para evitar que nuestro amigo siga sufriendo y pueda descansar. Se trata también de un procedimiento que nos permite asistir y acompañar a nuestro gato en sus últimos momentos, estando, si lo deseamos, al lado de él hasta que se apague su luz.

Si no se trata de una enfermedad y es simplemente porque tiene ya una avanzada edad, sólo te diremos que disfrutes de su compañía. Cada día es un regalo. Probablemente ya no tenga la vitalidad de antaño y lo único que busque sea tu tranquila compañía. Haz que sus últimos días sean únicos. Que sienta de verdad tu cariño y tu agradecimiento por haberte dado todo ese amor incondicional durante tantos años. Sabes que nunca volverás a convivir con otro gato igual y que, después de tanto tiempo, él forma parte de ti como tu formas parte de él. Ve mentalizándote para su inevitable partida y piensa que no se trata de un adiós, sino de un hasta luego.

Llegado el momento…

Es inevitable que llegado el momento nuestro sentimiento sea de dolor y angustia. No en vano se trata de un amigo que ha pasado, en el mejor de los casos, casi dos décadas a nuestro lado, en lo bueno y en lo malo. Pocas personas en nuestra vida encontraremos que lleguen a tener una unión tan cercana a nosotros.

Por todo esto, será normal dejar que fluyan nuestros sentimientos. Exteriorizarlos o no depende de cada persona y de cómo le ayude. Cabe la posibilidad incluso de hacerle un ritual de despedida si así lo siente la persona y, de esta forma, poder rendirle homenaje a nuestro querido amigo. Esto ayuda también a establecer un antes y un después que contribuye a que aceptemos el cambio.

En el caso de que el gatito haya convivido con niños, sería recomendable explicarles a estos que es lo que sucede y ayudarles a afrontar la pérdida. Para ello contamos con la ventaja de que poseen una gran imaginación. Gracias a ella podremos dibujar una realidad parecida, en modo cuento por ejemplo, que sea menos traumática para los niños. En el caso de que estén más cerca de la adolescencia, éste sería el momento de aclararles dudas sobre la vida y la muerte. Si de lo que se trata es de personas mayores, sería recomendable estar muy pendientes de ellos. La proximidad de esa última etapa de la vida y el hecho de que en algunas ocasiones el gato fuera su única compañía, hace que esta pérdida sea especialmente dolorosa.

Si bien es cierto que no siempre ocurre, debemos tener en cuenta también a otros gatos que convivan normalmente con el fallecido. Aunque pensemos que son animales independientes, ellos también lo sienten y pueden llegar a modificar su conducta. De forma que podrían dormir más, comer menos o incluso ser más ruidosos. Sería recomendable no cambiar demasiado nuestra rutina ni el entorno en el que habitan para que puedan recuperarse lo antes posible. Según diversos estudios, está demostrado que estos gatos vuelven a la normalidad antes de los 6 meses después del fallecimiento.

Cómo superar la muerte de un gato

Para poder superar la muerte de un gato es importante saber que no existe un único camino ya que, igual que no hay dos personas iguales, tampoco existe una fórmula exacta para poder afrontarlo. Cada uno lo experimenta y lo siente a su manera, de ahí que queramos hablar aquí de varias formas de poder superarlo.

*Llora todo lo que necesites si es que lo necesitas. No te preocupes por exteriorizar tus sentimientos y no te reprimas. Recuerda que tu gato es tu familia y, aunque no todo el mundo lo entienda, es la mejor forma de poder sobreponerse. No hagas caso de la gente que piense que “era sólo un gato”. Son personas que desconocen lo que un gato aporta a nuestras vidas. Él era tu amigo, tu compañero y uno de tus mayores apoyos en esta etapa, y necesitas pasar ese duelo como forma de poder procesar su muerte.

*Es probable que sientas dolor, ira, negación, culpa, ansiedad,… sobre todo si tuviste que despedirte de él de forma precipitada o por alguna enfermedad. Es totalmente normal y forma parte del proceso de duelo por la pérdida. Y recuerda: “tú no eres responsable de su muerte “. Lo único que tienes que hacer es tratar de asumir la pérdida lo antes posible. Digamos que es una forma de “tocar fondo” para, a partir de ahí, ir mejorando anímicamente.

*Comparte tu dolor con personas que sabes que van a entenderte. Normalmente son aquellos que también conviven con un gato y lo quieren. Hazlo también con familiares y amigos cercanos. Háblales de él, de cómo era, de las cosas que le gustaban, de cómo lo querías,… Esta forma de expresar tus emociones y abrirte a la gente hace que te sientas menos sólo y aislado y te ayude a superarlo antes.

*Puedes encontrar personas que están, o han pasado por tu misma situación, en grupos de apoyo y que también han perdido a su gato. Por increíble que parezca existen y ayudan mucho a superarlo.

*Pasado un tiempo prudencial, busca una actividad o actividades que te llenen o, aún sin hacerlo, te mantengan entretenido y te obliguen a socializar con otras personas evitando así el permanecer aislado y el poder caer en una depresión. Por supuesto, puedes tener tu tiempo de soledad, pero siempre de forma equilibrada.

*Si a pesar de todo esto continúas con apatía, depresión o incluso padeces de insomnio, consulta a un profesional. Un psicólogo puede darte las claves exactas para poder superarlo.

*Incorporar a otro gato puede ayudarnos a progresar. Y es que pensamos que éste debería de entrar en nuestra vida una vez hayamos pasado el período de duelo ya que corremos el riesgo de intentar sustituir a nuestro gran amigo por este nuevo gatito.

*Como opciones para recordar a nuestro gato con el pasar de los años, existen diversas formas de poder hacerlo. Como son: enterrarlo en un lugar donde poder visitarlo, hacerle un servicio conmemorativo, plantar un árbol en su memoria, crear un álbum con sus fotos, subir éstas a algún cementerio virtual, hacer una donación benéfica en su nombre, etc. La opción que a nosotros más nos gusta es la de adoptar a otro gatito que necesite de nuestro cariño y poder darle la misma calidad de vida que tuvo nuestro gran amigo.

Diversos estudios han demostrado que la muerte de un gato puede ocasionar problemas de insomnio e incluso alimenticios. También se ha llegado a la conclusión de que las personas que conviven con un gato tardan más tiempo en superar su pérdida que las que conviven con un perro. A pesar de todo, podemos afirmar que con el tiempo todo se supera y que “preferimos haber amado y haber perdido que jamás haber amado“. 

¿Y vosotros, habéis perdido a algún pequeño gran amigo? Si quieres puedes comentar tu experiencia para poder así ayudar a otras personas que estén pasando por esta difícil situación. 


fuente:congdegato

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